Opinión

Teodoro Petkoff, el rompedor

Economista, profesor, guerrillero, ministro, parlamentario, candidato presidencial, intelectual, polemista, editor: todo eso y más fue Teodoro Petkoff. En ocasión de los 90 años de su nacimiento, se le recuerda con una palabra que lo define muy bien

Petkoff
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Este 3 de enero de 2022 Teodoro Petkoff habría cumplido 90 años. Economista, profesor universitario, guerrillero, ministro del área económica, parlamentario, candidato presidencial, intelectual, polemista, editor. Cualquiera de estas definiciones serviría para mostrar alguno de los tantos rostros que tuvo. Lo conocí y traté en las tres últimas facetas que he señalado.

Al hacer un ejercicio de definirlo, a un personaje tan multifacético, me quedo con la palabra rompedor.

Petkoff fue un rompedor. El diccionario considera a una persona como rompedora cuando sobresale entre los de su mismo grupo o categoría y marca la diferencia con respecto a ellos. Teodoro marcó diferencias en sus diversas actuaciones en la vida política y pública de Venezuela. Me pasearé por algunas de las rupturas políticas, ideológicas e incluso vitales que vivió este singular venezolano.

El Teodoro rompedor emerge, sin duda, con la decisión que toma junto a Pompeyo Márquez no sólo de renunciar a la vía armada, cuando se despoja de su condición de guerrillero, sino que da un paso más allá para replantearse lo que había sido su formación ideológica. Fundan, junto a otros tantos, el Movimiento al Socialismo (MAS) en la búsqueda de una opción democrática de izquierda.

En aquel momento, en plena guerra fría, Petkoff no sólo rompe con el Partido Comunista de Venezuela (PCV), encerrado en un dogmatismo pro soviético, sino que va un paso más allá y se pelea con Moscú. No sólo se trataba de una ruptura política e ideológica, que lo era, sino que de aquella circunstancia emerge un libro fundamental para el pensamiento socialista contemporáneo de América Latina: Checoslovaquia. El socialismo como problema, publicado en 1968.

El Teodoro rompedor está acá en plena vitalidad. Cuando cuatro décadas después, siendo ya una persona que frecuentaba a Petkoff, en diversos puntos de América Latina cuando asistía a congresos o seminarios pude percatarme del impacto cultural que aquel libro provocó en una generación de activistas políticos de izquierda.

La necesidad de reinvención, de revisión, de profundo replanteo sobre el modelo soviético y su papel en la imposición del socialismo a los países considerados satélites en la Europa del Este, que pasan a estar en la palestra entre la caída del Muro de Berlín (1989) y la desintegración de la Unión Soviética (1991), habían sido advertidos y debatidos por Petkoff en su libro de 1968.

La ruptura política, que significó el nacimiento del MAS, junto a la ruptura ideológica que acompañó a aquel proceso, hizo destacar a Petkoff. No era sólo el guerrillero que había admitido el fracaso de la lucha armada, sino que era una figura con quilates intelectuales para abordar una discusión teórica en la política contemporánea de fines de 1960. Teodoro era sin duda un rompedor.

Afín a lo que era su postura a favor de un socialismo democrático, Petkoff durante largos años defendió el rol del Estado en la economía. Aquello estaba a tono con las posturas que prevalecían no sólo en Venezuela, sino en el conjunto de América Latina.

En 1994 asume la presidencia de Venezuela Rafael Caldera. Era su segundo gobierno y su obsesión por el poder hizo que fuese siete veces candidato presidencial, cerrando el paso de la generación de relevo en el campo socialcristiano. Caldera hizo una campaña insistiendo en que no se arrodillaría ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero después de dos años le tocó implementar un programa de ajuste macroeconómico similar a los del Fondo.

Aquella “Agenda Venezuela”, como se bautizó al programa de ajustes de 1996, terminó teniendo como ministro y uno de los principales voceros oficiales de entonces a Petkoff, quien se hizo cargo del despacho de planificación. “Sólo los estúpidos no cambian de opinion”, fue una de sus frases favoritas de entonces para explicar lo que había sido el viraje de Caldera, y el suyo propio.

Un Petkoff conocedor de las finanzas públicas del país, estudioso de la debacle nacional y ante todo un animal político, entendió que el país requería aquel ajuste por más que las medidas fuesen a contravía de sus postulados de antaño. Rompía con dogmas, demostraba su capacidad de destacarse entre sus pares.

Llegamos, finalmente, al político que deja la palestra parlamentaria y asume un rol de editor, de un influencer en el sentido cabal de este término. Hablamos del fundador del MAS que junto a Pompeyo Márquez decide renunciar al partido cuando este decide apoyar la candidatura de Hugo Chávez en 1998.

Es el Teodoro rompedor que saca a la luz un diario cuya portada es un artículo editorial. En la época de Tal Cual es cuando trabo amistad con Petkoff, él ya estaba de vuelta, era una figura pública reconocida y un polemista que nadaba como pez en el agua dirigiendo un medio de comunicación.

Así le recordaré. Como un rompedor.

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