Migración

De la integración a la deportación, los nuevos retos para la migración venezolana

Los vuelos de deportación de migrantes venezolanos son cada vez más frecuentes en algunos países del área, Estados Unidos y hasta de Europa. La narrativa de que Venezuela es un país seguro para regresar contrasta con la realidad de una crisis humanitaria compleja que persiste | Por Andrés Cañizález y Miguel Ángel Valladares

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La integración a los países de acogida sigue siendo un desafío para la migración venezolana, más en tiempos en lo que los “retornos voluntarios” y las deportaciones se han convertido en una opción para los diferentes gobiernos. Desde Alemania, pasando por Islandia, Chile y Estados Unidos, se ha tomado la decisión de regresar migrantes, lo que ha puesto en alerta a países como Colombia, ante un incremento de los mismos en su territorio.

María Clara Robayo, internacionalista e investigadora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario en Colombia, explicó en el programa En Este País, que se transmite por la Red Nacional de Radio Fe y Alegría que el gobierno de Gustavo Petro, que no ha aplicado deportaciones de venezolanos, podría experimentar una nueva oleada debido a que las condiciones críticas del vecino persisten.

“El 2023 vimos un cambio en la manera en la que los gobiernos de los países receptores de la migración venezolana fueron cambiando sus políticas públicas para pasar a ser más restrictivos. Ahora vemos vuelos de expulsión y supuestos retornos voluntarios en los que hay personas esposadas”, dijo Robayo en una entrevista para la cuenta @migramonitor.

Para la investigadora, la naturalización de que las condiciones de vida en Venezuela han mejorado es equivocada. “Sí ha habido cambios en Venezuela con respecto a los años 2018 y 2019, quizás los años más duros de la migración, pero cuando miramos a detalle las condiciones sociales del país siguen siendo muy complejas. El precio de la canasta básica y los índices de desnutrición tienen tasas muy altas”.

Según un estudio del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario de Colombia, la migración venezolana no ha parado pese a la narrativa de una mejoría en las condiciones socioeconómicas. “Venezuela sigue siendo el principal generador de migración en el continente y Colombia el principal receptor”.

Esta investigación arrojó que muchos migrantes están regresando a Venezuela y luego de 3 o 4 meses vuelven a emprender un nuevo proceso migratorio. “Así Colombia recibe a una población doblemente victimizada, por la difícil situación de Venezuela, pero también por lo complicado que se hace la integración en los países de acogida”.

Perspectivas para el 2024

Cifras aportadas por Migración Colombia indican que la población venezolana en ese país disminuyó 1.1% en 2023, mucha de esa estadística la conforman personas que vivieron una nueva migración, principalmente por el temido Tapón del Darién.

“Lastimosamente hemos visto como América Latina ‘descubrió’ que el Darién era una opción. No es un lugar seguro para tomarla como una ruta migratoria pero las condiciones de la región, en especial de Venezuela, son tan fuertes que muchos se arriesgan. La nacionalidad que más se mueve por allí es la venezolana con un 69% y luego la haitiana”.

Robayo indicó que en los primeros 15 día de enero, pasaron por el Darién unas 15 mil personas, lo que lleva a pensar que las cifras a final de mes fueron similares a las del 2023 en ese período. “Los países de Centroamérica enfrentarán estas proyecciones y, posiblemente, eclipsen el debate sobre la necesidad de integración por parte de la población venezolana en Colombia y en otros países de América, lo que puede ser causante de los pasos por el Tapón. Estos migrantes no se han podido integrar en otras naciones por lo que deciden tomar rutas peligrosas para ir a Estados Unidos”.

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