Opinión

Michael Jordan vs. Bruce Lee: dos maneras de buscar el éxito

El nuevo documental de ESPN retrata la filosofía de vida de Bruce Lee, que es completamente diferente a la de Michael Jordan, protagonista de la serie previa.

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«Sé como el agua, mi amigo», decía Bruce Lee, cuando encontraba una dificultad. Michael Jordan, en cambio, le pateaba el trasero a la dificultad, según sus propias palabras. Casualidades de la vida o no, estas filosofías opuestas se pueden ver en los dos recientes documentales de ESPN. La del actor y atleta asiático se estrenará el próximo 7 de junio, la del basquetbolista terminó hace pocas semanas.

«Be Water» es el nombre de la pieza audiovisual que protagoniza Lee. Se trata de un repaso de su vida, desde el establecimiento en Estados Unidos, hasta su regreso a China, en búsqueda del éxito que le fue esquivo en Hollywood. Hijo de un actor de ópera, Lee sale de las tierras de su padre como un delincuente (coqueteaba con las pandillas) y regresa convertido en una estrella, por su fugaz papel como Kato, en la serie televisiva «The Green Hornet» (El Avispón Verde).

Luego de que David Carradine recibiera el papel principal de la serie «Kung Fu», Lee renuncia a luchar contra el sistema y se muda a Hong Kong, para escribir, dirigir y protagonizar sus propias películas. La historia ya todos la conocemos y termina con una obra de obligatoria revisión: «Enter the dragon» (1973), que recaudó entonces 91 millones dólares, que serían hoy US$521 millones.

«Enter the dragon» fue la la primera película de artes marciales chinas producida por un gran estudio (Warner Bros) en asociación con la compañía de Lee (Concord Production). Después de esto, Estados Unidos y en específico Hollywood clamaba a gritos la presencia del actor en sus salas de cine y cuando todo estaba preparado para esa vuelta, llegó la tragedia.

«No te establezcas en una forma, adáptala y construye la tuya propia, y déjala crecer, sé como el agua. Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza se convierte en la taza. Si pones agua en una botella se convierte en la botella. Si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede chocar. Sé agua amigo mío», decía Lee en una de sus últimas entrevistas antes de morir, prácticamente un testimonio de vida.

Michael Jodan vs Bruce Lee

Los problemas que enfrentó Lee en Estados Unidos no son muy diferentes a los que un afroamericano encontró cuando, en los años 60 y 70, quería figurar en un medio artístico o deportivo. En algunos casos, los asiáticos la pasaban peor, como señala Jeff Chang, director ejecutivo del Instituto para la Diversidad en las Artes de la Universidad de Stanford en el documental, aunque su diagnóstico es absoluto: «Hollywood es racista porque Estados Unidos es racista».

A diferencia de Lee, que nació en San Francisco, California, Jordan fue profeta en su tierra. En «The Last Dance», el documental que precede a «Be Water», pero que en Latinoamérica se pudo ver gracias a una asociación con Netflix, queda muy claro que el 23 de los Chicago Bulls no fluía, por el contrario, chocaba contra cada obstáculo hasta que, a fuerza de golpes, de ensayo y error, lo derribaba. Actuó así con rivales y con sus propios compañeros.

Michael Jordan resume su misión de vida así: «Ganar tiene un precio, liderar también tiene un precio. Presioné gente cuando no quería ser presionada; desafié gente cuando no quería ser desafiada y me gané ese derecho porque mis compañeros, que venían detrás de mí, no enfrentaron todas las cosas que yo sí enfrenté. Una vez que te unías al equipo, vivías en un cierto estándar porque yo estaba con ellos y no voy a aceptar menos. Ahora, si eso significa que tuve que ir ahí y patearte un poco el trasero, entonces lo hice».

En «Once Upon a Time in Hollywood», Quentin Tarantino presenta una versión de Bruce Lee muy arrogante. En «Be Water», por el contrario, se muestra -con material de archivo- como un hombre dispuesto a darle una mano a actores que no podían hacer ni un giro para una patada, a pesar de ser vendidos por la industria como tipos rudos. Esto sucedía mientras aguantaba con estoicismo los portazos en Hollywood.

Por el gimnasio de Lee pasaron Steve McQueen, James Coburn y Nancy Kwan, todos estrellas de acción, a los que les dedicó tiempo y paciencia para que las escenas que ejecutaban parecieran reales. Debemos incluir en esta lista a una superestrella de la NBA: Kareem Abdul-Jabbar, quien se convertiría en un gran amigo de Lee, al punto de ser una de las principales voces en el documental.

El héroe de los Bulls, en cambio, recorrió otro camino. Le restregó a cada ser humano que no estaba a su altura, ya fuera, según él, para convertirlo en mejor jugador o para minar su confianza.

Con Michael Jordan y Bruce Lee, ESPN muestra ejemplos de resilencia, en tiempos de confinamiento y protestas callejeras. Al mismo tiempo, exhibe filosofías equidistantes, que funcionan como escudo y lanza en una sociedad obsesionada por el éxito. El ejercicio interesante para el espectador pasa por preguntarse qué camino habría escogido si hubiera pasado por lo que pasaron estos dos personajes.

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