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Las decisiones de Omar Vizquel y el buen béisbol

El beisbol puede crear enredados nudos difíciles de desatar por el vasto universo de escenarios que ocurren en él;. Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XIX, la esencia ha sido imperecedera: el buen juego basa sus células en el efectivo pitcheo y la ejecución de las órdenes. Venezuela lo consiguió contra Italia. Encontró lo necesario para ganar 4-3 después de tres cotejos que la memoria selectiva debería desechar. Ahora la selección está en la segunda fase frente a Estados Unidos, República Dominicana y Puerto Rico. El staff de lanzadores es el primer ítem a corregir… ¡Qué novedad!

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Texto: Andriw Sánchez Ruiz (@AnSanchezRu) / Foto: EFE

En medio de una conversación informal, luego de la tanda de preguntas en una clínica menor en El Hatillo, durante los primeros días de diciembre, Omar Vizquel trataba de descifrar lo que le vendría como mánager en el Clásico Mundial de Beisbol. Obviamente había muchas cosas que le emocionaban, otras le causaban ansiedad. Los nombres que quería utilizar en el lineup ya estaban organizados, aunque no deseaba hablar para evitar más llamaradas en la hoguera que encendió días atrás al decir que iba a contar con Carlos Carrasco en la rotación. Eso sí, a José Altuve y Miguel Cabrera los veía como hombres fijos en lo que buscaba. “Con ellos no hay secretos”, dijo.

Estar en el beisbol profesional desde 1984 le ha dado la experiencia suficiente. Pero ser piloto de Venezuela es su debut como el responsable absoluto de todas las decisiones técnicas en un equipo. El otrora campocorto no tuvo que esperar mucho para verse involucrado en el primer dilema: Rougned Odor. El infielder, a punta de crujidos con el bate, había dicho que su puesto no era el banco, aunque lo aceptaba con tranquilidad. Era necesario buscarle un puesto.

La opción fácil la ensayó en el caótico juego contra México, que le dio el derecho a la tricolor de disputar el desempate por el segundo lugar del Grupo D. En los episodios postreros sentó a Odúbel Herrera, quitó de la antesala a Martín Prado, lo corrió al jardín izquierdo y ubicó a Odor como un neófito tercera base. Sin embargo, se decantó por el movimiento más polémico contra Italia. Alineó al jugador de los Rangers como camarero y Altuve, el ganador de dos títulos de bateo de la Americana y tres años seguidos con más de 200 hits, vería todo desde el dugout. ¿Quién hubiera vaticinado eso?

Para su suerte, la ocurrencia le salió bien a Vizquel y todo su cuerpo técnico. Precisamente Odor, la ficha a la que le apostó, puso arriba a Venezuela en el noveno inning y anotó desde la antesala la carrera de la victoria, 4 por 3, con una magistral orden gestada por el alto mando: un kamikaze squeeze play, ejecutado perfectamente por Alcides Escobar, artista para tocar la bola.

“Teníamos esa jugada montada en el dugout antes de que Odor llegara a la base”, explicó Vizquel en la rueda de prensa, luego de espantar los ululantes espectros de la eliminación tempranera nacidos en 2013. “Cuando el lanzamiento estaba en el aire ya todo el mundo sabía lo que tenía que hacer”.

El pitcheo respondió

Si bien fue un movimiento importante, inscribir a Odor en la alineación fue solo un componente más en receta del laurel. Por fin Venezuela supo lo que era tener un staff de lanzadores efectivos, aunque irónicamente era el juego con más elementos en contra que tuvo.

Solo cinco brazos podían montarse en la lomita y el receptor Jesús Flores si la emergencia llamaba para alejar la posibilidad del humillante forfeit. El abridor Omar Bencomo Jr. logró mantener a Italia en una carrera con los 65 pitcheos que pudo tirar. El derecho debería recibir una condecoración por los cuatro buenos innings que actuó en la primera ronda, uno de los pocos escopeteros que no deslució.

De las cenizas renació Deolis Guerra con 2.2 innings sin aceptar anotaciones. El final de su trabajo se pudo ver como una decisión arriesgada por el cuerpo de instructores, debido a que solo tenía 33 envíos. El relevista de los Angelinos nunca lanzó más allá de los 2.2 episodios en 44 careos en los que participó el año pasado. Para darle más razón a Vizquel, José Alvarado cerró la Santamaría del sexto capítulo sin novedades.

Además del escudo y las ocho estrellas sería bueno colocar un símbolo que dibuje la angustia en la bandera venezolana. En el final, Francisco Rodríguez no se vio bien frente a Alex Liddi y recibió un largo cuadrangular. Sin embargo, enderezó de tal manera que retiró a los otros tres bateadores con rodados. Todavía el cuerpo médico de la selección debe ser cauteloso con él, pues molestias en la ingle y una de las corvas lo acechan.

Y si bien las buenas ejecuciones y la efectividad monticular ocupan gran parte de la fórmula, nada habría tenido sentido sin el despertar de Miguel Cabrera quien soltó cuadrangular, en el último tramo, para empatar a dos carreras. Como de costumbre, atacó el primer lanzamiento y al segundo balín de Mike DeMark, mandó la bola detrás de la barda del jardín central. ¿Quién puede enseñar a un pez a nadar? El bateo es algo que saldrá instintivamente tanto para el inicialista como para un roster identificado con eso.

El bochornoso nocaut y los exagerados bajones de los monticulistas no evitaron que Venezuela esté en la segunda fase del Clásico, entre las ocho mejores selecciones del certamen. Ni siquiera el mando más espeso puede ocultar que el combinado no jugó bien la mayor parte del tiempo y está lejos del nivel que se espera de uno de los grandes del mundo.

Para poder ser competitivos frente a República Dominicana, Estados Unidos y Puerto Rico –favoritos para ser campeones- los vinotintos necesitan afinar los brazos. Félix Hernández, Martín Pérez, Jhoulys Chacín y Yusmeiro Petit están obligados a no equivocarse frente a lo mejor que existe en el bateo. Silvino Bracho y Robert Suárez, severamente lesionados, necesitan ser reemplazados por brazos de calidad. Además Vizquel tendrá otra difícil decisión: elegir a dos pitchers a ser sustituidos por hombres del pool de reserva.

Las opciones son Leonel Campos, Arcenio León, Jhondaniel Medina, Franklin Morales, Edubray Ramos y Héctor Rondón. Está descartado el iniciador zurdo Eduardo Rodríguez, pues los Medias Rojas negaron el permiso.

La nueva estructura que muestre Venezuela dependerá de las decisiones de Vizquel. Lo hizo bien en el juego decisivo, pero es apenas del comienzo de un gran examen. Eso sí, es necesario que el equipo no vuelva a olvidar lo que es un buen juego de pelota y mejore el ansioso correr en las bases.

Lo más difícil espera en San Diego.

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