Opinión

Gustavo Petro y Venezuela

Aunque Petro en campaña haya evitado referirse a Venezuela, la crisis venezolana en sus múltiples facetas terminará por interpelarle una vez que asuma la presidencia

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Al contrario del Gustavo Petro de 2018, cuando también estuvo en campaña, en este 2022 el ahora presidente electo se cuidó de mostrar simpatías públicas por los regímenes autoritarios de la región: Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Incluso, en febrero de este año, Petro se desmarcó por completo del régimen de Nicolás Maduro, a quien señaló de hacer un gobierno “completamente diferente” al del fallecido Hugo Chávez, por quien reiteró admiración. Según el ex guerrillero del M19 y ex alcalde de Bogotá, cuando acudió a Caracas para el funeral de Chávez, en 2013, el régimen de Maduro “le tiró la puerta en la cara”.

Petro ha dicho que apenas asuma la presidencia reestablecerá relaciones plenas, diplomáticas, consulares y comerciales con Venezuela, sin que esto deba interpretarse como un apoyo a Maduro.

En su afán de que el tema de Venezuela no fuese un factor negativo en sus días de campaña electoral, como candidato ni siquiera anunció qué política llevará adelante con los dos millones de migrantes venezolanos, que incluso colapsan el sistema sanitario de Colombia. Sin embargo, una vez que asuma el poder, esta crisis multidimensional venezolana -que generó el chavismo- terminará por interpelarle.

Internamente será ineludible que Petro, quien debe juramentarse como presidente de Colombia el 7 de agosto para un período de cuatro años, decida si dará continuidad a la política de protección amplia y acogida sin restricciones que tuvo Iván Duque para los migrantes venezolanos.

Unos dos millones de venezolanos residen en Colombia, alrededor de la mitad ya ha regularizado su estatus, pero además miles de venezolanos cruzan la frontera cada mes, literalmente caminando con sus pertenecías a cuestas, con el fin de proseguir una travesía que les lleve o bien hacia Chile o Perú o bien hacia Estados Unidos atravesando el peligroso Tapón del Darién.

Los activistas venezolanos de derechos humanos han reconocido el rol positivo que tuvo Duque en materia humanitaria con la acogida a quienes huyen de la crisis generalizada de Venezuela.

La interrogante gira en torno a qué hará Petro con este tema neurálgico una vez sea presidente. Además, con un discurso que ha enfatizado la defensa irrestricta de los derechos humanos, el nuevo presidente de izquierdas deberá ser cónsono con su discurso cuando aborde el tema migratorio. 

Conversaciones con Maduro

Ya este 22 de junio, a tres días de ser electo, Petro sostuvo una conversación telefónica con Nicolás Maduro y anunció su decisión de reabrir de forma total las fronteras entre ambos países, una vez que asuma el poder. Aunque será una medida favorable en términos comerciales y humanitarios, es una decisión que preocupa en ciertos sectores de Colombia que temen se pueda producir una llegada aún mayor y más desordenada de venezolanos huyendo de la crisis en nuestro país.

“Petro enfrentará enormes responsabilidades, incluida la protección de los derechos de los refugiados y migrantes venezolanos en Colombia, denunciando el autoritarismo en Venezuela y trabajando por una solución democrática a la crisis venezolana”, resume Geoff Ramsey, director del programa de Venezuela de la Oficina en Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés).

Varios analistas estiman que Petro desde el poder se cuidará de hacer críticas públicas al chavismo y que podría repetir la nueva línea diplomática llevada adelante por el presidente de Argentina, Alberto Fernández. Según el mandatario sureño al régimen de Maduro no se le debe aislar sino reinsertarlo en las instancias regionales de integración y mantener un diálogo directo con Caracas.

El acercamiento directo de la Casa Blanca con el gobierno de Maduro, tras la invasión rusa de Ucrania, es una señal clara de que la política de aislamiento a la que apostó la era Trump desde Washington ha llegado a su fin. Esto también repercutirá en las decisiones que tome Bogotá.

Como ha ocurrido con el presidente de Chile, Gabriel Boric, a Petro le podrían esperar preguntas recurrentes de periodistas, solicitando su opinión en torno a la deriva autoritaria de Nicaragua y Venezuela o a la prolongación en el poder del castrismo en Cuba.

Boric justamente tiene a Petro como uno de sus referentes políticos, mientras que ha marcado distancia tanto de Maduro como del régimen que en Nicaragua encabezan Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo. El mandatario chileno ha evitado pronunciarse sobre Cuba.

La frontera: un tema ineludible para Gustavo Petro

Además de la migración masiva de venezolanos y del papel que podría jugar Petro ante el devenir político de Venezuela, está otro tema ineludible para el nuevo gobierno que lo conecta con nuestro país.

Los últimos meses han dejado en evidencia la existencia de una lucha intestina a ambos lados de la frontera colombo venezolana entre disidencias de las FARC que decidieron mantenerse en armas para controlar territorios y tráfico de drogas, el ELN que se había negado a negociar un proceso de paz, pero ahora con Petro dice que sí lo hará. A lo que se añade el papel de las fuerzas armadas de Venezuela, que según denuncian entes como Human Rights Watch, está alineado con el ELN.

Aunque estos sucesos están teniendo lugar en la periferia de Colombia, sin impactar de forma directa ninguna gran ciudad, Venezuela estaría involucrándose también en los asesinatos de figuras de las FARC dentro de territorio venezolano, lo cual constituye una arista muy peligrosa.

Cynthia Arnson, directora del programa latinoamericano del Woodrow Wilson Center, con sede en Washington, “cualquier apariencia de una amistad entre Petro y Maduro sería mal vista en muchos sectores en Colombia”.

Para resguardar la zona fronteriza y poner límites a las actuaciones de irregulares, si fuese ésta una prioridad para Petro, el nuevo presidente además deberá trabajar de forma estrecha con el alto mando militar de Colombia, con el cual ya ha tenido roces y diferencias a propósito de las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos por parte de los uniformados. Se espera que apenas asuma, Petro designe a una nueva jerarquía castrense.

A fin de cuentas, aunque Petro en campaña haya evitado referirse a Venezuela, la crisis venezolana en sus múltiples facetas terminará por interpelarle una vez que asuma la presidencia.

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