Opinión

La jubilación anticipada de Carlos Alberto Montaner

El escritor cubano informó que padece Parálisis Supranuclear Progresiva, lo que le impide realizar algunas tareas de manera fluida. Esta columna es un agradecimiento por su larga lucha a favor de la democracia en el mundo

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Una de las peores noticias para el mundo del periodismo, la literatura y la democracia en el mundo la recibimos el viernes 5 de mayo, cuando el escritor, periodista y político cubano Carlos Alberto Montaner, exiliado en España, se despidió del “columnismo” a sus ochenta años. No fue por causa de la edad… Ciertamente la vida tiene injusticias que no se entienden.

Montaner ha sido, es y seguirá siendo un adalid en la defensa de la democracia, la libertad individual y la economía de mercado. Sus numerosos artículos de opinión y libros han estado enfocados en temas políticos, culturales y sociales que tienen que ver con América Latina y España y han tenido gran influencia en el debate político de la región. Además, sus libros y artículos son accesibles y están dirigidos a un amplio público, lo que ha contribuido a difundir sus ideas y a fomentar el pensamiento crítico en la sociedad, uno de sus grandes aportes: hacer que la gente razone.

Carlos Alberto Montaner nació el 3 de abril de 1943 en La Habana, Cuba. Fue criado en una familia de clase media y estudió en la Universidad de La Habana, donde se graduó en Derecho. Desde su juventud, Montaner se interesó por la política. Por eso se unió al movimiento estudiantil que se oponía al régimen de Fidel Castro. Tal era la profundidad de sus convicciones que en 1961 participó en una expedición armada en contra del gobierno cubano, pero la misión fracasó y Montaner fue encarcelado.

Después de ser liberado en 1962, continuó su activismo político y se convirtió en uno de los líderes de la oposición al régimen comunista de Castro. En 1970, Montaner se exilió a España, donde continuó su carrera como escritor y periodista. Un valiente, Montaner fue secuestrado en 1985 en Madrid por un grupo de extrema izquierda, pero logró escapar. A lo largo de su carrera, ha recibido amenazas y ha sido objeto de ataques verbales y difamación por parte de grupos políticos que no comparten sus ideas. Pero nada de eso lo arredró.

Montaner ha sido un defensor de los derechos humanos y ha denunciado la violencia y la represión en diversos países de la región. Su trabajo como escritor, periodista y analista político ha sido reconocido con numerosos premios y distinciones, y su influencia se extiende más allá de la región iberoamericana.

A lo largo de la historia, escritores, poetas y periodistas han utilizado su pluma para difundir ideas que han llevado a cambios significativos en sus sociedades. Carlos Alberto Montaner es uno de ellos. Desde que se exilió, la escritura ha sido su arma contra las tiranías, a través de la libre expresión y la crítica. Ha sido su forma de resistencia. Sus temas por lo general son controvertidos y critica a los líderes sin temor a represalias.

Montaner ha llegado a una audiencia muy amplia. Ha sido mucho más aplaudido que criticado. En esta era digital sus escritos han sido publicados y difundidos a través de las redes sociales, lo que significa que sus ideas han llegado a millones de personas en todo el mundo, en cuestión de segundos. Sus textos siempre han desafiado las tiranías, por eso son especialmente poderosos.

Montaner, a través de su escritura, también ha documentado la historia. En los países donde la libertad de prensa está limitada, ha sido una de las pocas fuentes de información disponible, escribiendo sobre ciertos eventos para asegurarse de que nunca se olviden. Y esto será de medular importancia en el futuro, cuando seguramente las verdades de esta época serán cuestionadas o distorsionadas.

Como venezolana estoy profundamente agradecida a Carlos Alberto Montaner por desafiar el poder y luchar contra las injusticias en nuestro país y más allá de él, en toda América Latina. La escritura es un arma contra las tiranías. La escritura de Montaner lo ha sido y seguirá siéndolo. Él dice en su artículo de despedida que “hizo lo que pudo”. Le aseguro que hizo mucho más que eso, mucho más que muchos seres humanos que se ufanan de adversar los totalitarismos, las injusticias, los despotismos y las dictaduras. Estoy segura de que estas simples y sencillas gracias no serán suficientes para lo que él ha logrado, pero quiero que sepa que en Venezuela muchos lo seguimos, lo admiramos y lo extrañaremos. Esta jubilación anticipada fue un disparo a nuestros corazones. Nuestros mejores deseos porque lo que falte sea leve, rápido e imperceptible.

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