Opinión

Mientras tanto, en Venezuela...

En medio de la delicada situación actual, que no solo es terrible tanto para los rusos de a pie como para los ucranianos, sino para todo el mundo, en Venezuela, Nicolás Maduro decretó una vez más que el Carnaval sería feriado. Eso incluyó una serie de gastos extraordinarios en futilidades, mientras los hospitales de todo el país se caen a pedazos en medio de una pandemia

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Venezolana de Televisión, VTV, se ha convertido en el principal bot del régimen madurista. Pareciera que se han dedicado a buscar noticias falsas sobre Ucrania y las han puesto a circular, como la de que el presidente Zelenski había abandonado Kyiv, o que el presidente Vladimir Putin -la víctima, según ellos, de toda esta historia- había ordenado una alerta especial de las fuerzas militares de Rusia, ante el ataque económico de los occidentales y la “agresión” de la OTAN.

También aseguraron que las imágenes de los bombardeos rusos a Ucrania habían sido tomadas de videojuegos, y que el presidente de Ucrania es un actor que no sabe lo que hace, porque cree que está en una película y hasta le dieron las gracias a Putin “por habernos regalado las vacunas”, cuando muchos sabemos que las pagamos a precio de gallina de oro a la empresa rusa Geropharm. Pero de VTV ya esperamos cualquier cosa… Junto a Telesur, hoy funciona como una suerte de sucursal de Russia Today o Sputnik.

En medio de esta delicada situación, que no solo es terrible tanto para los rusos de a pie como para los ucranianos, sino para todo el mundo, en Venezuela, Nicolás Maduro decretó una vez más que el Carnaval sería feriado. #PuebloEnCarnavalesFelices es la etiqueta que posicionaron en Twitter. Eso incluyó una serie de gastos extraordinarios en futilidades, mientras los hospitales de todo el país se caen a pedazos en medio de una pandemia: elecciones, coronaciones y fiestas de reinas de carnaval, invitaciones a visitar los “espacios recuperados” (que en la mayoría de los casos no son tales, sino con un maquillaje provisional) y encima, lugares que ellos mismos habían destruido por falta de mantenimiento o simple desidia, o desfiles de comparsas con merienda incluida. Me alegra que haya niños que, dentro de la precariedad en que viven, puedan disfrutar de un rato de distensión y alegría, pero la salud es mucho más importante que un rato divertido.

A pesar de que el general Ceballos Ichaso aseguró que “se mantiene despliegue en estos Carnavales Seguros y Felices 2022 ¡para el disfrute pleno de nuestro pueblo, en este asueto, con alegría y bioseguridad, cultura, deporte, recreación y prevención por la Vida y La Paz (sic)!”, las fotos muestran exactamente lo contrario: un gentío apretujado, donde nadie usa mascarillas (de hecho, dudé si las fotos eran de este año) pero me di cuenta de que sí lo eran cuando vi las de un grupo de niños que “habían elegido” disfrazarse de “Súper Bigote”.

súper bigote

Hubo hasta quienes se aventuraron a decir que así como en los carnavales de 1993 los niños se disfrazaron de Hugo Chávez -hecho que sí ocurrió- este año “habían decidido que su héroe favorito era Súper Bigote”. ¡Una familia que apenas come una vez al día no tiene con qué comprar disfraces para sus hijos! Algún “negocito” redondo de algún funcionario los proveyó de esos disfraces, rídiculos para más señas, cuando ese dinero debería haber sido usado para paliar de alguna manera la emergencia humanitaria que vive Venezuela.

En fin, sigue el circo, sin pan, pero circo al fin. ¿Y el pueblo?… ¿Seguirá esperando que Súper Bigote, ese devaluado Chapulín Colorado, lo salve de algo?

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