Luego de doce jornadas, y apenas cinco por jugar, el Deportivo La Guaira lidera una competición que tenía como principales favoritos a Mineros de Guayana, Caracas FC, Zamora y Deportivo Táchira. La preferencia por estos equipos no nacía de la experiencia o el peso de su camiseta, al fin y al cabo estos son valores intangibles imposibles de cuantificar, válidos únicamente si quien triunfa los posee. Si por el contrario la victoria le sonríe a la juventud, descubriremos que hasta los imberbes son capaces de vencer, siempre que sepan a qué juegan.
Pero volvamos al juego y al éxito del equipo varguense. No puedo asegurar ni tampoco despreciar sus posibilidades de ser campeón, pero sí creo necesario recalcar algunas de las virtudes que lo tienen en el primer lugar del Apertura así como en semifinales de la Copa Venezuela. La más importante es que este grupo de jugadores ha sabido comprender el mensaje de sus conductores Leonardo González y Pedro Vera y estos han ayudado a mejorar una idea de juego que se originó de las cualidades de los futbolistas. En el siguiente link poemos conocer quienes componen una especia de once ideal:
La Guaira cuenta con defensores que conocen las virtudes de Renny Vega, y no dudan en aprovechar que es un maestro en las salidas en corto; su primer pase permite que el equipo identifique dónde y cómo ordenarse. Pero además, éstos han comprendido a la perfección la importancia de asociarse con los volantes centrales, lo que genera que el juego del equipo sea una consecuencia y no una casualidad. La proyección de sus laterales para estirar, ensanchar y hasta finalizar las jugadas es vital en la idea de este conjunto.
Sus volantes centrales juegan al fútbol: cortan, distribuyen, sostienen al equipo y saben correr. No es común en este fútbol que los centrocampistas se sumen al ataque como lo hacen los de La Guaira. Para muchos es una conducta llena de riegos, pero para este grupo es la manera aceptada para buscar la victoria. En cada ataque es normal observar la participación de sus dos delanteros (Ursino e Iriberri), acompañados por los volantes externos (Ortiz y Carrillo o el juvenil Peñaranda) y los mediocampistas centrales. Esta dinámica colectiva los convierte en un bloque corto, con mayores opciones para encontrar el gol, y obliga al rival a defenderse muy lejos del arco que defiende Vega, lo que en caso de pérdida de la pelota, facilita la interrupción de la maniobra rival.
Hoy La Guaira lidera la primera división por encima de plantillas mucho más experimentadas, ostentosas y profundas que la suya. Mientras los militantes de la lógica(¿?) del fútbol aún buscan razones que justifiquen el buen andar de este equipo, yo le propongo que más allá de observar la tabla de posiciones, hagamos bueno el consejo de Marcelo Bielsa y analicemos los recursos utilizados por este grupo para competir de la manera que lo hace. Su propuesta no es común y debería ser suficiente para recordarnos que sólo quienes se atreven a salir de su zona de confort podrán experimentar emociones que superen a la cotidianidad y a lo común. El fútbol es como la vida: la vivimos o la vemos pasar.