Opinión

Si no existiera la tristeza, ¿cómo reconocerías la felicidad?

El coach Ricardo Adrianza considera a la tristeza una emoción poderosa, que forma parte del claroscuro de la vida. Pero,. advierte, el problema es cuando se instala permanentemente

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Composición de imagen: Yiseld Yemiñany / Fotos: Pexels

En los años de infancia era muy común escuchar a tus padres con el habitual discurso que imponía ocultar las emociones – especialmente en los varones- donde los ¡no llores!, o cualquier postura que te hiciera mostrar vulnerable era prohibido o reclamado por estos.

Afortunadamente esto ha cambiado bastante y los padres modernos, guiados por las tendencias actuales, animan a sus hijos a mostrarlas como único medio de educarlos emocionalmente e incitar en ellos el desarrollo de las competencias relacionadas con la inteligencia emocional.

Foto Victoria Akvarel / Pexels

Al fin y al cabo, la vida no está dibujada en línea recta y las alcabalas en ese camino son muchas –unos con más suerte que otros– pero todos, en gran medida, nos adentramos en ese parque de diversiones que supone el sube y baja de acontecimientos y, por ende, de emociones.

El problema de la tristeza

La tristeza es una de esas emociones que se presenta con asiduidad, más de lo apetecido. Ahora bien, vale decir que sentirla no es del todo malo, pues forma parte del claroscuro de la existencia.

Soy de los que valora a la tristeza como una emoción poderosa, pues te permite percibir con todos tus sentidos los asuntos que se contraponen a tus valores e identificar los sentimientos de apego que puedes tener hacia otras personas.

Pero allí no está el problema. El problema está en si esa tristeza –por la razón que sea– se instala de forma permanente. Estar triste es una emoción válida, ¡lo que no es válido es estar triste siempre!

Foto Felipe Céspedes / Pexels

La tristeza es tan relevante que te permite dar la adecuada dimensión a las alegrías que llegan a tu vida. Es decir, si no existieran las tristezas ¿cómo saber que lo que sientes es felicidad?

Ese Yin-Yang de la existencia que engalana el título de este artículo ha sido una reflexión muy oportuna y acertada que le he oído a mi buena amiga y psicóloga, Miriana Bello, –@psicologiaaldia en Instagram- quien refiere que, “si no existiesen las tristezas, ¿cómo darnos cuenta o valorar cuando estamos felices?”.

No puedo estar más de acuerdo con esa reflexión, que además me anima a ponderar la importancia de tomarte el tiempo que sea necesario para expresar tus emociones – positivas y negativas – y reflexionar acerca de ellas como única vía de crecimiento y autoconocimiento. Además, estoy seguro de que tus interlocutores lo agradecerán.

Beneficios de expresar las emociones

Para redondear mi idea, debo decirte que los beneficios de compartir o expresar tus emociones son muchos. Aquí te menciono alguno de ellos:

Evita conflictos. Si logramos expresar nuestras emociones, evitamos que nuestros interlocutores hagan suposiciones con respecto a lo que sentimos en determinado momento. Con ello, esquivamos uno de los grandes generadores de problemas en las relaciones.

Aumenta el autoconocimiento. Expresar tus emociones te permite regular de mejor manera lo que sientes y sintonizar mejor con otros. Pero la consecuencia más potente es que con cada oportunidad o cada acontecimiento vivido, estarás potenciando tu intuición para prever situaciones incómodas y aumentar el conocimiento de ti mismo.

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Foto Sofía Alejandra / Pexels

Mejora tu salud. Cuando reprimes tus emociones causas un estrés innecesario a tu organismo y generas una mayor exposición a enfermedades al exponer tu sistema inmunológico. Al expresarlas, la respuesta es contraria y muy positiva en tu salud en general.

Mejora las relaciones sociales. Cuando expresas tus emociones te vuelves más accesible a los demás. Te muestras empático, y eso, queridos lectores, es un plus y estímulo en las relaciones personales y profesionales.

Vives en el presente. Si las emociones son expresadas en el tiempo adecuado, es decir, en momento presente, centramos nuestra mente en vivir lo que es realmente importante y alejarte de las angustias: ¡vivir en el aquí y ahora!

La bitácora de beneficios citados luce contundente para embarcarnos en esta dinámica y derribar las creencias del pasado.

No te enganches en pretender ocultar algo que sientes legítimamente. Recuerda todos sus beneficios y multiplica las emociones positivas en tu vida.

A fin de cuentas, si no existen las tristezas o desencuentros, no reconocerás lo que es realmente importante y esencial en tu vida y que te permite alcanzar los anhelados ratos de felicidad.

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