Las despedidas: un impulso necesario para reenfocar tu vida
Una despedida implica un quiebre emocional difícil de gestionar, el cierre de una etapa, alejarte de un trabajo o incluso, una despedida eventual para fortalecer el espíritu y prepararte para enfrentar nuevos retos
Las despedidas suponen un ritual que la mayoría de las veces implica tristeza, muy a pesar de que quizás, despedirte de algo o alguien, representa un avance en tu vida o simplemente un acto que la complementa.
Una despedida implica un quiebre emocional difícil de gestionar, el cierre de una etapa, alejarte de un trabajo o incluso, una despedida eventual para fortalecer el espíritu y prepararte para enfrentar nuevos retos.
Las despedidas pueden ser un reenfoque de la vida o un complemento. Foto Duong Nhan / Pexels
Esa paradoja ha estado muy presente en el camino de muchos, pues no necesariamente te despides huyendo de algo, más bien lo haces porque lo necesitas.
¿Cuántas veces no nos queremos ir de un lugar, pero al mismo tiempo queremos estar en otro?
Pasa frecuentemente, más de la deseada. De hecho, me pasó recientemente.
Bajo esa situación, despedirnos nos produce sentimientos encontrados. Por un lado, el sentido de responsabilidad se impone y sientes que lo que dejas necesita de un tiempo más, de reforzar objetivos, de celebrar los éxitos y de compartir con compañeros y amigos para, entre otras, agradecer el camino andado.
Por otra parte, anhelas el ansiado reencuentro con la familia. Esa parte de ti que te complementa como ser humano y que, sin ellos, la energía se gasta y con el paso de los días el alma se nos congela.
Tras ese yin–yang muchos hemos vivido en la última década. Alegrías efímeras, abrazos contados y tristezas infinitas.
Despedirse de algo o alguien tiene su magia, aunque no se entienda en el momento. Foto Rodnae Productions / Pexels
Dar un consejo en un tema tan sensible resulta cuesta arriba. Pero, si me apuran, no hay mejor consejo que vivir plenamente cada minuto y situarte en el justo momento donde te encuentras.
Eso significa entregarte sin disimulo a cada emoción que llega a tu vida de diferentes formas. Hoy te despides, sí, pero mañana te entregas a la magia de todas las sensaciones que vienen y que refuerzan ese mantra de que el ¡mejor momento es el hoy!
Cada segundo de tu vida es una maravillosa oportunidad de escribir tu historia de la mejor manera posible. Bajo ese esquema, no hay entrada para el arrepentimiento. Hazlo bien hoy, expresa lo que sientes hoy y repite eso cada día. De esa manera será imposible que mañana le des espacio al lamento.
Despedirte de algo o alguien tiene su magia, aunque estoy seguro de que no lo entendemos en el instante que lo hacemos.
Cada momento es una oportunidad única para escribir la historia de tu vida de la mejor manera posible. Foto cortesía Vyacheslav Bobin / Pexels
No solo esa “magia” está en el recuerdo de lo que hemos hecho y de las etapas que cumplimos, sino en aceptar que en el curso de la existencia se imponen otras realidades que nos permiten evolucionar y crecer, y de entender que la verdadera magia de un adiós está en vislumbrar todo lo bueno que viene después, en embarcarte en el mundo de posibilidades que se abren al comenzar algo nuevo o de disfrutar, como ya he dicho, de un nuevo encuentro con la familia.
En definitiva, valora cada despedida como un impulso necesario para reenfocar tu vida hacia mejores posibilidades.
Si aprendemos a llevar el peso de la sensación de vacío tan invasivo, te aseguro que cada despedida la entenderás como una posibilidad para explorar tu mejor versión y construir tu felicidad.
Es cierto que estamos a pocos días de un día crucial para el destino de los venezolanos, pero es necesario comprometerse con el bienestar emocional y establecer barreras a lo que no podemos controlar. El coaching orienta sobre cómo hacerlo antes, durante y después de las elecciones
La responsabilidad es fundamental para cumplir los plazos y alcanzar los objetivos y de esta manera, aumentar la productividad y los ingresos. De allí que el liderazgo asuma el papel de fomentar una mentalidad que estimule el crecimiento y la confianza, no de asignar culpas. ¡Mas que motivar, imprescindible es no desmotivar!