Opinión

Nuestra Sinfónica Infantil: ¡guao!  

Preparados por el maestro Andrés David Ascanio Abreu y un equipo de profesores de cada familia de instrumentos, 169 niños regresaron de una exitosísima gira, que comenzó a planificarse cuando recibieron la invitación a participar en la Semana Mundial de Orquestas

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Soy asidua asistente a los conciertos de nuestro Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela desde su fundación. Los he visto crecer, esforzarse, trabajar, apuntar siempre a la excelencia, promover valores como el compañerismo, la solidaridad, el orden, la responsabilidad, en fin, hacer realidad una idea que nació en el corazón de ese genio que fue el maestro José Antonio Abreu y cuyo devenir sólo él pudo intuir desde el primer día.

La Orquesta Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela, SNIV, es, hoy por hoy, una de las iniciativas más destacadas de El Sistema. Nuestros 169 niños, cuyas edades van desde los 10 hasta los 17 años, tocan como una orquesta profesional, pero con el encanto de la inocencia y de quienes tienen todo por hacer en la vida. El fin de semana pasado regresaron de una exitosísima gira, que comenzó a planificarse cuando recibieron -en septiembre de 2022- la invitación del Carnegie Hall de Nueva York, uno de los templos de la música en el mundo, a participar en la Semana Mundial de Orquestas, (World Orchestra Week) o WOW, por sus siglas en inglés.

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La SNIV tuvo una preparación, de la mano del maestro Andrés David Ascanio Abreu junto a un equipo de profesores de cada familia de instrumentos, de tres seminarios de ensayos en los meses de enero, mayo y junio. La gira comenzó en Bogotá, Colombia, parada obligada para que muchos de los pequeños maestros se sacaran la visa americana. Allí se presentaron en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo el 17 de julio. La parte orquestal fue dirigida por el maestro Andrés David Ascanio Abreu y la parte coral por la maestra Lourdes Sánchez. El programa, escogido por el maestro Gustavo Dudamel fue el mismo para todos los conciertos: inició con “Short ride in a fast machine” de John Adams, prosiguió con “Mediodía en el llano” de Antonio Estévez, luego las danzas del ballet “La estancia” de Alberto Ginastera, y concluyeron con la interpretación de la Sinfonía No. 5 de Dmitri Shostakovich. El público bogotano, exigente, conocedor, simplemente deliró con nuestros niños.

De Bogotá siguieron rumbo a Los Ángeles, donde participaron en el Festival Internacional de Juventudes “Citizens of the World”, un programa de verano inspirado en El Sistema, que reúne a más de 300 jóvenes músicos. Tanto el 28 como el 29 de julio, el escenario fue el Walt Disney Concert Hall, sede de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, en un concierto en formato “side by side” (lado a lado), donde nuestros niños tocaron junto a los dos conjuntos nacionales de YOLA, la Orquesta Sinfónica Nacional de YOLA para músicos de 14 a 18 años, dirigida por José Ángel Salazar Marín y la Orquesta Nacional de Oberturas de YOLA para músicos de 12 a 14 años, dirigida por Kalena Bovell.

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El 29 de julio el concierto fue dirigido por el maestro Gustavo Dudamel quien enfatizó la importancia del tema de la ciudadanía global. Durante su estadía en Los Ángeles, las orquestas compartieron experiencias educativas, asistieron a presentaciones en el Hollywood Bowl, a ensayos dirigidos por Gustavo Dudamel y a clases magistrales con músicos de la LAPhil. Como parte del festival, los líderes e invitados participaron en una cumbre de liderazgo con paneles de discusión sobre cómo unir a los jóvenes, a través de la música, en una comunidad global. Una experiencia maravillosa para todos.

De allí siguieron a Nueva York, donde el viernes 2 de agosto se presentaron en el Carnegie Hall, dentro del marco de la Semana Mundial de Orquestas, (WOW!). Había varias orquestas juveniles, pero la única infantil era la nuestra. Para su concierto, dirigido por el maestro Gustavo Dudamel, las entradas se agotaron un mes antes. No cabía ni un alma. Muchos venezolanos en el público, entre ellos la famosa diseñadora Carolina Herrera.

Hubo sorpresas dentro del programa, como una obra del maestro José Antonio Abreu con letra de Manuel Felipe Rugeles, “Sol que das vida a los trigos” y el “Gloria” de Athos Palma, que los niños cantaron a la vez que tocaban. Me dicen algunos asistentes que muchos lagrimearon de la emoción. Luego interpretaron la “Fuga con Pajarillo” de Aldemaro Romero y el “Mambo” de Leonard Bernstein. ¿Los niños estaban conscientes de que estaban tocando en uno de los teatros más famosos del mundo? Casi todos conocían la relevancia de tocar en ese emblemático y legendario venue, pero la emoción de estar con sus compañeros y hacer algo que de verdad les gusta mucho, se llevó por delante la enormidad del reto que tenían enfrente, conectando con el maestro Dudamel y el público que no paró de sentir la música como los chicos y les regaló largas ovaciones de pie.

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El crítico y conocedor George Grella escribió en el New York Classical Review una extensa reseña del concierto, donde abundó en elogios para nuestros pequeños maestros: “La interpretación nítida y la articulación de un conjunto tan enorme fueron impresionantes. Fue a la vez una interpretación vertiginosa y una diversión asombrosa. No renunciaron a nada en términos de precisión, y esta fue la interpretación más emocionante que uno haya escuchado en este trabajo y la que se sintió más fiel al estilo y expresión de la música”.

En general, los críticos coincidieron en que estaban sorprendidos tanto con el nivel musical -sobre todo por la interpretación magistral de la 5ta. de Schostakovich– y con la profundidad de su compromiso.

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Después del intermedio del concierto se llevó a cabo la entrega del “Glenn Gould Prize” en su 14° edición, al maestro Dudamel. El premio se entrega a la persona más destacada del mundo musical. De acuerdo a su formato, el ganador escoge un candidato, llamado el “Glenn Gould Protegé”. En 2009, el maestro Dudamel fue seleccionado por el maestro José Antonio Abreu como su protegé cuando recibió el premio. Dudamel escogió como protegés a los maestros Andrés David Ascanio Abreu y Enluis Montes Olivar, por su gran trabajo dentro de El Sistema. De esa manera, Gustavo Dudamel se convirtió en el primer premiado que recibe ambos reconocimientos.

Pero apenas habían llegado a la mitad de la gira. El lunes 5 de agosto, la agrupación artística venezolana participó en un nuevo intercambio cultural, esta vez en el Jacob Javits Convention Center de Nueva York: más de 700 jóvenes de las orquestas juveniles de África, Beijing, la Unión Europea, Afganistán y Estados Unidos tocaron bajo la batuta del maestro Gustavo Dudamel. Allí interpretaron la Fanfarria Olímpica de John Williams, el Malambo de Ginastera y el cuarto movimiento de la 7ª. Sinfonía de Beethoven.

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El martes 6 de agosto llegaron a Chicago, donde participaron en el famoso Festival de Ravinia, el más antiguo de los festivales al aire libre de los Estados Unidos. Primero, con un concierto de la SNIV dirigida por el maestro Gustavo Dudamel y al día siguiente otro side by side de intercambio cultural y experiencias con distintos proyectos educativos del Estado inspirados en El Sistema, también dirigido por el maestro Dudamel.

De Chicago volaron a Boston, y se dirigieron a Tanglewood, sede de la Boston Symphony Orchestra durante el período estival. El miércoles 8 de agosto tuvieron concierto en el Koussevitzky Music Shed, parte del Festival Tanglewood, dirigido por el maestro Dudamel. El jueves 9 de agosto, otro side by side con los integrantes de Boston University´s Tanglewood Institute Orchestra, dirigido por el maestro Andrés David Ascanio Abreu.

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Muchas emociones, muchas ovaciones, muchos reconocimientos, todos merecidos. Esos niños se lo han ganado a pulso. Como dijo Gustavo Dudamel cuando se dirigió a la audiencia en el Carnegie Hall, “ellos son el futuro que yo quiero para Venezuela”. ¡Yo también!

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