Venezuela

Luis Parra, la pieza que recrudeció la desestabilización del país

Parra afirmó haber tomado una vía independiente sin tutelajes pero eso no lo aparta de sus presuntos nexos con el chavismo, quien le dio el beneplácito en la cámara, algo inédito en los 20 años de gobierno

Daniel Hernández
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Es casi la una de la tarde y el despacho de la presidencia de la Asamblea Nacional abre sus puertas. Adentro ya no está Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, sino Luis Parra, diputado por el estado Yaracuy quien el 5 de enero fue colocado en ese cargo bajo un velo de irregularidades que le pesan.

El parlamentario, vestido con un traje a rayas, da la entrevista en un espacio abierto contiguo al Salón Elíptico. En frente, se asoma el enorme escudo de la nación. Alrededor, un exagerado tren de seguridad ocupa pasillos, salones y esquinas, atentos a cualquier suceso.

El legislador no tiene ninguna duda sobre el cargo que desempeña: “soy el presidente de la Asamblea Nacional”, dice con una Constitución en la mano que sacó de uno de sus bolsillos. Es la barrera que utiliza para evitar que se le asocie con las conductas de Nicolás Maduro, tachado de írrito e inconstitucional.

Aún no se atreve a decir si logrará el cese del desacato, pero se refiere a él como un invento más. Dice querer lograr las sonadas elecciones, pero con condiciones limpias. El detalle es que Maduro y Cabello afirman que para 2020 se efectuarán los comicios.

Si hubiese una forma de describir lo que Parra pretende hacer es evitar la confrontación. Pero sus acciones fueron diametralmente opuestas cuando fue juramentado en la cámara, en una sala en donde estaba presente la plana del chavismo. Según cuenta, el 5 de enero recibió con 81 votos la presidencia del Parlamento. “30 votos fueron de oposición y 51 del oficialismo”, indica.

Sin embargo, el domingo Parra informó a los medios que las actas que constataban lo dicho se habían extraviado. Esta repentina pérdida del acta evidenció lo irregular del hecho, pero a pesar de esto Parra insiste en que todo el acto fue legal.

Cuenta que el 5 de enero recibió con 81 votos la presidencia del Parlamento / Daniel Hernández

Pero es el constituyentista Francisco Torrealba, el mismo que el día de la sesión inaugural ordenó a Parra quedarse en su puesto y no salir del recinto, quien desmiente al diputado. A su juicio el acta existe y “está firmada por el director de debate accidental porque el señor cobarde no quiso entrar, porque los vicepresidentes estaban en el Hemiciclo, no quisieron instalar”.

Ahora es el Tribunal Supremo de Justicia dominado por el chavismo quien le exige a la Asamblea Nacional y a la criticada junta entregar en un lapso de cinco días las copias certificadas del acta con el quórum y así evitar sanciones.

La Carta Magna señala que la mayoría presente es la que cuenta para la juramentación, bajo este precepto se sustenta el chavismo y la bancada que Parra lidera.

Sin embargo, el artículo 24 de la Constitución establece que es la junta directiva quien preside el proceso. A su vez, el artículo 64 expone que solo el presidente del Parlamento puede solicitarle al secretario si hay o no quorum.

Parra afirma que el total de presentes en la Asamblea ese día fue de 127 diputados. Para decir eso rescata unos comentarios del segundo vicepresidente, Stalin González. Pero Parra no se atreve a decir quiénes fueron los que votaron por él, al menos sobre los 30 diputados.

Para él era evidente que había quórum. “Esas bancadas estaban casi llenas. Ahí estaba Ramos Allup, Ángel Medina, Juan Pablo Guanipa. Ya una vez verificado el quorum se somete a consideración y se presentan las postulaciones por plancha y ellos, por la negativa, no quisieron postular a Guaidó. Si ellos ganaban lo juramentábamos, no había problema, pero todo en buena ley y aquí ganamos voto a voto”.

El legislador no tiene ninguna duda sobre el cargo que desempeña / Daniel Hernández

Horas después en la sede de El Nacional, el presidente interino se juramentó por segundo año consecutivo como presidente del Parlamento ante más de 100 diputados entre principales y suplentes. Pero para Parra ese acto fue ilegal.

“Ellos tenían la opción del voto nominal y no lo hicieron porque sabían que había quórum y tampoco pidieron verificación, entonces se votó por evidente mayoría”.

Esa mayoría sigue entredicha. Para los venezolanos y la comunidad internacional, ese día Juan Guaidó no pudo acceder a la cámara y los chavistas sí.

Parra afirmó que el mismo Guaidó fue quien solicitó a la Guardia Nacional su presencia en el Palacio Federal Legislativo. Agregó que lo hizo para para evitar el ataque de colectivos. Además, argumentó que a Guaidó nadie le prohibió la entrada y que en cambio armó un show político.

Aseguró no sentirse identificado con Juan Guaidó y su liderazgo. Por el contrario, se siente discriminado por las cúpulas del G4 —conformado por AD, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia, partido al que perteneció y se le separó- de las que aseguró no recibía apoyo.

El diputado, que llegó ese 5 de enero en una lujosa camioneta Toyota —valorada entre 40.000 y 60.000 dólares a la AN- aseguró que ciertos diputados se morían de hambre dentro del partido y que solo eran importantes cuando se necesitaba su voto. Sin embargo, durante la conversación afirmó que la noche previa al 5 de enero fueron hospedados en el hotel Eurobuilding de Caracas.

Parra dice que él mismo es quien se financia y que no cuenta con el apoyo de gobiernos, ni de partidos. Por el contrario, son sus años de trabajo en el comercio informal los que lo han llevado a dónde está. Asimismo, presume de una trayectoria reconocida en su estado, vinculada al mundo agropecuario.

“A mí nadie me puede llamar ni ladrón ni corrupto”, afirma en un país donde el venezolano a duras penas gana $5  al mes.

Sin tutelajes

Parra afirmó haber tomado una vía independiente sin tutelajes pero eso no lo aparta de sus presuntos nexos con el chavismo, quien le dio el beneplácito en la cámara, algo inédito en los 20 años de gobierno.

Pero para él hay una razón. “Lo hicieron porque apoyan a todo lo que se acerque a una solución de paz. Ellos nos reconocen porque no estamos en el camino de la confrontación. Si tú estás aquí como Poder Legislativo y te voy a destruir como Poder Ejecutivo, ¿cuál es la respuesta? Un silletazo porque la violencia genera violencia”.

Aunado a esto el portal web Armando Info señaló en un reportaje a Parra y a otros parlamentarios de escudar a empresarios vinculados a los CLAP. La investigación apunta a presuntas cartas de recomendación entregadas a la Fiscalía de Colombia, creando un entramado y una serie de viajes para lograr dichos beneficios.

Lamenta que esas acusaciones lo salpiquen a él y a un empresario miembro de Primero Justicia a quién llama su “compadre”, porque lo pusieron en el escarnio público junto a sus empresas. “¿Se merece eso?”, pregunta, aun cuando días atrás negó conocer a alguno de los vinculados.

Algunos de sus compañeros diputados aseguraron que Parra quería tomar el cargo de Guaidó para darle beneficios a Rusia. La razón: tomar el control de pozos petroleros, manejar empresas mixtas y canjearlos por bonos de la deuda.

Parra respondió que en la AN se pagaron los bonos 2020. “Aquí ni supimos cómo se pagó eso. Preguntemos cómo es que unos bonos son buenos y pagan otros que son malos. Todos los contratos de interés públicos tienen que pasar por la aprobación de este Parlamento”, reclama.

Dice que él mismo es quien se financia y que no cuenta con el apoyo de gobiernos, ni de partidos / Daniel Hernández

A su juicio, las acusaciones son un ataque más que busca alimentar las matrices de opinión en redes sociales. “En Agua Fría, en Tierra Fría o en Abrigo —barrios y comunidades de Yaracuy- no llegan las redes sociales, ahí está la gente que apoya a Luis Parra”.

Comprados

Sus pares y excompañeros en la oposición lo llamaron vendido. Según ellos recibieron maletines con dólares por parte del chavismo para comprar sus lealtades, socavar la votación de Guaidó e incluso desarticular el único resquicio de poder independiente.

Parra lo niega y culpa a las “cúpulas opositoras” de atacarlo porque desde siempre ha sido una voz irreverente dentro de Primero Justicia.

“Juan Guaidó nos estafó, no cumplió los tres puntos y cuando quisimos mostrar otro camino nos hicieron a un lado, pero a esta fórmula se le irán uniendo más diputados”, afirma.

Ese descontento en el que hace hincapié comenzó a tomar forma luego de los sucesos del 30 de abril, afirmando que en ese momento la ruta había fracasado. A esto agregó ciertos casos de corrupción. “Esos escándalos no son precisamente Luis Parra. A mí no me han dado ningún recurso, eso se lo han dado a la ayuda humanitaria y a algunos administradores de la junta saliente».

Intentar desarrollar el rol de presidente de la Asamblea cuando las figuras de poder indican que no lo eres llevó a los Estados Unidos a imponer sanciones contra el legislador, quien admitió que no le importaba. “Nadie puede sancionar a un poder autónomo, eso solo favorece el discurso de Maduro. Yo voto y actúo con libertad de conciencia. No más injerencias de EEUU, ni de Rusia, ni de Cuba. El Legislativo es autónomo”.

Tampoco aceptará los de Cabello, jefe de la constituyente. “Él no nos manda. Él es un diputado que tiene que respetar la AN, el verdadero poder, lo demás es consecuencia del conflicto. Tiene que volver aquí y dar la cara igual que Juan Guaidó. Él sigue siendo un diputado y debe venir a sesionar”.

Entre las consecuencias del conflicto destaca la permanencia de Maduro como jefe de Estado y la existencia de una figura de presidente interino, Indirectamente reconoce a ambos indirectamente, así como la ambivalencia de poderes. Todas estas, consecuencias de las confrontaciones que garantiza, desaparecerán mientras se den señales ciertas de un reencuentro, pero su sola presencia dentro de la AN luego del 5 de enero es una confrontación y una bomba que desestabiliza la política y a sus excompañeros a los que hace semanas defendía y apoyaba, aun cuando sentía discrepancias que dejó en evidencia aquel día.

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