Salud

Piden que se permita la ayuda humanitaria al margen de resultados del diálogo

El carácter humanitario de la crisis que vive Venezuela lo otorga la pérdida de vidas. Para prevenir que más personas mueran por falta de medicinas y alimentos, organizaciones de pacientes, expertos y políticos piden al gobierno que acepte las donaciones que ofrecen otros países y que trabaje por reactivar la industria venezolana

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Foto: Dagne Cobo Buschbeck | Archivo

La vorágine de las protestas y las posteriores campañas para la consulta popular opositora, la conformación de la Asamblea Nacional Constituyente y las elecciones regionales parecían haber de lado, al menos en los discursos, la urgencia de la llegada de ayuda humanitaria a Venezuela. La incipiente reanudación del diálogo revive ahora la petición de auxilio, pues la oposición volvió a incluir la apertura de un canal humanitario entre las condiciones para aceptar negociar con el gobierno.
No obstante, organizaciones no gubernamentales como Codevida piden al gobierno que permita el ingreso de ayuda internacional en materia de salud y alimentación al margen de los resultados que pueda arrojar la discusión política.
“Se ha enfocado el tema humanitario de forma inadecuada. No se puede negociar con la vida de la gente. Cuando se instaló la mesa de diálogo en 2016, se dijo que el gobierno había aceptado la ayuda humanitaria y no era cierto. Simplemente habían acudido a comprar medicamentos al Fondo Rotatorio”, explica Francisco Valencia, presidente de Codevida.
A principios de año la Federación Farmecéutica Venezolana ubicó la escasez de medicamentos en 85% y esta semana la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reveló que el hambre en Venezuela pasó de 10,5% a 13% en dos años.
El representante de la coalición de pacientes critica que la Asamblea Nacional se haya conformado con denunciar la crisis de salud y alimentación pero no haya realizado esfuerzos por investigar a los responsables.
“Existe una debilidad en la Asamblea Nacional muy grande porque el presidente de la Comisión de Salud (José Manuel Olivares) está en campaña electoral. Aunque aprobaron la Ley de Crisis Humanitaria, se quedaron en la denuncia, en ningún momento interperlaron a los ministros de Salud ni al presidente del Seguro Social”, reitera.
Codevida ha enviado reportes continuos a la Organización de Naciones Unidas con testimonios de los propios pacientes afectados por la escasez de medicamentos. “Lamentablemente hay que aceptar que el relator para la Salud, Dainius Puras ha sido muy pasivo ante la crisis de Venezuela. Han hecho llamamientos al gobierno de forma privada, pero se necesitan llamados públicos para que se acepte la ayuda humanitaria”.
Iniciativas bloqueadas

Antes de que se dieran las primeras reuniones exploratorias para establecer una mesa de diálogo, en República Dominicana, el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, envió una carta al papa Francisco para solicitarle que intercediera para la apertura de un canal humanitario.
“Duele encontrar en las calles de Venezuela a familias enteras que comen de la basura, a niños que mueren por falta de medicinas y a jóvenes que emigran en búsqueda de un mejor futuro en el extranjero. (…) Cada día que pasa es una vida menos; no podemos esperar”, decía parte del documento.
Borges llevó ese mismo mensaje a los países de Europa que visitó a principios de septiembre junto al vicepresidente de la AN, Freddy Guevara, reveló a El Estímulo el diputado José Trujillo.
El diputado Olivares, también candidato a la gobernación de Vargas, niega que hayan descuidado la lucha por la resolución de la crisis de salud.
“La ayuda humanitaria no es la solución final, pero sí es un paliativo a corto plazo. La oferta de ayuda sigue en pie por parte de muchos países como España, Alemania, Brasil y Argentina, pero la realidad es que es el gobierno nacional el que no permitió que se aceptaran donativos del exterior, aunque permitió que se importaran medicamentos a dólar negro para privilegiar el negocio de algunos”.
Olivares aseguró que el Gobierno de Nicolás Maduro ha vetado todas las propuestas hechas desde la oposición para mejorar la calidad de vida de los venezolanos. No obstante siguen buscando alternativas, asegura.
Reactivar la industria nacional
Más que por un canal humanitario, Susana Raffalli, experta en seguridad alimentaria en situaciones de emergencia y desastres, aboga por una acción humanitaria.
La diferencia, radica, en que el canal representaría la habilitación de un lugar físico (puertos, aeropuertos, carreteras) por el cual recibir medicamentos, insumos y alimentos, mientras que la acción abarcaría iniciativas más profundas que permitieran la reactivación de la industria venezolana que solía ser fuente primordial de abastecimiento interno.
“Tiene que incluir otras cosas más, además de lo que pudiera venir de Colombia, Brasil, Guyana, de los puertos y aeropuertos, habilitar la ayuda humanitario pudiera ser que el Estado libere la asignación de divisas a la industria farmacéutica y alimentaria para producir aquí”.
Así, para ella lo solución a la crisis no es únicamente que se permita la ayuda internacional –que sería un paliativo que recibirían únicamente quienes tienen riesgo de morir- sino levantar la amenaza a la economía que realmente produce el aprieto.
“Una forma de multiplicar un buque que venga con fórmulas lácteas para los niños con seria desnutrición sería que el gobierno dé las divisas para que eso se produzca aquí”, señala.
Recuerda que el carácter “humanitario” de la crisis que atraviesa el país lo da la pérdida de vidas que ya se está sufriendo.
Dos cosas en concreto implicarían un progreso en la resolución del conflicto: que se active el canal humanitario, que Venezuela reciba préstamos destinados exclusivamente a pagar las deudas con los proveedores y reactivar la industria nacional.
“Se necesita de inmediato que lleguen los productos ya terminados. Tomar la decisión de no aceptarlo es negarle la vida a la gente. Pero en paralelo hay que trabajar por lograr la autonomía en el abastecimiento”.
Raffalli recomienda que la acción humanitaria no se vea como solución a la crisis si no un amortiguador.]]>

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