Al menos 45 personas murieron y decenas resultaron heridas cuando un avión militar filipino se estrelló e incendió tras un aterrizaje fallido en una pista en el sur del país, indicaron las autoridades.
En el último balance del ejército, aparecen tres civiles y 42 militares que se encontraban a bordo del avión de transporte tipo Hércules C-130 que se precipitó en la isla de Jolo, en la provincia de Sulu.
El secretario de Defensa filipino, Delfin Lorenzana, señaló en un comunicado que 92 personas, en su mayoría militares, viajaban en el aparato. Cinco siguen desaparecidos.
Algunos soldados fueron vistos saltando del avión antes de que impactara contra el suelo y se incendiara, dijo el general William Gonzales, comandante del grupo de tareas conjuntas de Sulu.
«Es un día triste, pero tenemos que mantener la esperanza», indicó.
Se trata de uno de los accidentes de aviación militar más mortíferos de la historia del país.
Fotos difundidas por el canal de televisión local Pondohan TV en su página Facebook mostraban el fuselaje del avión en llamas. Una columna de humo negro se elevaba sobre las casas ubicadas cerca del lugar del siniestro.
El general Cirilito Sobejana de las Fuerzas Armadas dijo que el avión transportaba tropas desde Cagayan de Oro, en la isla de Mindanao (sur), cuando se salió de la pista al intentar aterrizar en Jolo.
El aparato intentó «recuperar la potencia, pero no lo consiguió», explicó Sobejana.
El avión de cuatro motores se accidentó cerca de una cantera, en una zona poco poblada, dijo a la AFP la primera teniente Jerrica Angela Manongdo.
Los informes iniciales indican que el aparato se rompió en dos, afirmó a la AFP el teniente general Corleto Vinluan, jefe del comando de Mindanao Occidental.
Un estudiante de 21 años, Almar Hajiri Aki, dijo a la AFP que estaba junto a la carretera cuando escuchó «una ruidosa explosión».
«Pensaba que nuestra casa había sido impactada», dijo el joven que corrió con sus vecinos a ayudar a sacar los soldados de los escombros.
No fue un ataque
El vocero de la Fuerza Área, teniente coronel Maynard Mariano, señaló que se investigarían las causas del suceso.
De todos modos, lo tratan como un accidente y no como un ataque, dijo a la radio DZBB el portavoz de las fuerzas armadas, el general Edgard Arevalo.
Muchos de los pasajeros se habían graduado recientemente de la formación militar básica y estaban siendo desplegados en la isla como parte de una fuerza conjunta que lucha contra grupos armados en esta región de mayoría musulmana.
El ejército tiene una fuerte presencia en el sur de Filipinas, donde operan grupos como Abu Sayyaf, que suele llevar a cabo secuestros para obtener rescates.
Los aviones C-130 se utilizan para transportar tropas y suministros. También se despliegan a menudo para prestar asistencia humanitaria y ayuda en caso de catástrofe.
El senador Richard Gordon aseguró que es el cuarto accidente de un avión militar este año con «bajas masivas». «¿Estamos comprando aviones defectuosos con el dinero de la gente?», preguntó en Twitter.
El mes pasado, un helicóptero Black Hawk se estrelló en un vuelo nocturno de entrenamiento, causando la muerte de las seis personas a bordo.