Ser tímido tiene sus ventajas

La timidez es una característica que a menudo es malinterpretada y estigmatizada en una sociedad mayormente extrovertida. Sin embargo, ser tímido no es necesariamente una desventaja, sino que conlleva una serie de beneficios y perspectivas únicas.

Por lo general, nos han vendido que la timidez en edad adulta sería un gran problema. Y sí, sonaba lógico pues en tiempos de juventud, serlo – al menos en mi época – constituía una desventaja en los distintos escenarios que se plantean en la adolescencia.

Bailar en una fiesta, abordar a la chica que te gustaba, o hacer una exposición en clase eran monstruos de siete cabezas que acechaban la tranquilidad de estos personajes.

Pero ser tímido no está reñido con los atributos personales y profesionales que hacen de una persona especial. Si lo manejas bien, esta característica de tu personalidad tiene sus ventajas.

¿A cuáles me refiero? Para responder esta pregunta me referiré a lo expresado por Robert Waldinger – psiquiatra e investigador – en una reciente entrevista: “Ser tímido es de lo más normal y está bien. Sabemos que los introvertidos necesitan a menos personas en su vida para sentirse satisfechos y ser felices. Se valen de su propia energía y se recargan estando solos y dedicándose tiempo a ellos mismos”.

Esa conclusión, en tiempos de diáspora e incertidumbre, sería altamente apreciada por muchos.

No pretendo decir con esto que ser extrovertido sea una condición poco favorable. Lo que pretendo concretar es que ambas condiciones son normales y perfectamente compatibles para desarrollar esa visión de construir tu felicidad desde adentro. Respetando tu esencia. No intentando parecerte a otro y mostrándote tal como eres. En definitiva, cuando vivimos desde adentro reconocemos lo que verdaderamente trasciende el tiempo y marca la vida.

Siendo la esencia de este artículo explorar los beneficios y perspectivas que nos reporta la timidez, aquí te resumo algunos que destacan:

Observadores y reflexivos. Al ser más reservados, tienen la oportunidad de analizar su entorno y a las personas que los rodean con mayor detenimiento. Esta habilidad les permite captar detalles y sutilezas que a menudo pasan desapercibidos para otros. Además, la reflexión interna les brinda la posibilidad de analizar sus propias emociones y pensamientos con mayor profundidad, lo que puede conducir a un mayor autoconocimiento y crecimiento personal.

Empáticos. La timidez puede fomentar una mayor sensibilidad hacia los sentimientos y las necesidades de los demás. Los individuos tímidos suelen ser excelentes oyentes, ya que prefieren escuchar y comprender antes de hablar. Esta habilidad los convierte en confidentes confiables y amigos atentos. Además, su capacidad para empatizar con los demás les permite establecer conexiones emocionales más profundas y comprender mejor las expectativas y experiencia de los demás.

Analíticos y creativos. La tendencia a la reflexión interna y a la observación cuidadosa fomenta un pensamiento analítico y creativo. Los individuos tímidos suelen procesar información de manera más profunda y detallada, lo que puede resultar en ideas y soluciones innovadoras. La timidez les brinda la oportunidad de explorar su mundo interior, estimulando así su imaginación y creatividad. Esta capacidad para pensar de manera crítica y original puede ser valiosa en diversas áreas, como la resolución de problemas y la toma de decisiones.

Autocontrol y prudencia. La timidez a menudo está asociada con un mayor autocontrol y prudencia. Los individuos tímidos tienden a pensar antes de actuar, evaluando cuidadosamente las situaciones antes de tomar decisiones. Esta cautela puede conducir a una toma de decisiones más ponderada y a evitar riesgos innecesarios. Además, el autocontrol inherente a la timidez puede ayudar a resistir la presión social y mantener la integridad personal en situaciones desafiantes.

Si lo miramos bien, estos atributos rompen con ideas preconcebidas. Lo que para unos es malo, no necesariamente lo es para otros.

Soy de los que piensa que vivir la vida requiere de un sano equilibrio y de apostar por la comprensión de la realidad de otros.

En una sociedad que valora la expresión abierta, la timidez a menudo se percibe como una desventaja. Sin embargo, al esbozar las ventajas inherentes a la timidez concluyo que, como dice el Dr. Walinger, ¡ser tímido está bien!

En conclusión, debemos apostar siempre por reconocer nuestras fortalezas y ponerlas al servicio de tu crecimiento personal y por qué no, de otros. Esto, te garantizo, complementa tu formación como mejor persona e incentiva la construcción de mejores sociedades.