Migración

Migración: Venezuela padece el mayor éxodo del mundo en un país sin guerras

La gran mayoría del país no cree que las cosas vayan a mejorar y tampoco visualizan un cambio positivo en sus vidas. Esa falta de esperanza, esa ausencia de expectativas positivas, termina siendo también un disparador para migrar

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Las guerras, históricamente, han empujado a la población civil a la migración masiva. La invasión y destrucción de Ucrania, que hemos presenciado este año como empeño del régimen de Vladimir Putin, ha colocado en primer lugar al éxodo masivo de ucranianos.

De acuerdo con cifras de las agencias de Naciones Unidas, en el primer semestre del conflicto bélico huyeron de Ucrania un total de 7,6 millones de personas, con lo cual esta crisis humanitaria es la de mayores dimensiones. Además, no hay señales de que Moscú vaya a cejar, en corto plazo, en su objetivo de apropiarse de partes significativas o la totalidad del territorio ucraniano, con lo cual esta cifra seguirá en alza.

La tercera crisis humanitaria global, por volumen de migrantes o refugiados está en Siria. En 2011 estallaron una ola de protestas contra la dinastía familiar, en el poder desde 1970, que en este siglo XXI encabeza Bashar al-Asad. Una cruda represión de lo que en su origen fue una protesta civil y pacífica, desencadenó respuestas también armadas de diversos grupos, algunos incluso con financiamiento externo.

Una guerra con muchos frentes, acciones terroristas, violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos, todo ello se ha combinado en Siria por algo más de una década. Bashar al-Asad sigue en el poder y 6,5 millones de sirios huyeron de su país en estos años.

¿Y Venezuela?

En medio de una Ucrania resistiendo la invasión rusa, y una Siria devastada por un régimen aferrado al poder, está Venezuela como el segundo peor éxodo global.

La Organización de Naciones Unidos certificó que al cierre del mes de septiembre un total de 7,1 millones de venezolanos habían abandonado su país, en la segunda crisis migratoria y de refugiados más alta del mundo, sólo superada por la huida masiva de ucranianos tras la invasión de Rusia.

La Plataforma R4V, que reúne los esfuerzos de varias agencias de la ONU en respuesta al éxodo de venezolanos, confirmó el pasado 12 de octubre que 5,6 millones de quienes han salido de Venezuela están en otras naciones de América del Sur. De Ucrania, como hemos señalado, han salido 7,6 millones de personas en el último semestre, mientras que la crisis migratoria de Siria – de larga data- suma lo ya señalado de 6,5 millones de refugiados y migrantes.

En líneas generales, según las cifras de la ONU, en Colombia se han asentado 2,5 millones de venezolanos, siendo el mayor país de acogida. En Perú están 1,5 millones, en Ecuador la cifra de venezolanos asciende a medio millón. Le siguen Chile con 448.000 y Brasil con 364.000, según el reporte de la plataforma R4V.

Las cifras de 2022, en su gran mayoría enfocadas en el paso masivo de venezolanos por la Selva del Darién en ruta hasta Estados Unidos, hasta que la Casa Blanca cerró esa opción el pasado 12 de octubre, muestran un auge nuevamente en el éxodo venezolano. Los dos años de pandemia por la COVID-19, con fronteras cerradas y economías paralizadas, por un lado detuvo la salida de venezolanos, al tiempo que se registraron efectivamente regresos al país.

Huida a EEUU

Sólo en el mes de agosto ingresaron a Estados Unidos, cruzando la frontera desde México, 25.000 venezolanos, con lo cual el tope anual de 24.000 ingresos que fijo el gobierno de Joe Biden es a todas luces insuficiente. Los activistas en derechos humanos advierten que el cierre de una frontera no detiene el flujo migratorio, y que lo que vendrá es el ingreso por vías más riesgosas o en manos de “coyotes” o mafias dedicas al tráfico humano.

La espiral inflacionaria en esta etapa final de 2022, la ausencia de un número significativo de fuentes de empleos, junto a salarios (en el mejor de los casos) de subsistencia cuando no de hambre, son el telón de fondo en el caso venezolano para explicar porqué la gente huye de su país, cuando éste país no está en guerra. O tal vez sí lo ha estado, pero de otro tipo.

Junto a las razones objetivas, especialmente económicas, están las subjetivas, las muy personales. Las encuestas vienen mostrando que los venezolanos están desesperanzados. La gran mayoría del país no cree que las cosas vayan a mejorar y tampoco visualizan un cambio positivo en sus vidas. Esa falta de esperanza, esa ausencia de expectativas positivas, termina siendo también un disparador para migrar.

En materia de ayuda humanitaria, la crisis migratoria venezolana está soslayada según Rachel Schmidtke, directora para América Latina de la ONG Refugees International. Comparando el éxodo venezolano con el ucraniano, que tiene dimensiones relativamente semejantes en el gran volumen de personas forzadas a dejar el país, la respuesta de la comunidad internacional es bastante diferente.

“Este año, los donantes solo han financiado el 13 por ciento del plan de respuesta humanitaria para los venezolanos, mientras que el plan de respuesta de Ucrania ha recibido casi cinco veces la cantidad de apoyo”, comentó la activista en una entrevista con el canal de noticias CNN, hace un par de semanas.

Esto deja en evidencia el orden de prioridades para la comunidad internacional.

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