¿Cómo combatir la depresión laboral?

El covid-19 ha tenido un impacto significativo en la salud mental de las personas en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia ha llevado a un aumento de la ansiedad, la depresión y el estrés en muchos países.

Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) encontró que los síntomas de depresión se triplicaron durante la pandemia de covid-19 en comparación con los niveles prepandémicos. Estos datos son por demás alarmantes, siendo el caso que los datos generales estiman que ¼ de la población mundial sufre de enfermedades neuropsicológicas.

A las estadísticas anteriores debemos agregarle datos adicionales que han sido publicados por la OMS y la Organización Internacional del Trabajo: “La depresión y la ansiedad causan una pérdida de 12.000 millones de días de trabajo cada año provocando unas pérdidas de casi un billón de dólares a la economía mundial”.

Ante este cuadro causado por una enfermedad que podemos calificar como “silente”, los responsables de la gestión del talento y más aún, los equipos directivos, deben estar atentos, pues los alcances de estas arrolladoras estadísticas no escapan de los recintos de trabajo.

Las directrices mundiales de la Organización Mundial de la Salud recomiendan una serie de medidas para afrontar los riesgos asociados a la salud mental, como las grandes cargas de trabajo, los comportamientos negativos y otros factores que generan angustia en el trabajo.

Por primera vez, la agencia de salud recomienda formar a los directivos para que aprendan a evitar los entornos de trabajo estresantes y atender a los trabajadores que se sientan angustiados.

Lo anterior ha sido una postura que se impone ante las consecuencias irrefutables de la pandemia, aderezadas por el entorno político, social y económico que ha acompañado a nuestro país por, al menos, un par de décadas.

Además, como nos hemos referido en infinidad de oportunidades, los avances de la neurociencia dan evidencias contundentes del carácter social de nuestro sistema nervioso central en el que el cerebro es su principal protagonista. Con relación a esto, debo destacar que los resultados de la investigación de la doctora Eisenberger, donde coloca al mismo nivel la experiencia del dolor físico y el dolor psicológico, son una clara referencia de que en los espacios de trabajo deben ser muy conscientes de las implicaciones que genera ambientes de trabajo poco colaborativos y estresantes.

Estrategias para liberarte de la frustración en el trabajo

De allí que los líderes de las organizaciones tienen un papel importante que desempeñar en la prevención y el tratamiento de la depresión laboral.

Claves contra la depresión laboral

Entre las estrategias que las empresas y, específicamente, el liderazgo puede poner en marcha para apoyar y ayudar a combatir la depresión laboral, tenemos:

Promover una cultura de bienestar. Los líderes deben ser capaces y preocuparse por crear una cultura organizacional que promueva el bienestar mental y físico de los empleados.

Esto puede incluir programas de bienestar, capacitación en manejo del estrés y políticas que apoyen un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.

Comunicar con claridad y empatía. Este par de elementos son muy poderosos para atender los casos de depresión laboral.

Reconocer y acompañar a los equipos de trabajo en momentos aciagos suma al bienestar de estos y redunda en ambientes de trabajo donde se promueve un ambiente positivo y de comprensión de los desafíos que enfrentan a diario los colaboradores en un ambiente de tanta incertidumbre como el venezolano.

Fomentar un entorno de trabajo seguro. Aunque promover un ambiente de trabajo seguro no depende exclusivamente del liderazgo, los líderes deben tomar medidas para garantizar que los empleados se sientan seguros en el lugar de trabajo.

Esto puede incluir medidas de seguridad en políticas que protejan la privacidad y la confidencialidad de los empleados que buscan tratamiento para problemas de salud mental y el apoyo en revisión de las tareas o proyectos asignados, que libere a estos de una presión innecesaria en medio de su particular bajón emocional. Esto, sin obviar que las relaciones entre colaboradores muchas veces son detonadores de conflictos que generan exclusión entre pares, con las consecuencias ya probadas que tiene esto en nuestra estructura fisiológica y psicológica.

Proporcionar recursos y apoyo. Esta estrategia debe ser considerada como un elemento clave en la sanidad emocional de las empresas. No solo los empleados tóxicos generan problemas, también los generan la no atención oportuna de casos de depresión laboral por los alcances que esto conlleva en la productividad.

Entonces, los líderes deben planificar recursos para apoyar a los empleados a manejar el estrés y la ansiedad relacionados con el trabajo. Esto puede incluir acceso a servicios de asesoramiento y terapia, programas de bienestar y capacitación en manejo del estrés.

Aunque el tema de depresión laboral sigue siendo tabú en las empresas, por primera vez la OMS
recomienda formar a los directivos para que aprendan a evitar los entornos de trabajo estresantes y atender a los trabajadores que se sientan angustiados.

En conclusión, las empresas, en cabeza de sus líderes, tienen la responsabilidad de crear un entorno de trabajo que promueva la salud mental y el bienestar de los empleados.

Al tomar medidas para prevenir y tratar la depresión laboral, estos pueden ayudar a garantizar que sus empleados sean felices, saludables y productivos y, con ello, garantizar empresas emocionalmente saludables.