Hace cuatro años fue uno de los seis sobrevivientes de la tragedia del Chapecoense, donde murieron 71 personas. Ahora se acaba de salvar de otro accidente fatal: la caída de un autobús por un precipicio en Bolivia, evento en el que fallecieron 20 personas y 13 más están graves
Erwin Tumiri es un sobreviviente nato. Su nombre se conoció en 2016 porque fue una de las seis personas que quedaron vivas en la llamada «tragedia del Chapecoense», cuando un avión cayó en la ruta entre Brasil y Colombia, dejando 71 fallecidos. Casi todos eran jugadores del club de fútbol brasileño. Ahora, Tumiri vuelve a ser noticia por otro escape milagroso ante el destino.
Este técnico de aviación boliviano viajaba en el autobús que se volcó en la carretera de Cochabamba a Santa Cruz, en su país. El luctuoso resultado fue de 21 muertos. Y, una vez más, Erwin Tumiri se salvó. Apenas se raspó las rodillas y la espalda.
¿Qué halo protege a este hombre de los accidentes mortales? Suerte, destino o fe. Puede llamarse de cualquier manera. Para Tumiri es el fervor con que se encomienda a Dios antes de cada viaje.
«Salí gateando, me senté y pensé: ‘Otra vez. No lo puedo creer'», declaró a Viral Bolivia.
Su hermana Lucía ratifica la fe de Erwin. “Hablé con él y me dijo que está bien. Es con el poder del Señor, que siempre nos cuida y tiene sus tiempos”, declaró después del accidente de autobús.
Como sea, Erwin Tumiri ha visto la muerte, cara a cara, dos veces. Una vez en Cerro Gordo, en Medellín, y otra en las montañas bolivianas.
Ese 28 de noviembre de 2016, jugadores y técnicos del club de fútbol brasileño Chapecoense, viajaban a Colombia en el vuelo 2933 de LaMia (LMI2933) para disputar el partido de ida de la Copa Sudamericana frente a Atlético Nacional.
Pero a las 10.15 pm hora de Colombia (una hora más en Venezuela), el vuelo 2933 de LaMia (LMI2933) se quedó sin combustible y se estrelló en la montaña Cerro Gordo de Medellín. Apenas le faltaban 5 minutos para llegar al aeropuerto José María Córdova.
De las 77 personas a bordo sobrevivieron solo seis: el técnico de aviación Erwin Tumiri y su compañera de tripulación Ximena Suárez, los jugadores Alan Ruschel, Jackson Follmann y Neto y el periodista Rafael Henzel.
El rescate de Tumiri fue muy emotivo. El joven técnico llamaba a gritos a sus colegas: «¡Angel! ¡Alan! ¡David!», mientras el rescatista le decía: «Ni grites, técnico, tranquilo. No te desgastes», sabiendo que nadie, además, le iba a responder. Tumirí parece darse cuenta de ello cuando luego, bajito y llorando, solo dice «mi tripulación…». Aquí está el video de ese momento:
Días más tarde, Erwin explicó que, además de encomendarse a Dios antes de cada vuelo, cumplió con las normas de seguridad: «Muchos se levantaron de sus asientos, gritando. Yo me puse en mi asiento en posición fetal con las maletas entre las piernas».
El autobús en Bolivia
Ayer, Erwin Tumiri era uno de los pasajeros que se trasladaba en el autobús que el martes 2 de marzo, a la 1 de la madrugada, se precipitó por un abismo de 150 metros en Santa Cruz, Bolivia. Le faltaban aún 400 kilómetros para llegar a su destino. Cochabamba.
En el lugar murieron 20 personas y 13 heridos fueron trasladados a hospitales de la zona y de la misma Cochabamba, dijo a AFP el jefe de la policía de Tránsito, Helsner Torrico Valdez.
Aumque aún se investigan las causas del accidente, por los comentarios de los accidentes pudo haber sido exceso de velocidad. Los pasajeros incluso llegaron a pedirle al chofer que rodara más lento.
Lo cierto es que, por segunda vez en cuatro años y siempre a oscuras, Erwin Tumiri se salvó de otro accidente mortal.