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"Ya dejen de joder", clama la vicepresidenta de Nicaragua a los opositores

La vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, afirmó que los opositores no actúan como nicaragüenses y que son unos vendepatria por adversarlos.

La vicepresidente de Nicaragua Rosario Murillo le dijo a los opositores que dejen de joder
EFE |EFE
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La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, pidió este jueves a los opositores que «dejen de joder» y advirtió que con la paz no se juega.

Las altisonantes declaraciones se dieron en el marco de las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en abril de 2018 y que causaron cientos de muertos y decenas de miles en el exilio por la dura represión del gobierno de Ortega.

«Ya dejen de joder, por favor. Con la paz no se juega», señaló Murillo, esposa del presidente del país, Daniel Ortega, a través de medios oficiales.

«Por favor, escuchen, con la paz no se juega. Ya dejen de joder, ya dejen de joder, déjenos en paz», continuó.

Murillo se refirió a un piquete que la oposición realizó hoy en las afueras de un céntrico hotel de Managua, que dejó un saldo de ocho golpeados: cuatro manifestantes y cuatro periodistas que daban cobertura.

Según la vicepresidenta, los opositores no merecen ser considerados nicaragüenses, porque ni piensan ni actúan como nicaragüenses.

«Ya dejen de joder, agrios, agresivos y explosivos, escuchen impresentables criaturas», cargó la funcionaria. Tildó a los referentes de la oposición como innobles caballeros que insultan a un trabajador.

Aunque no lo mencionó por su nombre, Murillo se refería al director ejecutivo de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, Juan Sebastián Chamorro, quien recibió un puñetazo en su rostro lanzado por un policía durante el piquete y quien llamó miserable a un vendedor ambulante que presuntamente golpeó con un tubo a una anciana que protestaba contra el gobierno de Ortega.

Cobardes y vendepatrias

Murillo acusó a ese tipo de opositores de ser particularmente arrogantes, de creerse superiores, y que además de cobardes, son vendepatrias y tienen un carácter agrio, agresivo y explosivo, y de querer ver a sus semejantes desde arriba.

«¿Cuál arriba?, ¿cuál abajo?. Son personajes abominables y despreciables», agregó.

Les recomendó ver películas y dejar de vivir furiosos. «Hay una furia interior, vomitan fuego y se ven tan ridículos esos personajes en Nicaragua, pero ni figuran tiene, porque ni dragones son».

No es la primera vez que la esposa de Ortega se refiere de forma despectiva a los opositores desde que estalló la crisis.

Entre otros, Murillo ha llamado a los detractores del gobierno de «plagas», «vandálicos», «delincuentes», «terroristas» y «golpistas».

Desde abril de 2018, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que causó 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Algunos organismos locales elevan la cifra a 651, mientras el gobierno reconoce 200 y denuncia un intento de golpe de Estado.

Según el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, adscrito a la Comisión interamericana de Derechos Humanos, el mayor responsable de la violencia es el gobierno de Ortega, a quien responsabilizan de cometer incluso crímenes de lesa humanidad en medio de la crisis.

Ligia Gómez, ex alto cargo del Banco Central de Nicaragua, dijo el año pasado ante el Congreso de Estados Unidos que Murillo fue quien ordenó responder con todo a las protestas.

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