Salud

Pacientes con Parkinson piden que medicamentos lleguen con la ayuda humanitaria

Desde hace dos años, los venezolanos con esta patología no consiguen los fármacos para poder continuar sus tratamientos

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FOTOGRAFÍA: CORTESÍA

Iván Ortiz es un transportistas de 59 años de edad. Es casado y padre de cinco hijos. Dice que hace 15 años le diagnosticaron la enfermedad de parkinson y desde ese día su vida cambio. Vivía junto a su familia en Cumaná, estado Suvcre, çdonde visitó varios neurólogos, especialista, fue sometido a diversos exámenes y con mucho esfuerzo podía lograr seguir el tratamiento, que impedía el avance de la enfermedad.

Pero desde 2017, a Iván se le ha hecho difícil lograr seguir el tratamiento recomendado por los galenos, por los escasez de medicamento que existe en el país. Su cuerpo tiembla sin control y ha perdido una gran cantidad de peso. Su familia, para poder ayudarlo, lo trajo a vivir a Caracas, en donde han comenzado la travesía de buscar nuevos especialistas. Esta e ha convertido en una tarea difícil, pues en los hospitales públicos hay pocos neurólogos y pagar una consulta en una clínica privada por los altos costos.

Iván es solo uno de los 35.000 pacientes venezolanos que padecen estaa enfermedad y que desde hace dos años no ha logrado recibir medicamentos, situación que pone en riesgo sus vidas.

Alexander Hernández, también padece de este mal y coordina la Fundación de Parkinson, seccional Caracas.

Señala que por la escasez de medicamentos para controlar esta enfermedad en el país, las autoridades de la Cruz Roja Internacional, el gobierno de Nicolás Maduro y el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, deben tramitar a través de la ayuda humanitaria que ingresa a Venezuela, a que se incluyan los tratamientos no solo las personas con parkinson, sino también otras patologías neurológicas.

“En nuestro registro tenemos que por lo menos 35.000 pacientes sufren de parkinson, mientras que entre 22.000 y 23.000 personas padecen de alzheimer, así como otros males asociados a la epilepsia. Esto suman más de 50.000 pacientes con enfermedades neurológicas que requieren de medicinas y que no logran encontrarlas en el país. Logramos encontrar algunas a través de donaciones, pero no son suficientes”, dijo Hernández.

También se manejan algunos registros de personas que han perdido la vida por la falta de tratamiento para el Parkinson. En Caracas y Zulia registran al menos 22 y 21 personas han perdido la vida por esta patología, respectivamente.

Rosa Castillo, tiene 65 años, es madre de tres hijos, ama de casa y hace tres años le diagnosticaron parkinson. “Lo primero que hice fue conocer todo sobre la enfermedad, los tratamientos, los medicamentos que tenía que ingerir, al principio no era tan difícil conseguirlos, pero ahora es imposible y cada día que dejo de tomarlos la enfermedad gana terreno en mi cuerpo”.

Entre los medicamentos que debe tomar se encuentran Pramipexole de 4mg que viene en presentaciones de 90 pastillas y tiene que tomarlo tres veces al día, con un costo de 50 dólares; el Mirapex con igual presentación y dosis a un costo de 40 dólares y el sinemet de 25/250gramos, en presentación de 30 pastillas y a un costo de 35 dólares, lo que equivale a tener un gasto de 125 dólares mensual. El salario mínimo en Venezuela es de 19 mil bolívares, equivalente a 4 dólares.

“A mí me gustaba bailar salsa y merengue, pero después que fue diagnosticada con la enfermedad de parkinson no pude volver a moverme al ritmo de la música, pues pierdo el equilibrio, entre los síntomas que siento es la rigidez de mis músculos, no puedo moverme bien. Además de los medicamentos, también tenemos que cumplir una dieta rica en fibra, cereales, me aconsejaron comer muchas almendras por el aceite que sirve para lubricar los intestinos, pero todos esos productos son muy caros y mi presupuesto no alcanza para costearlos, así que comemos los que se puede conseguir diariamente”, señaló Yolanda Pérez de 58 años de edad.

Algunos pacientes señalan que tienen familiares en el exterior, que han recibido alguna ayuda en la compra de medicamentos, pero que estos apoyos han disminuido y que temen que la enfermedad, les gane la batalla.

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