Cultura

Luis Gerónimo Abreu recrea la cama como universo vital

El actor llegó a Caracas en marzo pasado para presentar en el BOD su monólogo “Camas”, pero no pudo por la pandemia del coronavirus. Ahora, del 3 al 6 de septiembre, lo hará en versión streaming, ajustado a la “nueva  normalidad”

luis gerónimo abreu
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La cama como universo contado en tono de comedia. Así describe Luis Gerónimo Abreu el monólogo Camas, que desde octubre del año pasado presentó en algunas ciudades en Venezuela, luego de lo cual emprendió una exitosa gira internacional que lo llevó a Buenos Aires, Santiago de Chile, Asunción, Guayaquil, Ciudad de Panamá, Miami y Houston. Allí obtuvo buena receptividad de público y crítica.

Prosiguiendo ese recorrido, llegó en marzo pasado a Caracas para hacer seis funciones, en el Centro Cultural BOD, pero surgió la pandemia del coronavirus y no pudo realizarlas, por lo cual se quedó confinado en Caracas con su esposa, la actriz y animadora Claudia La Gatta (coproductora del montaje) y Salvador, el hijo de 5 años de ambos.

Ahora el actor sí ofrecerá este montaje en nuestra capital, pero como la pandemia obliga, lo hará en versión streaming, del 3 al 6 de septiembre, en la plataforma online Play, servicio de transmisión digital bajo demanda de Ticketmundo, en una producción previamente grabada en el Centro Cultural BOD.

Luis gerónimo Abreu
Luis Gerónimo Abreu: «Hay muchísimas cosas que me han cambiado la vida significativamente y la primordial es el nacimiento de Salvador, mi hijo»

“Es un unipersonal de humor sencillo”, dice en torno a este espectáculo, escrito a cuatro manos con su padre, el fallecido primer actor Luis Abreu. “Relato en clave de comedia toda la cantidad de cosas que suceden durante nuestras vidas en ese mueble subvalorado, el universo donde nos procrean y dormimos, debajo del cual te escondías cuando tus padres te buscaban para reprenderte, donde sueñas y pasas buena parte de tus ratos de ocio».

Será muy interesante ver Camas en este nuevo formato, bajo la dirección de José Luis Zuleta, que ha permitido incorporarle otros recursos, mezclando lo intimista con el humor y elementos de stand up. Una experiencia inédita para el actor que, en la conversación que sostuvimos, manifiesta que lo tiene lleno de las mejores expectativas.

-Además del formato, ¿cuáles son las diferencias fundamentales que encuentras en Camas vía streaming, con relación a su original como propuesta teatral?

-Creo que la diferencia fundamental y más radical es la ausencia de púbico, indudablemente, que es una energía maravillosa que los actores sentimos en el teatro y que siempre nos lleva un poco más allá en las interpretaciones; y más en una comedia, donde las risas son para mí indispensables, son como gasolina. Porque Camas es una obra con la que me encanta interactuar con el público, a través de las redes sociales, de conversar con ellos en el teatro. Creo que la diferencia más grande es esa, la ausencia de público. Incluso, haciéndola en vivo, en streaming y conectados a través de la tecnología, no tenerlo cerca en el teatro, no escuchar ese “silencio”, la respiración, la concentración de la gente, las risas, es otro ambiente y otra energía, indudablemente.

-¿Cómo subsanar la ausencia de público, cuyas reacciones, en sala y en vivo, nutren significativamente, para bien o para mal, el desempeño actoral?

-Básicamente con concentración, concentrarse el triple. Es muy difícil subsanar esa ausencia, siempre va a estar ahí. A uno como actor simplemente le queda concentrarse cinco veces más e imaginarte que tienes al público ahí. Trabajar lo más cercano posible a una función teatral, por respeto a la gente que lo va a ver a través de la plataforma.

¿Cómo asumes tu preparación como actor para afrontar un reto semejante?

-De igual manera que una temporada de teatro, estudiando mucho la letra, estando claro, concentrado, con los mismos nervios. Creo que uno tiene que asumirla exactamente igual a como vas a hacer una función de teatro con el público presente, con el mismo respeto, con la misma seriedad, con la misma concentración, con las mismas horas de ensayo. No se le puede faltar el respeto a ninguna tendencia, creo que si vamos a ofrecer nuestro arte vía internet, vía streaming, hay que ofrecerlo igual, con todo el compromiso.

-¿No crees que la “nueva normalidad”, de mantenerse prolongadamente, podría significar un retroceso para el espectáculo, ya sea teatral o musical, sobre todo en lo referente a la necesaria interrelación con el público?

-No sé si un retroceso, pero sí es algo complicado. No solamente actores. Hay muchos rubros que han salido bastante perjudicados por la pandemia. Creo que la mayoría. Y es algo a nivel global. No creo que retrocedamos, porque pienso que cuando se puedan levantar las cuarentenas y cuando la ciencia nos ayude a tener una vacuna o una cura para esta enfermedad y volvamos al teatro, arrancaremos a hacerlo masivamente, con desesperación. Y vendrán cosas nuevas. Y seguiremos avanzando. Pero en este momento nos afecta a todos los que del teatro o de cualquier trabajo con público vivimos.

-Hay una cantidad de renglones de la economía sufriendo. Las aerolíneas y los aeropuertos son de los que también sufren muchísimo; los médicos, sobre todo en países como el nuestro, donde están mal pagados y se encuentran al frente de la batalla arriesgando la vida y las de su familia. Hay muchos, no solamente somos los actores. Yo creo que hay otros renglones de la economía que están golpeados; la agronomía en Venezuela por ejemplo, sin gasolina. Hay muchas cosas que están así, pero espero que no retroceda, simplemente que sea una pequeña pausa. Esa es mi esperanza. Ojalá también los creativos utilicen el tiempo de cuarentena para venir con cosas maravillosas y que tengamos unas obras nuevas geniales, de este tiempo ocioso que le han dado a la gente que escribe para ponerse a escribir. Ojalá la musa los visite mucho en cuarentena.

-¿Cómo fue la receptividad de Camas en los países donde la presentaste en teatro, antes de la pandemia del coronavirus?

-Ha sido maravillosa, la gente se siente muy identificada con la obra, se divierte mucho, se ríe, la pasa muy bien. Hay momentos de silencio total, donde uno como actor a veces piensa que están aburriéndose; pero no, es que se conectan realmente con lo que pasa en el escenario, acordándose de su infancia, de sus relaciones, de sus camas, de sus momentos, que sienten y ven identificados en el escenario. Disfruto los comentarios cuando termina la función y me bajo a compartir con el público, sobre todo con ese público venezolano que uno consigue en otros países, y que uno trata de saludar y estar con ellos, porque para los que están afuera siempre la nostalgia es enorme y uno es como un puntico de encuentro con el mapa. Yo me divierto mucho haciendo Camas.

-¿De qué manera te ha afectado el confinamiento que vives desde marzo pasado por la crisis del coronavirus?

-Me ha afectado como a todo el mundo, a diferencia de que yo estaba radicado en Bogotá y vine para acá a hacer precisamente una gira de Camas. Iba a presentar siete funciones y me agarró la cuarentena aquí y no pude regresar a Bogotá. Entonces me han cambiado una cantidad de planes que tenía e incluso no sé si regrese a Bogotá o no. Tomaremos esa decisión cuando se reabra todo, cuando se normalicen las cosas, o estén lo más cerca posible a la normalidad. Por supuesto que hay menos trabajo, funciones que se suspendieron, menos entrada de dinero, una cantidad de cosas. Menos espacio incluso, el apartamento de acá es más pequeño que el de allá, el colegio de Salvador, la vida familiar, todo te cambia, hacer clases por Zoom, ser entre Claudia y yo los maestros de Salvador, que un niño de cinco años se acostumbre a esa nueva modalidad de recibir clases.

-Nos afectó como a todos: el miedo, por supuesto, la preocupación por lo que sucede, el cuidarse de más. No sé si uno va a terminar en Alcohólicos Anónimos, de tanto alcohol que se coloca en las manos (ríe), cosas como esa. Somos unos seres humanos igual al resto y nos ha pegado mucho, como a todos. Y como ya comentamos anteriormente, nuestro trabajo es uno de los más afectados, no sé si de los más afectados, pero sí de los que va a tardar un poco más para volver a la normalidad. Pero bueno, ahí vamos, con esperanza y con fe, no queda otra. Eso es lo que hay.

–El confinamiento te tomó por sorpresa en Caracas, ¿crees que hubiese sido diferente si lo hubieses vivido en Bogotà?

-Allá la cuarentena ha sido mucho más radical en algunos momentos, más estricta; según los números de cada gobierno, hay más contagios allá que acá, pero básicamente hubiese sido lo mismo. De repente el clima, allá hace más frío que acá, Salvador estaría con todos sus juguetes, que no pudimos traer casi ninguno, de repente eso hubiese sido maravilloso para él, pero creo que en lo básico, en el ADN del asunto, sería igual, porque estar encerrado en una casa es estar encerrado en una casa, tenga la bandera que tenga.

-Yo tenía la ilusión de disfrutar Caracas, tenía tiempo que no venía a ver a la gente querida, a compartir, a disfrutar mi montaña, mi clima, mi playa y, bueno, todo esto truncó esos planes y entonces no siento que llegué a Venezuela todavía, pero creo que esta es mi patria, mi casa, y aquí estamos bien.

-¿Crees, como muchos sostienen, que el mundo será otro después de la pandemia, más propenso a la “solidaridad y la convivencia armónica” a todos los niveles?

-Yo no sé si la esencia del ser humano va a cambiar después de esto. Ojalá no sea muy cínico y muy pesimista y los demás tengan razón y la gente va a ser más solidaria y tenga una convivencia más armónica, pero en medio de la pantalla no creo que se haya demostrado eso. Siento que en  algunos países incluso quieren sacar a los médicos de sus edificios por miedo a contagiarse¸ la gente incluso no quiere decir que se contagió, que tiene el Covid, por miedo al rechazo, a que los traten como apestados. Hay mucha gente solidaria, pero creo que ya era así antes de la pandemia. Tenemos años deseando que cambie el tema de la contaminación, el del plástico y la capa de ozono. Tenemos años tratando de que cambie y se concientice el daño que le hacemos al planeta y no lo hemos logrado.

Luis Gerónimo Abreu
Luis Gerónimo Abreu: «Ojalá me equivoque, pero no creo que apenas levanten la cuarentena o consigan la vacuna el ser humano va a ser otro «

-Es un proceso bastante lento y ojalá yo me equivoque, pero no creo que apenas levanten la cuarentena o consigan la vacuna el ser humano va a ser otro. Pienso que los que entraron a la vacuna siendo solidarios y armónícos van a seguir siendo solidarios y armónicos; a lo mejor un poco más. A lo mejor a un grupo de gente que le haya afectado directamente la pandemia le cambie la manera de pensar, alguien que de verdad haya tenido mucho miedo de no superarla vea la vida de otra manera. Yo sé que va a haber gente que sí cambiará, pero no sé si la humanidad por completo. Ojalá esté equivocado y que sí haya una diferencia, pero hasta ahora no la he visto.

-¿Qué esperas de Camas en esta nueva etapa que ahora comienzas?

-Lo que espero es que la gente se divierta mucho. Ojalá tenga la energía como para desde su casa inventarse una salida, ponerse algo de tomar, algo para picar, comer, cenar mientras ven la función, conversar, reírse, pasarla bien, que después de la función hagan una tertulia en su casa tomándose algo, comenten la obra: qué le gustó más, qué le gustó menos. Como si fueran a cenar después del teatro y estén hablando de una película, de una obra que hayan visto, que lo tomen como una salida, una desconexión de todo lo que nos preocupa en este momento, que tomen esa hora treinta y cinco minutos para divertirse, para reírse, para relajarse, para sentirse identificados. Espero lo mismo que cuando hago una función en vivo: que la gente sonría, se sienta bien y se vea retratada de alguna manera en el escenario.

-¿Proyectos artísticos o de otra índole para cuando vivamos la “nueva normalidad” después de la pandemia?

-Creo que este momento es muy difícil para planificar nada: Hay algunas cosas conversadas, pero muy por encima. Son posibilidades, no hay nada concreto. Es muy difícil planificar ahora, porque a veces sientes que ya esto se está acabando y aparece otra noticia más, Creo que todavía hay mucha incertidumbre. Hay que ver que todo se vaya acomodando para poder tener una visión más concreta de lo que puede pasar después de esto. Ojalá sea pronto y pueda volver a un escenario o a un set rápido. Tengo las ganas, pero esperaremos a ver qué sucede.

-¿Si te dan la oportunidad de elegir un trabajo actoral que siempre hayas querido hacer, cuál escogerías y por qué?

-A esa pregunta siempre le huyo, como a la de las anécdotas, porque en realidad uno nunca se acuerda durante la entrevista qué responder y cuando termina la entrevista te vienen diez mil respuestas a la cabeza. ¿Qué quisiera hacer? Un personaje que me rete, que me dé nervios, que me dé miedo a hacerlo, un personaje que me permita seguir equivocándome y creciendo, con mucha carne. Pero algo específico no se me ocurre en este momento, solo un personaje que me asuste, que me dé mariposas en el estómago, que me ponga a estudiar el triple, que sienta que no le llego, que me rete. Creo que es eso.

-¿Hay algo que te haya cambiado la vida significativamente?

-Hay muchísimas cosas que me han cambiado la vida significativamente. La primordial es el nacimiento de Salvador, mi hijo. Eso es indudable que te cambia la vida. Las despedidas también te cambian la vida: mi mamá, mi papá, mis hermanos, mis abuelos, mi tía. Las bienvenidas y las despedidas son momentos que te cambian significativamente. Pero si tengo que elegir un momento, es indudablemente el nacimiento de Salvador, eso te cambia radicalmente la manera de ver las cosas, el día a día, cambia todo.

-¿Estás de acuerdo en que la tendencia de los canales de señal abierta es a desaparecer para darle paso a las plataformas de streaming, donde el televidente escoge lo que realmente desea ver entre un menú de opciones?

-Yo creo y espero que no. Lo mismo decían de la radio cuando apareció la televisión y ahí está la radio todavía, más presente que nunca. Yo creo que van a coexistir, van a convivir, La televisión en vivo es importantísima para las noticias, para los eventos deportivos, para una cantidad de cosas. A veces me canso del streaming y paso a televisión en vivo, me gusta hacer zapping y conseguir cosas de repente que me sorprendan. O pasarme media hora haciendo zapping nada más a ver qué está pasando en todos los canales y ver qué hay por ahí, cuáles son las ofertas.

-Mucha gente conocedora del tema dice que sí va a pasar, otra dice que no. Yo espero y creo que no. Pienso que hay cosas que la televisión privada te da que el streaming no puede. Puede ser que cambie el sitio donde la veas, que la empieces a ver desde la computadora y que de repente el aparato como televisor no lo uses, pero creo que seguiremos viendo los canales en vivo, los canales privados. O el televisor va a seguir evolucionando al punto de ser una computadora más, algo que ya sucede, ya existe. Espero que la televisión abierta siga estando por ahí acompañándonos.

-¿Qué significó la serie Bolívar para ti, en términos de tu desarrollo como actor?

Significó mucho estar en una superproducción de ese tamaño al frente del elenco y estar en Netflix, que llega a tantas partes, que hace tu trabajo mucho más visible en otros países. Como en la época en que Venezuela exportaba sus telenovelas y te veían en todo el mundo, ahora Netflix está ayudando a que eso suceda. Aparte de la experiencia y la responsabilidad de estar al frente del elenco de una producción de ese tamaño, te cambia la visión de muchas cosas. Trabajar con gente que no conoces, aprender y absorber de los camarógrafos, de los directores, de la gente de arte, de los otros compañeros, todo ello  influye en tu desarrollo como actor.

-Este es un trabajo de equipo y uno aprende mucho de cada persona con la que trabajas, pero desde el utilero hasta los compañeros actores, los escritores, los directores y productores, de los ejecutivos del canal, de la manera en que hacen las cosas, cómo trabajan. Y eso te nutre, te convierte en un mejor profesional. Es una maravilla por eso salir de tu país y trabajar con otra gente afuera que tiene otra manera de hacer las cosas, siempre te hace crecer un poco.

-Estoy muy orgulloso de haber hecho Bolívar, feliz por la reacción de la gente que la disfruta tanto, que aprende con la serie y se enteran quien fue el Libertador, los que no lo conocían. Y los que lo conocían entran a Google o a Wikipedia y empiezan a investigar a ver si lo que pasa en la serie es totalmente cierto o no, y se van empapando de nuestra historia. Los que están fuera de Venezuela se acercan a verla y su corazón se llena un poquito más del país y los ayuda con la nostalgia. Hay muchas cosas que me hacen sentir orgulloso de la serie, que significa mucho en mi carrera y en mi desarrollo como actor.

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