Opinión

El 2015 entre crisis y esperanza

He optado por sintetizar el 2015 en dos conceptos: crisis y esperanza. Eso nos puede permitir desarrollar un piso argumentativo lo suficientemente sólido como para hacer un pequeño ejercicio de escenarios, que tenemos mucho más desarrollados en www.visor360consultores.com.La crisis no se puede ocultar, es un error del gobierno del presidente Nicolás Maduro tratar de simular un estado de bonanza que no existe para la mayoría.

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Tenemos una economía absolutamente deformada; el mismo producto puede ser importado a Bs 6,30, 12, 50 por dólar oficial y a lo que marque el paralelo, que ya está por encima de los 170 bolívares, aunque adquiere un precio aún más alto por “reposición de inventario”.

Esta enorme distorsión es un buen punto de partida para describir nuestra situación actual. Al final, en el marco de la inflación y la escasez, la principal escasez es la de las divisas, ya que durante todos estos años el más grave error de gestión ha sido no haber sembrado una estructura económica que permitiera la superación del rentismo petrolero.

Lo peor es que ni siquiera se tomó “el modelo noruego”, que aunque nada revolucionario, por lo menos garantiza el ahorro suficiente en momentos de “vacas gordas” para así superar los momentos de “vacas flacas”. Ese ciclo de malos tiempos se proyecta en la mayoría de los meses por venir del 2015, con un barril de petróleo a menos de 60 dólares.

Pero la peor crisis aunque es de origen económica, será en el 2015 de orden político.

La clara ausencia de liderazgos fuertes en el contexto de una polarización en crisis, sigue siendo una de las consecuencias políticas de la muerte del Comandante Chávez.

La necesidad de superar el hiperliderazgo de manera sobrevenida ha impactado muy fuerte en este escenario, ya que la mayoría de los actores políticos están extraviados por su costumbre de simplemente obedecer. Ellos aún no comprenden que esa etapa ya no es la que debe vivir el país, ni es la que demandan las mayorías.

Entrar a la “Democracia Participativa y Protagónica” sin el hiperliderazgo es traumático para el chavismo y para la oposición más ortodoxa. El emerger de nuevos liderazgos se señala como una herejía, una traición, o cuanto menos un acto divisionista. Pero en verdad ese es el proceso natural de una sociedad en evolución, con base en una etapa revolucionaria precedente y una sociedad con mayor criterio y cultura política con bases socialistas. Sin embargo, el plano más sensible es el social. Como consecuencia de esa evolución de criterio y cultura política, tenemos una hipersensibilidad por la defensa de las conquistas obtenidas en el periodo del Presidente Chávez. Ese será el aspecto más delicado del 2015. Obligado como está el Presidente Maduro a hablar clara y de forma transparente con el pueblo sobre la situación económica, otra de sus obligaciones será el no sacrificar ninguna de las conquistas obtenidas por la gente durante el mandato de Chávez. Esta circunstancia obligará a Maduro y a sus asesores a afinar el olfato para no cometer nuevas torpezas como las que ya se van acumulando en su contra.

Entre ellas, lo más reciente ha sido la restitución de los peajes, pues el pueblo tiene mucha conciencia de que fueron eliminados por Chávez. Contravenir esa decisión se lee como un desmontaje del legado chavista. Un último plano, determinante en este cuadro, es el tema de la corrupción, del que todo el mundo debate. A través de una “Ley Habilitante” se pretende luchar contra la corrupción, mientras  el pueblo percibe que ese instrumento no ha rendido ningún fruto.

La opulencia sin disimulo de algunos funcionarios de Estado y sus familiares que ya no pueden ocultar su riqueza ni justificar el origen de la misma – así como no se puede ocultar una gripe- se suma ahora a una fina estrategia del sector más extremista del gobierno de los Estados Unidos de América, que como buitres de la Guerra Fría, pretende sancionar a funcionarios venezolanos por “violación de derechos humanos”.

Esa clara política injerencista de Estados Unidos, que pone en tela de juicio cuentas y propiedades en su territorio, no ha tenido una respuesta ética y socialista de nuestras autoridades, más allá de una solidaridad automática que genera sospechas en el pueblo. Todo esto corona una crisis ética sobre la cual vine advirtiendo desde hace ya casi tres años, sin tener la más mínima respuesta por parte de las autoridades del partido (PSUV) y del propio Gobierno.

Como colofón a todo esto, tenemos una dirigencia opositora que sólo se representa a ella misma, como receptora del descontento popular ante el Gobierno, y que sólo se refleja en estudios de opinión. Pero es incapaz de traducir eso y de capitalizarlo en un saldo organizativo, con propuestas, debates y luchas justas para el país.

Eso es lo que dibuja el panorama de crisis para el 2015. En fin, una dirigencia opositora carroñera, que espera vivir de los desperdicios del gobierno. Sin embargo, la esperanza se cierne sobre Venezuela, ya que toda crisis genera múltiples oportunidades y estimula el surgimiento de destrezas insospechadas.

En lo económico, las alternativas emergen ante la escasez, entre ellas las iniciativas de producción nacional. Aunque sean todavía en pequeña escala, si las vemos como una mina, encontraremos mucho “oro” y podemos alcanzar una mayor magnitud.

A ello se suma el surgimiento de nuevos liderazgos y formas alternas de organización que parecieran abrir otros espacios distintos a la dirigencia vetusta de la polarización. Aunque quizá no de manera inmediata, se abre la posibilidad de ideas que permitan actualizar y hacer más viable el proyecto del Comandante Chávez, ahora sin su presencia, logrando sumar más ciudadanos al chavismo, exaltando las cosas positivas que se lograron en su período y reconociendo las necesarias rectificaciones que hoy se deben realizar.

Lo otro que se consolida como esperanzador es la conciencia político-social que convoca hoy al pueblo a negar la violencia política como alternativa de salida, y la búsqueda de las vías democráticas para superar las crisis.

El 2015 será esperanzador por lo que el pueblo puede hacer para superar la crisis, quedará en el gobierno y en la dirigencia opositora destrancar el juego y entender que existen otras ideas sobre cómo conducir el país. Si esto se entiende, es posible que también haya esperanza en lo político. Pero quienes acumulan más esperanza son los nuevos liderazgos que emerjan de la crisis y sus propuestas al pueblo para reivindicar sus luchas. Feliz 2015. Mayores detalles sobre estudios de escenarios pueden ser solicitados a [email protected] o en www.visor360consultores.com

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