Opinión

Alucinaciones, pesadillas y malos viajes

Procesados por supuestamente pintar un grafiti, médicos presos por hacer lo posible para salvar vidas en hospitales públicos desprovistos de todo, extorsiones, un sistema educativo en el abandono... ¿Terminará la pesadilla?, se pregunta Carolina Jaimes Branger

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Mucho se ha especulado acerca de que Charles Lutwidge Dodgson, sacerdote anglicano, matemático, fotógrafo y escritor británico, conocido como Lewis Carroll, y mejor conocido por su obra “Alicia en el país de las maravillas”, era opiómano. No hay pruebas que sustenten esta teoría, pero es probable que Carroll haya consumido láudano, un analgésico muy popular en el siglo XIX hecho de vino, canela, azafrán, clavo… y opio. El láudano en altas dosis produce alucinaciones. Alucinaciones como las que sufre Alicia en su recorrido.

Imaginen que Lewis Carroll no hubiera vivido en Inglaterra en el siglo XIX, sino en esta Venezuela del siglo XXI, y hubiera escrito sobre las cosas que veía… ¿lo hubieran tildado de opiómano? Alguien poco informado fuera de Venezuela, tal vez sí… Pero aquí, hubiera sido un simple cronista.

Son tantas las contradicciones, las paradojas, las exageraciones, los cuentos, las mamarrachadas… que hay momentos en los que muchos nos preguntamos, con angustia, si será que nos estamos volviendo locos. Pero al remitirnos al texto de Carroll nos damos cuenta de que aquí estamos, como le dijo el Gato de Cheshire a Alicia, en un lugar donde “lo que es, es lo que no es, porque lo que no es, es lo que es”. Como si estuviéramos en una continua alucinación.

¿No parece que estuviéramos alucinando cuando nos damos cuenta de que más de la quinta parte de nuestros compatriotas se fue del país, la mayoría para siempre, y muchos en las peores circunstancias? ¡Venezuela era un país al que la gente venía, no de donde la gente se iba! Todas, absolutamente todas las familias venezolanas tienen uno o más puestos vacíos en sus mesas, abuelos sin nietos, nietos sin abuelos, padres huérfanos, primos que no se conocen.

Alucinación también parece el encono contra los jóvenes como los detenidos por el GOES solo por haber pintado un grafiti, y que los vayan a enjuiciar por eso, cuando lo que procedía era una amonestación (como ponerlos a borrar el grafiti), o una multa.

Lo que ganan los maestros, el personal de salud y los pensionados en Venezuela ¿no parece una pesadilla? Además, una pesadilla que no termina y que empeora cada vez. Cuando los sueldos los suben (esa miseria), les quitan el bono. Si les dan bono (otra miseria), no les aumentan los sueldos.

¿No es otra pesadilla horrenda que Maduro siga ahí, rodeado por esa sarta de corruptos, aliándose con lo peor del mundo, y encima, apoyados por los militares? Yo de verdad espero que cuando esta pesadilla acabe, se eliminen las fuerzas armadas. Si algo han demostrado estas últimas dos décadas es que para lo único que sirven es para hacer negocios para su propio beneficio. Los que eran institucionales están presos (como el general Vivas, de quien ya casi nadie se acuerda, recién condenado a siete años y medio de prisión), se fueron del país, o están matando tigres de cualquier manera.

Las escuelas del país parecen todas alucinaciones producto de un mal viaje, entre las deserciones de maestros y de alumnos, el estado ruinoso en el que se encuentran y la ínfima calidad de la educación que se imparte.

Y hablando de alucinaciones, una terrible es el que pongan presos a médicos que laboran en hospitales públicos -donde no hay absolutamente nada de lo que se necesita para tratar a un enfermo- por pedir a sus familiares que traigan lo que necesitan para curarlo y en muchos casos, salvarle la vida. ¿Es que acaso los médicos ahora van a ser los chivos expiatorios de lo que se han robado otros?

También son pesadillas las extorsiones a industriales, comerciantes y cualquiera que tenga una iniciativa de un trabajo honesto. Más pesadilla que a los enchufados les abran todas las puertas y les den todas las facilidades.

Y no sigo, porque no quiero tener pesadillas esta noche. ¿Hasta cuándo durará este mal viaje?… ¿cuándo terminará esta pesadilla?

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