Cada día se generan noticias relacionadas con estas u otras problemáticas. Vivimos en un país en crisis y el periodismo, al abordar y contar la realidad, pues nos retrata como una nación viviendo su peor momento en la historia contemporánea
Venezuela atraviesa una crisis compleja. En realidad, todo parece estar en crisis en nuestro país. Esta situación tiene un impacto directo sobre la gente, sobre la sociedad venezolana, y el periodismo tiene entre sus principales premisas narrar, contar lo que sucede.
Todos los indicadores globales nos dan señales inequívocas de la gravedad. El país está en los últimos lugares en rankings sobre estado de derecho o libertades básicas; el volumen de migración nos coloca junto a países como Siria. Venezuela figura entre las principales crisis humanitarias del mundo. La hiperinflación venezolana se ha prolongado tanto que se ha convertido en un caso de estudio. La vacunación en el país tiene una de las más bajas tasas de alcance de todo el continente.
Cada día se generan noticias relacionadas con estas u otras problemáticas. Vivimos en un país en crisis y el periodismo, al abordar y contar la realidad, pues nos retrata como una nación viviendo su peor momento en la historia contemporánea.
La crisis generalizada, por otro lado, desafía al periodismo. De este contexto extraemos cuatro verbos que, según vemos, deberían definir al periodismo venezolanos en este tiempo.
Parece de perogrullo, pero hay que colocarlo como primer desafío. Venezuela está viviendo una profunda metamorfosis en el campo mediático y eso tiene un impacto directo sobre la población. La masiva desaparición de medios impresos, junto a la política coercitiva del régimen de Nicolás Maduro sobre la radio y televisión, han hecho desaparecer muchas referencias informativas.
Han surgido portales informativos en Internet, sí, pero tenemos a más de la mitad de la población desconectada del ciberespacio. Los periodistas venezolanos deben informar hoy por los espacios que tengan a su alcance. Es necesario que se multiplique la información desde diferentes ámbitos geográficos y plataformas comunicacionales.
La pandemia de COVID-19 ha dejado al desnudo como la propagación de las fake news es un serio problema, y hablamos de todo el mundo.
En Venezuela a la difusión de noticias falsas, cuya circulación se multiplica por vía del WhatsApp principalmente, se le suman dos hechos que contribuyen a generar un ambiente generalizado de desinformación.
En primer lugar, una consecuencia de la política de hegemonía comunicacional, que el chavismo adelanta desde 2007, tiene resultados concretos en este tiempo: no hay grandes medios de referencia nacional en Venezuela. Junto a esto, tenemos a un gobierno que miente de forma cotidiana y que mantiene activado un aparato de propaganda.
De tal forma, ubicándonos en este contexto país, una tarea primordial de periodistas es verificar.
El mundo periodístico en el cual el periodista se limitaba a escribir su artículo o grabar su reporte quedó muy atrás. El periodista hoy, y en el caso de Venezuela tal desafío cobra mayor relevancia, debe entender que una arista importante de su función es su rol público. No basta con verificar, investigar, contrastar, redactar o narrar. Dada la reconfiguración que ha tenido el mundo mediático venezolano, me parece que cada periodista debe entender la importancia de difundir y compartir tanto su propia producción periodística como la de otros colegas, cuyos temas o enfoques le parezcan de relevancia pública.
Históricamente, los documentos del gremio que han definido al periodismo venezolano catalogaron a este oficio o profesión como un servicio público.
Informando se sirve a la sociedad. Siempre tuvo un sentido tal visión, pero ello cobra una mayor urgencia en este tiempo.
La práctica hoy del periodismo venezolano tiene lugar en medio de carencias generalizadas que afectan a la gran mayoría de la población.
La lógica de un periodismo de servicio al ciudadano, periodismo de soluciones se le viene llamando en otros contextos, resulta indispensable en esta hora de la vida nacional.
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