Migración

Denuncian que funcionarios panameños abusan sexualmente de migrantes

El diario El País dio a conocer parte de un informe presentado por la ONU a las autoridades panameñas en el que se denuncia que funcionarios del servicio de fronteras demandan intercambio sexual a mujeres y niñas migrantes que llegan tras cruzar la selva del Darién

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venezolanos Migrantes cruzan Guatemala el Darién, cada vez hay más venezolanos. Foto EFE

El gobierno de Panamá investigará presuntos abusos sexuales de funcionarios panameños a migrantes irregulares para facilitar su traslado hacia Costa Rica, después de que el diario El País publicara parte del contenido del informe de un relator de la ONU con esta y otras denuncias.

El Ministerio de Seguridad aseguró en un comunicado que si hay indicios o denuncias formales, «el gobierno de Panamá llevará a cabo las investigaciones pertinentes hasta las últimas consecuencias».

La reacción del gobierno panameño se produce después de que el diario español El País publicara extractos de un documento de la ONU al cual tuvieron acceso. La nota del medio dice: «Las migrantes que atraviesan el tapón del Darién no solo se enfrentan a abusos sexuales durante el trayecto por la selva; también lo sufren en las Estaciones de Recepción de Migrantes (ERM) del Gobierno de Panamá. Así lo recoge un documento de las Naciones Unidas sobre graves vejámenes que habrían sido cometidos por parte de funcionarios del Servicio Nacional de Migración y del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront)».

“Según estas denuncias, el personal del SNM y del SENAFRONT habría solicitado intercambios sexuales a las mujeres y niñas alojadas en la ERM de San Vicente que carecen de dinero para afrontar los costes del transporte” entre las estaciones y Costa Rica, dice el documento hecho por la Relatoría especial sobre los derechos humanos de los migrantes y conocido por EL PAÍS. Lo hacen, continúa el texto, “con la promesa de permitirles subir a los autobuses coordinados por las autoridades panameñas para que puedan así continuar su viaje hacia la frontera con Costa Rica”.

Según explica El País en el documento de 18 páginas también hay denuncias por «trabajos forzados» para poder pagar los 40 dólares que cuesta esa travesía: “Esta información vendría acompañada de preocupaciones sobre la voluntariedad del trabajo realizado, dada la supuesta falta de alternativas que permitan a las personas migrantes abandonar las ERM”.

El informe del relator especial para los derechos humanos de los migrantes, Felipe González Morales, también lo suscriben los relatores especiales en detención arbitraria, desapariciones forzadas o involuntarias; trata de personas; y violencia contra las mujeres y las niñas. En su texto El País explica que el informe fue presentado en diciembre ante las autoridades panameñas estableciendo un plazo de 60 días -que ya se cumplió- para que dieran respuesta a las denuncias, cosa que hasta la fecha no ha ocurrido por parte del Senafront.

Sin embargo, el gobierno panameño indicó que no existe «ninguna» denuncia formal. Las autoridades competentes han atendido «toda denuncia presentada» por los migrantes y «en ninguna de estas ha habido mención de la participación de funcionarios públicos panameños» en estos presuntos hechos, indicó la nota oficial.

El gobierno panameño también rechazó «los señalamientos que tratan de desvirtuar la labor humanitaria».

El informe de la ONU señala que tienen reportes de retenciones de migrantes -incluidos menores de edad- durante largo tiempo y en condiciones inadecuadas «expuestas a situaciones de abuso por parte de las autoridades que gestionan estos centros». Y en los casos de denuncias de vejámenes sexuales, esto es lo que ocurre: «Las personas que denuncian deben permanecer varios días en las estaciones migratorias mientras el Ministerio Público lleva a cabo las investigaciones, circunstancia que termina disuadiendo a las personas para no denunciar los hechos».

La selva del Darién se ha convertido en un corredor para la migración irregular que, procedente de Sudamérica, trata de llegar a Estados Unidos a través de América Central.

Esta frontera selvática entre Panamá y Colombia, de 266 km de largo y 575.000 hectáreas de superficie, es una ruta plagada de peligros, como animales salvajes, ríos caudalosos y grupos criminales.

Pese a ello, y según datos del gobierno panameño, en 2022 pasaron por el Darién 248.000 personas, una cifra que pulverizó los registros del año anterior, cuando 133.000 migrantes realizaron la travesía.

En su mayoría son venezolanos, aunque también hay ecuatorianos, haitianos y cubanos, además de africanos y asiáticos.

Para paliar la situación, el gobierno panameño, en conjunto con distintas agencias de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, ha levantado varios campamentos para la atención humanitaria a los migrantes.

Con información de AFP y El País

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