Caracas sigue siendo Caracas
La mayor fortaleza del equipo Rojo sigue siendo su estabilidad. Y aunque no compite pagando salarios muy altos, los jugadores se sienten a gusto. La plantilla actual es realmente buena y puede mejorar
La mayor fortaleza del equipo Rojo sigue siendo su estabilidad. Y aunque no compite pagando salarios muy altos, los jugadores se sienten a gusto. La plantilla actual es realmente buena y puede mejorar
Son días complicados para el fútbol venezolano. Mientras unos equipos se refuerzan y trabajan desde hace casi dos meses de pretemporada para la campaña 2023, otros aún no tienen plantel. Son pocos, son menos, pero son varios y eso afecta la buena imagen del torneo.
Me acerqué al entrenamiento del Caracas, por cortés invitación de su departamento de prensa. Puedo asegurar, que en medio de la incertidumbre, Caracas sigue siendo Caracas. Con austeridad, sí, pero con seriedad y cumplimiento. Vi por primera vez a Leo González trabajando al frente del rojo y quedé gratamente sorprendido con la tranquilidad y confianza que él y su grupo trabajan.
En un marco como el actual, tener casi dos meses de pretemporada le da una ventaja tremenda a Caracas sobre el resto, amén de saber que a la cabeza está un hombre como Leo González, un técnico que nada tiene que demostrar en el fútbol y que merecidamente ha llegado a una institución sólida que le ofrece la posibilidad de conformar un equipo a su gusto, desde cero.
A su gusto porque él puede opinar, sin embargo para nadie es un secreto que Caracas no compite billete a billete con otros equipos poderosos. Su principal atractivo nunca serán los salarios, sino esa estabilidad que tan extraña es en nuestro fútbol, pero que es un activo realmente valorable en la realidad actual.
Abordo el título de esta columna: si usted es aficionado al Caracas, permítase sentirse ilusionado porque el Rojo tiene argumentos para competir y seguir siendo un equipo que luche todos los años por el título. Si bien los fichajes que ha realizado no han roto el mercado y la salida de Akinyoola, Bonsu, Edson Castillo y Kaki Rivero son importantes, lo que se vislumbra pinta bien.
Primero por lo ya explicado: Leo González es un técnico ganador y fiable. Segundo: hay plantel. Han regresado Leo Flores y Anderson Contreras, bastión del último Caracas campeón. Richard Celis estaría a tiro también de volver y si se hace realidad la vuelta de Alexander González (entrena con el equipo) y Juanpi Añor, en la Cota 905 tienen equipo para pelear a los reforzados Táchira, Academia y Carabobo y al campeón Metropolitanos.
La continuidad de Baroja y Quijada, los dos capitanes, le dan esa experiencia necesaria de dos hombres que son de la institución, que la llevan tatuada en su piel. Un eje defensivo de sobra reforzado, un mediocampo potente con Vicente, Mono Suárez, Leo Flores, Anderson Contreras, Ortega y el tapado Padilla, que viene del equipo Sub 20, muestra a un Caracas sólido, que si llega a concretar la estadía de Celis, Añor y Alexander González, armaría un mediocampo ofensivo soñado.
Se habla de la llegada de un mediapunta argentino, que pudiera ocupar la posición de escolta de Guarirapa, llamado a ser, por fin, el 9 del equipo. Sobre él recae todo el peso de marcar goles, un reto exigente pero necesario para el hombre franquicia del rojo. Creo que es necesario que se pueda tener otro delantero de peso para cerrar un plantel a todas luces fuerte, ya que Benítez parte como el hombre que a medio plazo pueda asumir las riendas del arco.
En una plantilla prácticamente cerrada. Sólo se espera saber si tres futbolistas seguirían en el equipo, Caracas tiene trabajo, tiene rodaje. Mezcla bien la experiencia con una camada de jóvenes que tendrán en esta campaña la oportunidad de explotar. El equipo tiene entre ceja y ceja superar el obstáculo de Academia en Copa Sudamericana para luego ir por el campeonato. Hay objetivos claros. Hay aspiraciones. Están conscientes que no puede volver a pasar lo de 2022. Es difícil que un equipo como el rojo tropiecen con la misma piedra dos veces seguidas.
Caracas sigue siendo Caracas. Ilusiónese. Permítase hacerlo.