Erostratismo a la venezolana

Hace una semana, un hombre joven, haciéndose pasar por mujer -llevaba una peluca- y en silla de ruedas, logró burlar la máxima seguridad del Museo del Louvre en París y lanzó una torta de crema contra la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci. Por fortuna, la obra no sufrió porque desde hace años está protegida con un vidrio blindado. El cuadro más famoso del mundo ha sido varias veces objeto de ataques con ácido, tazas, piedras.

También la no menos famosa Piedad de Miguel Ángel fue objeto de un ataque con un enorme martillo de geólogos. Y fue precisamente un geólogo el autor del vandalismo. Se llama -o se llamaba- Lazlo Toth, un húngaro residenciado en Australia, quien llegó a Roma como peregrino en 1972, cuando contaba 33 años, la edad que tenía Cristo cuando murió. El 21 de mayo, día de Pentecostés, arremetió contra la estatua, causándole enormes daños, sobre todo a la Virgen María. Toth gritaba, mientras destrozaba la estatua, que él era Jesucristo resucitado. Parece que también dijo que era la reencarnación de Miguel Ángel y tenía derecho a acabar con su obra. Lo detuvieron, pasó dos años en un sanatorio luego de los cuales fue deportado a Australia.

Se denomina erostratismo a la manía que demuestran ciertas personas de destruir cosas hermosas, o a delinquir, solo con el propósito de conseguir renombre. La palabra deriva del nombre Eróstrato (o Heróstrato), un pastor que incendió el Templo de Artemisa en Éfeso, una de las maravillas del mundo antiguo, en el año 356 AC.

El erostratismo, como dije antes, va más allá de la destrucción de algo bello, como una obra de arte o una edificación. Hace tres días Twitter reventó con las denuncias de que en Maracay no había gasolina y no estoy hablando de la gasolina regulada. No había gasolina de la iraní, cara y mala, por cierto.

Este hecho no es nuevo y se repite a diario en toda Venezuela. Caracas está “protegida” porque aparentemente, todos los conflictos a los que le teme el régimen suceden en Caracas. No hay gasolina en un país dizque “petrolero”.

¿No fue acaso erostratismo la destrucción de PDVSA?… La tercera petrolera más rentable del mundo a la llegada de Hugo Chávez al poder, hoy no aparece ni siquiera entre las primeras 100. Dicen que quienes padecen de erostratismo son psicópatas en su mayoría…

Que Chávez haya creído que podía despedir a 20.000 empleados de la estatal petrolera sin que eso trajera consecuencias fue una locura o una torpeza de marca mayor, además de la manifestación de una arrogancia sin límites. Y Maduro no ha hecho nada distinto…

La Mona Lisa y La Piedad fueron restauradas, por fortuna para la Humanidad. Pero nuestra PDVSA no tiene remedio. Siguen al frente de los despojos quienes fueron sus Eróstratos. Chávez prometió que en 2012 produciríamos 6 millones de barriles diarios. Las promesas no pudieron contra la corrupción que se desató. Tampoco contra la militarización, tan nefasta en todas las instituciones que la han padecido. La falta de inversión, la diáspora de talentos y el desprecio total por la meritocracia, terminaron de dar la estocada final.

Una nueva PDVSA surgirá, algún día, si es que la ciencia no se nos adelanta y termina por abaratar las fuentes alternas de energía. Entonces el petróleo ya no será necesario. Ojalá que la muerta PDVSA de hoy sirva como ejemplo de lo que no se debe hacer para las futuras generaciones. La verdad es que lo dudo. Porque para hacer mal las cosas, pareciera que los venezolanos no tenemos competencia…