Salud

Colapso eléctrico apagó la vida de venezolanos hospitalizados

Los familiares de los fallecidos durante el apagón que vivió Venezuela en 22 de sus 23 estados no solo llevan a cuesta la muerte sino que ahora se enfrentan a persecuciones gubernamentales. Eso fue lo que denunció el director de Codevida Francisco Valencia a través de Twitter el pasado 13 de marzo, “es por parte de voceros del gobierno ofreciéndoles indemnizarlos a cambio de que graben un video y un testimonio echándole la culpa al presidente encargado Juan Guaidó”

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@GERARDTORRESP

Cuatro días antes, el representante de la cartera de salud venezolana, Carlos Alvarado negó lo que para organizaciones como Médicos por la Salud y la Asamblea Nacional (AN) es una realidad: mientras Venezuela seguía a oscuras, la vida de los pacientes también se apagaba. “Vemos con asombro cómo a través de medios de información, Twitter y redes sociales, salen una cantidad de muertos absolutamente falsa. Es información tendenciosa que busca angustiar a la población”, dijo Alvarado en un pase televisivo con el canal del Estado, Venezolana de Televisión (VTV). Sin embargo, la crisis sanitaria en Venezuela es cada vez más difícil de ocultar ya que los números la confirman.

La organización que preside contabilizó al 13 de marzo un total de 20 pacientes renales fallecidos por no tener acceso a diálisis durante el corte del servicio eléctrico que duró más de tres días y que incluso hasta la fecha no ha sido reestablecido de forma total en el territorio nacional. Las unidades de diálisis colapsaron causando que “las personas hayan tenido que esperar hasta 5 días para ser dializados” y ahora la falta de agua complica aún más el escenario para que los pacientes retomen su tratamiento. “El ministro de salud y la presidenta del seguro social son responsables también de lo que ocurre con las unidades de diálisis, especialmente con las personas afectadas”, dijo Valencia.

La última Encuesta Nacional de Hospitales hecha por Médicos por la Salud, entre el 19 de noviembre de 2018 y el 9 de febrero de este año, evidenció que al menos 1.557 pacientes murieron por falta de materiales médicos y 79 por apagones. Un reporte de la misma organización aseguró que son 26 los fallecidos entre el 7 y 13 de marzo de acuerdo a monitoreo in situ en los 40 hospitales más importantes del país.

El diputado y médico José Manuel Olivares, quien se encuentra exiliado en Colombia y, junto al galeno Julio Castro, ha detallado las muertes. En una entrevista con el El Estímulo demuestran que la data de las víctimas de los apagones es parcial, porque no incluye todos los hospitales debido a los problemas de comunicación asociados a la misma falta de electricidad, internet y redes de telefonía celular.

Olivares explicó que en medio de la contingencia ocasionada por el corte del servicio eléctrico en el país se presentaron diversos casos que fueron atribuidos posteriormente al apagón. “Están los pacientes que perdieron su vida porque no arrancaron las plantas, no pusieron los respiradores o no funcionaron las máquinas de terapia intensiva y estaban en medio de una cirugía. Hay un caso en el Hospital Militar de un paciente oncológico que tuvo una hemorragia y no había ascensor para llevarlo del piso en donde estaba hasta el piso en donde podían hacerle los tratamiento médicos necesarios para salvarle la vida”. También enumeró a pacientes que no pudieron estar en la zona adecuada del hospital porque no había luz en todo el recinto.

“Son múltiples variantes de lo que es el correcto uso hospitalario, el sistema hospitalario debe funcionar en armonía desde el ascensor especial que traslada a pacientes hasta las máquinas de ventilación mecánicas, unidades de terapia intensiva, quirófanos, emergencia”.

Sin embargo, las condiciones de trabajo en el sistema sanitario venezolano no son las mejores desde hace meses, pues los médicos han tenido que adecuarse a la escasez de medicamentos y servicios básicos. León López*,  doctor del Hospital Clínico Universitario, aseguró que el recinto no cuenta con agua para atender a los pacientes que ingresan. “Los baños están terribles porque no hay cómo bajar las pocetas. Los pacientes no tienen como bañarse. No hay agua para limpiar el hospital. Desde hace semanas están usando carreras monta carga para transportar pipotes de agua por algunos pisos críticos como sala de parto, quirófanos para limpieza. El personal en muchos servicios está trabajando sólo por grupo de guardia o con pocas personas presentes cada día”.

Es contundente cuando reitera que el problema no se originó con el apagón sino que más bien se exacerbó, “los pacientes se mueren desde hace años por falta de agua, de medicamentos, de insulina. El problema de base, que es crónico, lento y progresivo y que se exacerba con cada una de las crisis, es importante. Son las situaciones ordinarias las que realmente arremeten contra la vida de nuestros pacientes”.

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