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Naufragio de la Tortuga: lo que salió mal en esta historia de dolor en Venezuela

La tragedia de la familia Camblor Chacón y sus amigos, que naufragaron hace una semana entre Higuerote y La Tortuga a bordo de la lancha Thor, deja en evidencia cómo los cuerpos de rescate trabajan con mística y arrojo, pero carecen de equipos apropiados en este país de la precariedad.

La Tortuga, búsqueda
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Encontrar sobrevivientes de un accidente en Venezuela es hoy más cuestión de milagros que del resultado de la activación planificada de mecanismos de seguridad y prevención. Al menos es lo que quedó en evidencia con el reciente naufragio de La Tortuga, una tragedia que conmueve a Venezuela y cada día abre interrogantes nuevas.

Esta vez murió una joven madre que salvó a sus hijos bajo el implacable sol en alta mar. Otros cinco pasajeros de la pequeña lancha Thor siguen desaparecidas desde hace una semana en el Caribe venezolano.

El pasado viernes de 3 de septiembre la pequeña embarcación de esparcimiento salió desde una marina en Carenero, Higuerote, estado Miranda, con dirección a la isla La Tortuga con nueve personas a bordo. Nunca llegaron. La fatalidad, mezclada con ciertas  irregularidades rodean el siniestro marítimo.

Echarse al mar

Así como en la aviación civil cada tripulación debe entregar en tierra un plan de vuelo, los marinos deben consignar una hoja de zarpe antes de salir a navegar. Aquí comienza la primera falla tanto de parte de la tripulación de la embarcación Thor como de la autoridad de espacios acuáticos, en este caso el INEA (Instituto Nacional de Espacios Acuáticos). Según información a la que tuvo acceso El Estímulo, en la hoja de zarpe estaban registradas ocho personas, pero abordaron nueve. Según la fuente consultada, por las dimensiones de la lancha sólo podían viajar en ella ocho personas.

El caso desata posiciones encontradas, especialmente en los círculos del infierno de las redes sociales. Mientras muchas personas expresan su solidaridad y empatía con las víctimas, otros desde el púlpito destilan veneno en su esfuerzo por culpar a las propias víctimas por su fatal destino.

Hojas de ruta

Fuentes vinculadas con la navegación costera señalan que el zarpe en la marina deportiva es una notificación que se hace a las autoridades de la Capitanía de Puerto. Incluye la previsión de que se va a navegar a un lugar y que la travesía podría tardar un tiempo x. En teoría, cuando la nave llega al destino final debería producirse alguna notificación. Esto no es un permiso de navegación.

Sin embargo, en la isla La Tortuga no existe oficina del INEA. Tan solo hay una estación de guardacostas de la Armada de Venezuela, que presta el apoyo a la capitanía de puertos para notificar la llegada de las embarcaciones. En este caso, nadie se enteró en la capitanía de Carenero en Higuerote que la lancha Thor nunca llegó a la tortuga.

Búsqueda frenética

Hasta el 9 de septiembre fueron rescatados con vida tres personas: dos niños y Verónica Martínez, la niñera de la familia. Además, fue recuperado el cadáver de la madre de los dos infantes Mariely Beatriz Chacón Marroquín, de 41 años de edad. Continúan desaparecidos: Javier Marcano, Alejandro Osorio, Vianney Dos Santos, Remis David Camblor y Juan Manuel Suárez.

Según información que maneja el especialista en operaciones de búsqueda y salvamento, Enrique Martín Cuervo, la lancha Thor partió acompañada por otra embarcación. Los capitanes de ambas naves se habrían puesto de acuerdo en la marina para irse en fila hacia La Tortuga.

En algún punto de la travesía por alguna razón, el capitán de la lancha Thor decidió regresar mientras la otra lancha continuó hacia la isla. Sin embargo, la embarcación Thor habría retomado en solitario la ruta hacia la isla 10 o 15 minutos después del zarpe.

La otra embarcación si llegó a La Tortuga y sus integrantes se despreocuparon por la lancha Thor porque se había devuelto apenas habían salido.

Pero al regresar a tierra firme el domingo en la tarde, se encuentran en la marina de Puerto Encantado los carros de las personas que viajaban en la Lancha Thor. Comenzaron las interrogantes y se encendieron las alarmas. Avisaron a las autoridades que había una embarcación que no llegó a la isla La Tortuga pero tampoco regresó a la marina.

¿La búsqueda se inició tarde?

Martín Cuervo indicó que al momento de la alerta caía la noche en la costa mirandina y en Venezuela no hay equipos de búsqueda y salvamento que puedan hacer operativos nocturnos.

“Los equipos de búsqueda nocturna que son las cámaras térmicas están dañadas y no hay manera de que se reparen porque las empresas que pueden hacer estos trabajos no quieren prestar servicio al Estado venezolano por las sanciones. Aunque la última de las tres cámaras se dañó hace aproximadamente dos años. Además, los tres helicópteros están inoperativos”, dijo el especialista.

Recordó que cuando ocurrió la desaparición de la aeronave YV2604, que cubría la ruta Aeropuerto Caracas-Higuerote el 23 de enero de 2020, ya la última cámara Flir del helicóptero de búsqueda estaba dañada.

El día lunes comenzó la labor de búsqueda de la familia desaparecida en la lancha Thor. Ese día en la tarde, un avión turbo Commander que regresaba de Los Roques avistó un objeto blanco en el mar y pensó que se trataba de la lancha que estaba desaparecida. Tomó una foto y anotó las coordenadas. Al llegar a Maiquetía informó sobre el hallazgo. Esto sirvió para el martes en la mañana se iniciara una mayor movilización. Se envió el martes temprano un avión del servicio SAR del INAC, a desplegar la búsqueda en ese sector descrito por el piloto el día anterior.

Cuerpos en el mar

Comentó Enrique Martín que la búsqueda el día lunes fue infructuosa porque se estaba barriendo la zona de la ruta que debían haber tomado para ir de Higuerote a La Tortuga. Sin embargo, la localización que dio el piloto al final de la tarde del lunes estaba al norte de la isla y no al sur como se pensó en un principio, lo que lleva a sospechar que la lancha Thor pasó de largo la isla.

Fue así como la aeronave del servicio SAR del INAC dio con las cuatro personas a la deriva, una de ellas en una cava flotando y otra con dos niños y un cuerpo sin vida en un bote de juguete. Martín Cuervo consideró que dentro del esquema de tiempo, se comenzó a buscar el lunes y se encontró el martes, fue relativamente rápido, a pesar de la poca información.

Después se conocerían los detalles: la madre del niño agonizaba por una deshidratación severa. Se había mantenido viva para tratar de apagar la sed de los niños gracias a su propia leche materna.

¿Cómo fue el rescate y recuperación de cuerpos?

Cuando el avión del servicio SAR tuvo que regresar a Maiquetía por combustible, un avión privado se quedó en el área dando vueltas sobre los náufragos. Esta aeronave tenía comunicación con una patrullera guardacostas de la Armada que iba en camino hacia el hallazgo, y también con un helicóptero de la policía del estado Miranda, tripulado por un piloto de la policía científica Cicpc y dos salvavidas a bordo. El avión era la referencia para la patrullera y el helicóptero.

Al llegar el helicóptero de la policía de Miranda al sitio, decidieron lanzar a los nadadores, comentó Martín Cuervo.

“Si bien los salvavidas no van a hacer nada allí, porque no tienen los equipos médicos necesarios, no tenían balsa, el helicóptero no tenía winche para subir a las personas rescatadas. Fue bueno que se lanzaran al agua porque eso dio tranquilidad a los dos niños que estaban allí y a la muchacha que estaba viva. Lo lógico hubiese sido, contando con los equipos, que al lanzarse al agua tener una balsa para colocar allí a todos los náufragos”.

Falta de recursos

Enrique Martín manifestó que fue un acto de arrojo el que los salvavidas se lanzaran al mar, pues el helicóptero no tenía como volverlos a subir.

“Se pudieron haber convertido en otros náufragos. Hicieron un buen trabajo con los medios y los recursos que tenían disponibles”, aseguró. Posteriormente, al llegar la patrullera todos subieron.

“Hay que llamar la atención que tenemos los helicópteros del SAR reparados en Rusia, tenemos que traerlos, pero entonces no hay dinero para traerlos, y aparecen todas esas circunstancias que vienen mermando nuestra capacidad operativa en salvamento. Hay personal entrenado y con voluntad de trabajo pero sin equipos. Entonces, cuando yo voy a una operación de búsqueda y salvamento debo tener en cuenta la seguridad de mi personal como también de las personas que voy a rescatar”, indicó Martín Cuervo.

Juan Manuel Suárez, uno de los presuntos pasajeros de la lancha Thor que sigue desaparecido en alta mar.

¿Hasta cuándo se extienden las labores de búsqueda y salvamento en un siniestro como el de la embarcación Thor?

Según el especialista en operaciones de búsqueda y salvamento, Enrique Martín Cuervo, el manual indica que depende del despliegue de recursos que se ha hecho, la cantidad de áreas que has cubierto y la capacidad de supervivencia que puedan tener las personas desaparecidas. “El manual no te entuba a que la búsqueda dure cuatro o cinco días”.

“Nosotros hemos encontrado personas vivas, con chaleco salvavidas una semana después, pero han sido marineros, que tienen otras condiciones en el mar, tienen otras características que les permiten aguantar un poco más. Ahora, después de encontrar a estas personas de la embarcación Thor hay que hacer recálculos de búsqueda”, aseveró el especialista.

Esperanzas de vida

Enrique Martín cree conveniente que todas las embarcaciones del país cuenten con radiobaliza, que ahora tienen señal satelital, con lo que la respuesta de pudiera ser más rápida, porque en este tipo de operaciones cada minuto cuenta.

Emily Dos Santos es hermana de Vianney Dos Santos, quien está desaparecida junto con su esposo. La familia contó lo que han sido todos estos días de búsqueda sin respuestas positivas. Quieren que las autoridades no paren de buscar a las personas que aún están en el mar. Emily es gemela de Vianney y comentó en medio de la entrevista que ella siente que su hermana no está muerta.

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