En 1962 una gigantesca obra civil de concreto armado uniría una costa con otra, bajo el tórrido sol de Maracaibo. Su extensión de 8.678,60 metros, por añadidura, abrasaría de estupefacción a propios y extraños. La inauguración del puente sobre el lago Rafael Urdaneta devino, si se quiere, cristalización de la eficacia de la incipiente democracia del siglo XX , que tanto Rómulo Betancourt defendió. Se cumplen 35 años del fallecimiento del expresidente
Ante el horror de los embajadores, que sentían un río de sudor deslizándose por la columna vertebral, el presidente de la República descendió del palco protocolar y echó a andar por aquella alameda de concreto abierta a los elementos. Eran casi las 11 de la mañana de un día de agosto en Maracaibo. El infierno propiamente dicho. Al menos, así lo percibían los diplomáticos de Estados Unidos, Holanda e Inglaterra, cuyos rostros encendidos eran mero asomo de su tormento.
El analista Ramón Guillermo Aveledo repasa la vida política de uno de los fundadores de la democracia venezolana, a propósito de la presentación de un libro de Carlos Canache
"Rómulo resiste" es el reciente documental de Carlos Oteyza que muestra como este líder político logró un modelo democrático –imperfecto sin duda alguna- que rigió la vida nacional por cuatro décadas
La llamada Doctrina Betancourt (1959) no se limitó a una manifestación antisoviética, como superficialmente se ha observado. Es un alegato a favor del gobierno civil democrático tras el derrocamiento del presidente argentino Arturo Frondizi, a despecho de las diferencias político-ideológicas entre ambos líderes
