Migración

Migración venezolana: el sueño de una mejor vida no siempre se cumple

Una reciente encuesta, cuyos resultados difundieron agencias especializadas de la ONU, volvió a mostrar un mapa de las necesidades de los migrantes venezolanos asentados en América Latina y el Caribe

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Integración, vivienda y protección. Estas tres palabras resumen necesidades y prioridades para los 7,7 millones de personas que emigraron de Venezuela en la última década. Tener tales necesidades satisfechas es aún un sueño para muchos, especialmente para aquellos migrantes de tiempos más recientes.

La integración en las comunidades de acogida, la obtención de una vivienda digna y la protección frente a amenazas son las principales necesidades declaradas por los migrantes venezolanos en los países de destino. Así sintetiza la nota de prensa puesta a circular por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes en Venezuela (R4V), que reúne los esfuerzos de la ONU junto a varias ONG en distintos países.

El estudio incluyó la aplicación de encuestas en unos 14.000 hogares en 15 de los 17 países donde se han constituido comunidades de migrantes venezolanos en América Latina y el Caribe.

En las ciudades de destino de la masiva migración venezolana de los últimos nueve años, cerca de un 63 por ciento de los venezolanos entrevistados reconoce que tiene necesidades. No tienen una vida que se pueda considerar plena o resuelta en términos coloquiales. La cifra aumenta de forma importante, para llegar a 88 por ciento si se trata de personas aún ‘en tránsito’ o migrantes de tiempo reciente.

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Fuente: Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes en Venezuela (R4V)

Las necesidades no satisfechas no afectan exclusivamente a los migrantes. En general las comunidades donde se asientan venezolanos, en más de una tercera parte, se evidencian necesidades no satisfechas.

Un aspecto clave, en el cual históricamente las entidades especializadas de la ONU como la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), han insistido tiene que ver con lograr superar la condición de irregularidad. Los migrantes necesitan tener papeles, como se dice popularmente en Venezuela, para poder insertarse socialmente en esos países que les reciben.

Sin tener permisos, sin contar con un documento de identidad local o sin posibilidad de acceder a una visa, es imposible que un migrante pueda convertirse en ciudadano, en una persona productiva en las dinámicas formales de la economía. Sin papeles estará condenado al trabajo informal, a la explotación, al no tener derechos.

Fuente: Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes en Venezuela (R4V)

Dice la ONU que uno de los pilares básicos sobre los que se sustenta el potencial desarrollo e integración de los migrantes es el de la legalidad. De acuerdo con este estudio, en la región alrededor de 4,5 millones de venezolanos cuentan con algún documento que les permite vivir dentro de la legalidad de cada sociedad receptora. Pero, unos 2,2 millones permanecen en situación irregular, «debido principalmente a los altos costes y a los estrictos requisitos de entrada y de visado, así como a complejos procesos legales», según sostiene el informe.

Esto arroja que uno de cada tres migrantes de Venezuela afincado en la región latinoamericana y caribeña está en una condición de irregularidad.

Asimismo, alrededor de un 61,4 por ciento de los entrevistados comentó tener dificultades carencias en materia de integración. Esto revela que no se trata solamente de tener papeles para estar efectivamente integrado en la comunidad a donde se migra. Del mismo modo, un 57,3 por ciento indicó tener necesidades en materia de vivienda.

De hecho, según este estudio realizado por ONG en alianza con R4V, una de cada dos familias venezolanas malvive en viviendas inadecuadas e insostenibles y más de un 23 por ciento sufre directamente hacinamiento, fruto principalmente de los elevados precios y la falta de recurso.

La tasa de desempleo entre los migrantes y refugiados venezolanos ronda el 16 por ciento, pero eso no debe entenderse como una condición adecuada, ya que más del 82 por ciento de quienes sí tienen trabajo están vinculadas al sector informal. Esto implica, según el informe: “salarios más bajos, falta de protección social y condiciones de trabajo inseguras”.

Fuente: Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes en Venezuela (R4V)

Casi una de cada cinco migrantes ha sufrido incidentes vinculados a la xenofobia o a la discriminación en su lugar de trabajo.

Un aspecto que resultó muy llamativo para las entidades responsables del estudio está relacionado con el papel de la educación. Escasamente el 9,4 por ciento identifica como necesidad la falta de acceso a la educación para sus hijos en los países de acogida. Esto contrasta con el siguiente dato: el 22 por ciento de los niños están sin escolarizar, a menudo porque las familias priorizan otras cuestiones más inmediatas como pueden ser la vivienda o la comida.

Finalmente, esta radiografía sobre los migrantes venezolanos arrojó el 42 por ciento de los migrantes y refugiados en destino sufren carencias en temas alimentarios, mientras que entre quienes están en tránsito el dato se eleva al 50 por ciento. De acuerdo con los expertos y quienes aplicaron las encuestas en hogares, un número “significativo” de migrantes venezolanos recurren a “estrategias de afrontamiento negativas”, entre las que destaca el consumir menos alimentos de los que deberían.

Con todos estos datos, y otros tantos, R4V espera presentar un plan de trabajo para 2025-2026 en diciembre de este año.

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