Opinión

Miss Venezuela: cualquiera de ellas NO podría triunfar...

El Miss Venezuela regresó al Poliedro y al escándalo: lejos de hablar de belleza, de lo que se habla es de manejos turbios

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Yuri CORTEZ / AFP
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“En una noche tan linda como esta, cualquiera de nosotras, podría triunfar”… dice el himno del Miss Venezuela. Pero parece que no siempre es así.

Quizás la edición del concurso que más huella ha dejado por la trascendencia mediática de sus finalistas fue la de 1986. Bárbara Palacios se alzó con la corona, y de ahí saltó a ser Miss Suramérica, Miss Universo y consolidó una dilatada carrera de éxitos. De finalistas quedaron Maite Delgado, Catherine Fulop, Raquel Lares y Carolina Perpetuo, entre otras que han hecho carreras súper famosas.

Pero el Miss Venezuela 1986 también se recuerda como el concurso donde Blanca Ibáñez, la “secretaria” del presidente Jaime Lusinchi, usó su inmenso poder político para que la novia de su hijo, Laura Fazzolari, quedara -a juro- entre las finalistas. Quienes lo vimos lo recordamos porque los veteranísimos Carmen Victoria Pérez y Gilberto Correa no se dieron cuenta -sino hasta el final- de que les sobraba una finalista y les faltaba otra. La señora Ibáñez se las arregló para que una de sus manos peludas incluyera a la Fazzolari entre las finalistas. Durante meses se habló de aquella noche no tan linda… Si quieren volver a verlo, aquí está el enlace.

En Venezuela, de una u otra forma, casi todos somos “missólogos”. Yo, que poco veo televisión, no me pierdo un Miss Venezuela. Y después no pelaba el Miss Chocozuela que transmitía RCTV en Radio Rochela. Y desde que empezó el Twitter, mucho menos. Es divertidísimo comentar el concurso en cambote.

Pero en los corrillos siempre se había comentado que en el Miss Venezuela había sus bemoles. Cuando ganó mi prima Mariela Pérez Branger, en 1967, rato largo la más bella de todas las que concursaron esa noche, ocho o nueve de las participantes armaron un escándalo porque “la habían escogido simplemente porque era de la alta sociedad”. Un par de meses más tarde tuvieron que tragarse sus palabras cuando Mariela quedó de primera finalista en el Miss Universo, con la percepción, además, de sus compañeras de los países restantes y el público, de que debió haber ganado ella, pues era mucho más hermosa que la estadounidense a la que coronaron.

Desde que Osmel Sousa se encargó del concurso -que, dicho sea de paso, ha sido la época de su mayor éxito- se decía que los resultados estaban amañados. Había una leyenda según la cual la señal para que el jurado supiera quién debía ganar el concurso era que la elegida usaba unos zarcillos de coral rosado con brillantes. Y al parecer en algunos años funcionó, porque los usaron María Antonieta Cámpoli en 1972, Maritza Pineda en 1975, Elluz Peraza en 1976, Cristal Montañez en 1977 y Marisol Alfonso en 1978.

Este año se desató otro escándalo, porque el sicólogo y actor Sócrates Serrano realizó un video justo después de emitir sus votos y antes de conocer los resultados, en el que les preguntó a sus compañeros del jurado por quiénes habían votado y todos respondieron que “por Miss La Guaira, como Miss Venezuela y Miss Delta Amacuro como la representante para ir al Miss Internacional”. Él, Maritza Pineda y otras personalidades del jurado se retiraron al apenas presenciar el veredicto final por considerar que había habido fraude. Maritza Pineda lo explicó en dos videos posteriores. Toto Aguerrevere, también jurado, comentó que él sí sabía que había “otros” que votaban, además de los miembros de la Organización Miss Venezuela. Pero casi nadie sabe quiénes son, ni siquiera el jurado completo. ¿Por qué no se lo advirtieron antes? ¿Por qué no sabemos quiénes son esos que también votan? ¿Cuál es el peso de las votaciones del jurado versus las de los demás?

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Diana Silva, representante del Distrito Capital, es la nueva Miss Venezuela (AFP)

Quiero citar las palabras de Julio Rodríguez Matute en Instagram:

“Anoche, después de la elección de la nueva Miss Venezuela, muchas de las personalidades del jurado se levantaron en protesta por los resultados, pues ellos no habían votado por las dos chicas que se coronaron rumbo al Miss Universo y Miss Internacional 2023. Quienes me conocen, saben perfectamente que estoy en completo desacuerdo con las tramoyas, fraudes e imposiciones en los concursos de belleza. No es nada en contra de Diana Silva ni de Andrea Rubio, quienes fueron de las mejores candidatas durante toda la competencia y les deseo el mejor de los éxitos en sus contiendas internacionales. El punto es, ¿para qué invitan personalidades a formar parte de un jurado si se va a desconocer su voluntad en la selección de las ganadoras? Tanto ellos como muchos de los que asistimos el certamen a través del streaming vimos como las representantes de Delta Amacuro y La Guaira fueron las que más destacaron, tanto en desfiles como en respuestas. Sé que la organización @missvenezuela también emite una votación pues convive con las candidatas durante tres meses, pero lo que no estoy de acuerdo es que el peso de la organización sea mayor al del jurado. En todo caso, ¿por qué entonces los miembros de la organización no se sientan ellos como jurado? ¿Para qué poner a un panel de jueces como parapeto si al final es la decisión de la organización la que cuenta y determina? Nina Sicilia y Molly Isler, esto es para reflexionar y espero que en futuros Miss Venezuela no volvamos a ser testigos de una situación parecida. No inviten a nadie a servir de parapeto cuando la decisión de ustedes ya ha sido tomada con anterioridad”.

Y no es que la muchacha que ganó y la que quedó de segunda no fueran bonitas, tal como lo comentó Julio… es la frustración de constatar que “en una noche tan linda como esa”, no “cualquiera de ellas” podría ganar, sino que la decisión ya estaba tomada. Falta de respeto con el jurado. Falta de respeto con las participantes. Falta de respeto con el público. Que haya la percepción de trampa en el Miss Venezuela hace daño, porque es un certamen que sigue buena parte del país… No hace falta que hoy nos estemos preguntando ¿y es que ahí también hay corrupción?

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