Opinión

Milicianos en Apure: ¿más carne de cañón?

Si la Fuerza Armada Nacional y los cuerpos especiales, como las FAES, no han podido con el Coqui, ni con Wilexis, ni con el Tren de Aragua, ¿qué pretende el régimen de Maduro ahora enviando milicianos a la frontera?

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Muchos son de la tercera edad. Casi todos están famélicos. Algunos, hasta desdentados. Se nota a leguas el estado de precariedad en el que viven. Otros son muy jóvenes, que más bien deberían estar en la universidad. Maduro dice que “están entrenados militarmente”, pero los videos de esos supuestos “entrenamientos” lo que dan son ganas de llorar. Los milicianos -esa guardia pretoriana de civiles creada por Hugo Chávez después del intento de golpe de 2002 y ratificados como fuerza especial de la FANB por Maduro en 2020, vía la espuria Asamblea Nacional Constituyente- serán enviados a Apure, al corazón del conflicto entre la Fuerza Armada venezolana y una facción de las FARC que se separó de los aliados del régimen venezolano.

No voy a hablar de los militares. Nunca me ha gustado ese mundo, aunque reconozco que en una época estuvo conformado, en buena parte, por gente honorable y patriota. Los de hoy han entregado el país a cambio de pingües negocios. Nada más les importa. Pero los milicianos, sobre todo los mayores, me parten el alma, aunque están tan adoctrinados que seguramente hasta orgullosos se sienten de que los manden para allá.

“Mil milicianos se sumarán a las labores humanitarias y de atención en el territorio apureño”, declaró el Comandante General de la Milicia Nacional Bolivariana, M/G Manuel Bernal Martínez. ¡Si ya hemos visto miembros de la Fuerza Armada desertar hacia Colombia, qué quedará para estos pobres! Son casi seis mil desplazados que han llegado a Colombia, según cifras del Consejo Noruego para Refugiados. El Presidente Duque pidió ayuda a las Naciones Unidas para socorrer a la gente que ha llegado a Arauquita desde Venezuela.

En esa tierra de nadie que es la frontera del Arauca, la gente ha sufrido de primera mano lo que es la guerrilla. Han sido amenazados si no colaboran, los pocos que podían pagaron vacuna hasta que se cansaron y se fueron, perdiendo lo poco que les quedaba. Y los que quedaban ahora cruzan el río para refugiarse en Colombia, porque Venezuela no les garantiza nada. Los supuestos herederos del Ejército Libertador están allá defendiendo y muriendo, no al ni por el país, sino a las FARC de Iván Márquez y Jesús Santrich.

“Maduro esperaba dar un resultado en el corto plazo, pero como eso no pasó, tuvieron que cambiar totalmente de estrategia e incorporar una serie de componentes militares y civiles para ver si pueden copar el espacio con institucionalidad”, apuntó Naryi Vargas, investigadora social en temas de seguridad territorial en entrevista a El Espectador de Colombia. Yo me pregunto, si la Fuerza Armada no pudo, ¿cómo va a poder la milicia? ¿Qué institucionalidad se espera de civiles armados? ¡Ya sabemos lo que ha pasado cuando se les entregan armas a los civiles! Los grupos irregulares de colectivos vienen de allí. ¿O es que ya se nos olvidó en qué se convirtieron los Círculos Bolivarianos?

Si la Fuerza Armada Nacional y los cuerpos especiales, como las FAES, no han podido con el Coqui, ni con Wilexis, ni con el Tren de Aragua, ¿qué pretende el régimen de Maduro ahora enviando milicianos a la frontera? Porque Bernal Martínez mencionó que van a hacer labores humanitarias, pero Maduro habló de que la orden en Apure es la de “guerra de todo el pueblo en defensa de la soberanía y de la tierra contra los grupos irregulares, delincuenciales, criminales y terroristas que vienen de Colombia”.

Carne de cañón, los milicianos. Más víctimas que sumarle a este régimen. Porque las FARC son de temer, sean de la facción que sean. ¡Que no se derrame más sangre venezolana para defender a unos delincuentes!

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