Opinión

El libro de Scannone

Mi hija Irene estudió en Italia. Una de las veces que fui a verla, le pregunté: "¿Qué quieres que te lleve? ¿Harina Pan, caraotas, chocolates...?". "No, mami. Aquí se consigue todo eso. Lo que necesito urgentemente es el libro de Scannone", me respondió

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armando scannone

Hace casi 40 años se publicó un libro que no sólo ha batido todos los récords de ventas de libros de cocina en Venezuela, sino que se mantiene puesto de honor entre los best sellers de todos los tiempos. Un libro que cambió la visión, y en algunos casos hasta la misión, de lo que debe ser un libro de cocina. Un libro que convirtió a la cocina a la manera de Caracas en algo glamoroso, buscado y aplaudido.

Y no podía ser de otra forma, pues todo lo que se hace con amor da sus frutos: su autor, Armando Scannone, lo dedicó a sus padres, de quienes aprendió el arte de comer. Y a su colaboradora de toda la vida, Elvira Fernández de Varela, por su presencia «admirable e infatigable» en todas las etapas del libro.

Armando Scannone era ingeniero. Se nota en la precisión de sus recetas. No sólo en las cantidades, sino en las indicaciones: «Se lleva a un hervor y se cocina a fuego mediano hasta secar un poco, unos siete minutos». Usted puede jurar que los siete minutos son cronometrados. Para mí, que la cocina es una especie de castigo, los libros de Scannone han sido la más absoluta bendición, porque cada vez que los uso paso de ser una cocinera torpe y mediocre, a preparar platos deliciosos de los que me siento orgullosa.

Tuve la fortuna de comer en la casa de Armando Scannone varias veces. Un día, a la hora del postre, me dijo: «Hay Juan Sabroso, dulce de higos, dulce de leche cortada, jalea de guayaba… ¿Cuál te provoca?». «Pues, ¡todos, Armando!», respondí.

Los dulces me llevaron de vuelta a la casa de mi abuela. Son sabores que han marcado la vida de millones de venezolanos a través de las generaciones. Mi cocina, a la manera de Caracas rescata la cocina caraqueña y la forma caraqueña de preparar las comidas.

Mi hija Irene estudió en Italia. Una de las veces que fui a verla, le pregunté: «¿Qué quieres que te lleve? ¿Harina Pan, caraotas, chocolates…?». «No, mami. Aquí se consigue todo eso. Lo que necesito urgentemente es el libro de Scannone», me respondió.

Sí, el «libro de Scannone» como lo llama casi todo el mundo, es la Biblia de la cocina. Son varios los tomos: el rojo, el azul, el amarillo y el verde. Los colores de la bandera venezolana, más el color de la esperanza, para honrar uno de los mayores placeres de la vida “a la manera de Caracas”.

Gracias por ese regalo, querido Armando. Siempre te recordaré con cariño y con admiración porque llevaste una vida ejemplar. Fuiste uno de los últimos grandes caballeros de Caracas.

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