Opinión

El día que Pepe (o PP) descubrió el agua tibia

En 2019 había un estimado de al menos 450 mil millones de dólares devorados por la corrupción en Venezuela. Y ahora, hace apenas unos días, cabecillas del gobierno simulan darse cuenta de que hay malos manejos en los hospitales, como si acabaran de llegar

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Acción Solidaria y la crisis de la salud en Venezuela

Después de casi 24 años de estar devastando el país, Maduro anuncia «la activación de la plataforma tecnológica del Sistema 1×10 del Buen Gobierno, el Mapa de Soluciones y la Agenda Concreta de Acción del Poder Popular».

Supuestamente, este sistema tecnológico y organizativo «permitirá soluciones concretas e integrales al pueblo venezolano de manera inmediata y oportuna». Otro plan que lo más probable es que sufra el destino de todos los demás planes: engrosar los bolsillos de los miembros del régimen más corrupto que ha tenido Venezuela, aunque Maduro se empeñe en decir que no hay gobierno en el mundo que luche contra la corrupción más que el suyo. Y como he dicho en otras oportunidades, la competencia en materia de corrupción en Venezuela, es pura y dura.

«Solo en casos de corrupción conocidos puede decirse que las pérdidas ascienden a 450.000 millones de dólares (ocho veces el presupuesto destinado a Venezuela en 2012, el más alto), pero este es la punta del iceberg porque cada vez salen a relucir más escándalos. Es innegable que la corrupción es la causante de la crisis económica”, dijo Freddy Superlano en 2019, cuando era jefe de la comisión de contraloría del Parlamento. Y la raspada de olla no ha cesado en los últimos tres años…

Durante el lanzamiento del fulano Sistema 1×10, apareció el alcalde Rangel Ávalos a formular una denuncia. Si hubiera sido un recién llegado, o un extraterrestre, hasta podría creérsele. Pero alguien que ha sido alcalde ocho años (entre 2000 y 2008) y en esta nueva oportunidad lleva cinco años más siéndolo (desde 2017), es una burla que sea ahora cuando venga a enterarse de que hay “mafias que operan en los hospitales”, o de que los pacientes deben comprar absolutamente todo lo que necesiten para cualquier procedimiento, en muchos casos a precios más altos que los de las clínicas privadas.

«Cuando una persona humilde va a un hospital público y le piden un kit de operación que es una grosería… Al pueblo le piden, imagínese, los guantes, el tapabocas, el gorro, la bata, los forros de los zapatos y ni por decirle que les piden los macrogoteros, la no sé qué, el litro de alcohol, los bisturí (sic), todos los antibióticos… Y yo digo ¿qué hacen los hospitales con lo que usted le manda? Hay que hacerse esa pregunta. Y el pueblo sufriendo, presidente”…

La gente aplaude frenética… Maduro también, quien añadió:

“Pepe (o quizás PP, por su sobrenombre) habla claro. Por eso yo quería darle la palabra a Pepe (o PP)… Porque en estos días él me escribió y me hizo esa denuncia”.

¡Caramba! Solo por mencionar una institución del sector salud, el Seguro Social, está quebrado desde hace años y estos dos tipos ahora es que vienen a darse cuenta del horror que está pasando. Según Transparencia Venezuela, el ex presidente del IVSS, Carlos Rotondaro, se fue del país con unos cien millones de dólares. También hay denuncias de que está construyendo hospitales en República Dominicana con el dinero que se robó. Aparece en varias listas de sancionados. Sin embargo, cuando cayó en desgracia -no sé por qué- y se fue del país, tuvo el tupé de declarar que “Hoy (18 de marzo de 2019) estoy dando ese paso de defender a la patria con ese juramento que hice en 1987. Ese juramento no incluía defender a un gobierno de incapaces y corruptos. (…) Me inmolo por la patria, pero no me inmolo por un gobierno de incapaces y corruptos”…

En un reportaje para Tal Cual de esa fecha, la periodista Ariadna García escribe: «El militar alza la voz por los pacientes con enfermedades crónicas que mueren en Venezuela por falta de medicinas, 10 años después de su gestión en el IVSS y 32 años después del juramento que hizo». Y luego se pregunta lo que todos nos preguntamos: «Es como tarde, ¿no?».

Lo mismo sucede con Pepe (o PP). Su reciente “descubrimiento” es un insulto a la vida, la inteligencia y la dignidad de los venezolanos. Es muy triste que a estas alturas se sigan haciendo promesas que jamás van a cumplir y que la gente las aplauda. Y más triste todavía es que -como suele suceder en Venezuela- los peces gordos se salvarán y pondrán presos a los sempiternos sucesores del chino de Recadi.

Esperemos a ver cuánto más le tomará a Pepe (o PP) darse cuenta de que PDVSA está quebrada, que el sistema eléctrico está desmantelado, que el INOS es un cascarón vacío en un país con los recursos hídricos que tiene Venezuela, que los registros, las notarías y los tribunales son un antro de ladrones y un largo etcétera. Y crucemos los dedos para que Maduro haga algo, además de aplaudirlo cuando vuelva a descubrir el agua tibia…

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