Las despedidas: un impulso necesario para reenfocar tu vida
Una despedida implica un quiebre emocional difícil de gestionar, el cierre de una etapa, alejarte de un trabajo o incluso, una despedida eventual para fortalecer el espíritu y prepararte para enfrentar nuevos retos
Las despedidas suponen un ritual que la mayoría de las veces implica tristeza, muy a pesar de que quizás, despedirte de algo o alguien, representa un avance en tu vida o simplemente un acto que la complementa.
Una despedida implica un quiebre emocional difícil de gestionar, el cierre de una etapa, alejarte de un trabajo o incluso, una despedida eventual para fortalecer el espíritu y prepararte para enfrentar nuevos retos.
Esa paradoja ha estado muy presente en el camino de muchos, pues no necesariamente te despides huyendo de algo, más bien lo haces porque lo necesitas.
¿Cuántas veces no nos queremos ir de un lugar, pero al mismo tiempo queremos estar en otro?
Pasa frecuentemente, más de la deseada. De hecho, me pasó recientemente.
Bajo esa situación, despedirnos nos produce sentimientos encontrados. Por un lado, el sentido de responsabilidad se impone y sientes que lo que dejas necesita de un tiempo más, de reforzar objetivos, de celebrar los éxitos y de compartir con compañeros y amigos para, entre otras, agradecer el camino andado.
Por otra parte, anhelas el ansiado reencuentro con la familia. Esa parte de ti que te complementa como ser humano y que, sin ellos, la energía se gasta y con el paso de los días el alma se nos congela.
Tras ese yin–yang muchos hemos vivido en la última década. Alegrías efímeras, abrazos contados y tristezas infinitas.
Dar un consejo en un tema tan sensible resulta cuesta arriba. Pero, si me apuran, no hay mejor consejo que vivir plenamente cada minuto y situarte en el justo momento donde te encuentras.
Eso significa entregarte sin disimulo a cada emoción que llega a tu vida de diferentes formas. Hoy te despides, sí, pero mañana te entregas a la magia de todas las sensaciones que vienen y que refuerzan ese mantra de que el ¡mejor momento es el hoy!
Las despedidas tienen su magia
Cada segundo de tu vida es una maravillosa oportunidad de escribir tu historia de la mejor manera posible. Bajo ese esquema, no hay entrada para el arrepentimiento. Hazlo bien hoy, expresa lo que sientes hoy y repite eso cada día. De esa manera será imposible que mañana le des espacio al lamento.
Despedirte de algo o alguien tiene su magia, aunque estoy seguro de que no lo entendemos en el instante que lo hacemos.
No solo esa “magia” está en el recuerdo de lo que hemos hecho y de las etapas que cumplimos, sino en aceptar que en el curso de la existencia se imponen otras realidades que nos permiten evolucionar y crecer, y de entender que la verdadera magia de un adiós está en vislumbrar todo lo bueno que viene después, en embarcarte en el mundo de posibilidades que se abren al comenzar algo nuevo o de disfrutar, como ya he dicho, de un nuevo encuentro con la familia.
En definitiva, valora cada despedida como un impulso necesario para reenfocar tu vida hacia mejores posibilidades.
Si aprendemos a llevar el peso de la sensación de vacío tan invasivo, te aseguro que cada despedida la entenderás como una posibilidad para explorar tu mejor versión y construir tu felicidad.
Cuando un líder identifica que su equipo está exhausto y poco motivado, surge la necesidad imperiosa de adoptar un enfoque comprensivo y de apoyo que promueva tanto el bienestar como la productividad
Entre 1925 y 1926 se dictaron las leyes “fascistísimas” contra la libertad personal y de prensa, los partidos políticos y sindicatos, y cambios en el sistema de justicia.
Aquellos que han experimentado contratiempos significativos desarrollan una resistencia emocional que los prepara mejor para enfrentar desafíos futuros. Como respuesta al fracaso, se fortalecen, aprenden a gestionar el estrés y desarrollan la confianza en su capacidad para superar adversidades