Opinión

Mi derecho a sospechar

La curiosa excarcelación del general Miguel Rodríguez Torres dispara en la articulista Carolina Jaimes Branger algunas interrogantes y quejas sobre el aquí y el allá

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Héctor Trejo / Archivo

El mayor general (¡qué vergüenza que haya llegado a ese rango!) Miguel Rodríguez Torres fue excarcelado el 8 de enero pasado gracias a un indulto, aununciado por el mismo Nicolás Maduro, su carcelero. Y como venezolana que soy, tengo derecho a exponer, más que mis dudas, mis legítimas sospechas: ¿por qué no hubo juicio, ni expediente y número, ni delitos imputados? ¿Cuál, si es que la hubo, fue la decisión del tribunal?… En Venezuela no existe la pena de expulsión o extrañamiento, y Miguel Rodríguez Torres fue enviado a Madrid. ¿Acaso lo veremos muy orondo viviendo allá, en una casa parecida a la que tenía Pérez Jiménez en La Moraleja?

Un sujeto que, además de su pasado golpista, está acusado de abuso de poder, corrupción, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito y otros delitos relacionados con el ejercicio de su cargo. Pero sobre todo, de participar en repetidos abusos contra los derechos humanos, incluidas las torturas y desapariciones forzadas. En su condición de torturador -fue el creador nada más y nada menos que de «La Tumba», el centro de torturas ubicado en Caracas, descubierto en 2014 por el equipo de investigación de la ONG Provea- tuvo detenidos que fueron torturados y sometidos a tratos crueles e inhumanos. Los informes de Provea también indican sometimientos a interrogatorios forzados, golpes, descargas eléctricas, privación de alimentos y agua, y amenazas de muerte.

Rodríguez Torres, además de haber sido sancionado por los Estados Unidos, fue pieza clave y brazo ejecutor de torturas del régimen que manda en Venezuela, el mismo régimen que luego lo apresó y ahora lo libera en circunstancias sospechosas, con la pública y evidente intervención de ese personaje que me resulta tan molesto, tan sibilino y tan de desconfiar como lo es Rodríguez Zapatero. Y encima, es luego enviado España, en lo que pudiéramos sospechar, como comenté antes, de que se trata de un exilio dorado.

¿Qué pasó ahí? Rodríguez Torres era muy cercano a Chávez, pero obviamente no lo es a Maduro. ¿Por qué entonces Maduro lo suelta? ¿Qué métodos de persuasión, presión o chantaje usó Zapatero? Porque es imposible tragarse el cuento de que se trata de una iniciativa para promover la reconciliación y la unidad nacional en Venezuela. ¿El interés de Zapatero, quien durante tres años estuvo negociando la salida del mayor general, es solo el pago que ha debido percibir, o hay alguna otra razón? ¿Por qué si José Luis Rodríguez Zapatero no estuvo involucrado en temas de tortura durante su mandato como presidente de España ahora defiende y saca de prisión a un torturador? ¿No les parece extrañísimo?

El militar venezolano ha debido quedarse en la cárcel hasta su último día. Gracias a él, Venezuela entró a formar parte de la “selecta” lista de los países que se conocen por torturar a los presos políticos: China, Corea del Norte, Irán, Siria, Cuba, Turquía, Egipto, Rusia, Vietnam, Yemen, Sudán, Nigeria, Zimbabwe, Tailandia, India, Pakistán, Afganistán, Marruecos, Argelia, Libia, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Arabia Saudita, Omán y Azerbaiyán. Por su culpa, han muerto presos políticos. ¿Qué dirá ahora Zapatero de los derechos humanos y la promoción de la igualdad y la justicia social de los que hablaba y defendía durante su gobierno?

Y el gobierno español es un chulo de marca mayor. Según, acepta a Rodríguez Torres como parte de un esfuerzo para promover la estabilidad y la reinstitucionalización de Venezuela. ¡Si hasta dijeron que creen que el general Rodríguez Torres puede contribuir a la solución de la crisis política en el país y ayudar a promover la democracia y los derechos humanos! Realmente patético.

Hay varias ONG de derechos humanos en Venezuela que investigan y documentan la actuación de Miguel Rodríguez Torres en el Sebin. Estas incluyen Provea, Espacio Público, Foro Penal Venezolano, Observatorio Venezolano de Prisiones y la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Nacional. Estas ONG trabajan para documentar y denunciar los abusos de derechos humanos cometidos por el Sebin y el general Miguel Rodríguez Torres. Además, las torturas en la de Venezuela han sido denunciadas por varios organismos internacionales de derechos humanos.

Mientras tanto, espero que los venezolanos que están en Madrid le hagan la vida imposible al torturador Rodríguez Torres. Que el escrache sea tal que no pueda asomar ni la punta de la nariz de la puerta de su casa. Que tenga que quedarse preso en su mansión, rodeado de oros y tules… Así pagaría una milésima parte de la deuda de vidas que tiene con el país…

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