Niños y el coco del coronavirus: lo que se sabe y lo que no
Todavía la comunidad científica y las familias ignoran si los niños sufren menos el contagio del coronavirus que provoca la peligrosa covid-19. Esta es la pregunta más apremiante a medida que se acerca el inicio del año escolar en buena parte del mundo. Pero incluso con pocos o ningún síntoma, los menores están tan expuestos como los adultos, entonces pueden ser grandes vectores y contagiar a maestras, conductores de autobuses y familias.
Los comentarios del presidente Donald Trump de que los niños son «casi inmunes» a la covid-19 y sus sistemas inmunológicos son «mucho más fuertes contra ella», llevaron a Facebook a censurar el video del mandatario estadounidense por desinformación.
El término «casi inmune» es vago desde el punto de vista científico. Lo que los estudios han confirmado desde el comienzo de la pandemia es que los niños tienen un riesgo bajo de enfermarse gravemente de covid-19, y son probablemente menos propensos a contagiarse.
Lo que sabemos: los niños rara vez se enferman gravemente
Los menores de 18 años representan cerca de un 2% de las hospitalizaciones y mucho menos del 0,1% de las muertes relacionadas con covid-19 en Estados Unidos, según los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), mientras que corresponden al 22% de la población.
Se han atribuido 45 decesos infantiles al coronavirus desde febrero en Estados Unidos, contra 105 a la gripe estacional, de las 13.000 muertes registradas por todas las causas en este grupo etario.
Un estudio realizado en China al comienzo de la pandemia con 2.143 casos muestra que 94% de los niños no tenía síntomas o bien tenía síntomas leves o moderados (infección de los pulmones, fiebre, tos pero no problemas para respirar).
Los niños que se enferman gravemente a menudo parecen tener antecedentes médicos. En Chicago, los 10 niños hospitalizados en marzo y abril tenían patologías preexistentes o alguna otra infección.
Todo esto no quiere decir que sean inmunes, como ha revelado la aparición, aunque inusual, de una enfermedad inflamatoria grave.
Se han identificado un millar de casos de este nuevo «síndrome inflamatorio multisistémico» en niños en todo el mundo, con un 2% de mortalidad. Seis niños han muerto en Estados Unidos, según los CDC.
Lo que es menos seguro: ¿los niños se infectan menos?
El número oficial de casos no es representativo del número real de niños infectados porque las pruebas han priorizado a los pacientes con síntomas, donde los niños están subrepresentados.
Pero varios estudios de calidad se inclinan a favor de la segunda hipótesis: el virus parece infectar menos a los niños, especialmente a los menores de 10 años.
Las campañas de pruebas diagnósticas en Islandia, España, Ginebra o en el pueblo de Vo en Italia recolectaron muestras representativas de la población para ver la tasa de personas infectadas o que desarrollaron anticuerpos contra el coronavirus: los niños estaban allí proporcionalmente menos afectados que los adultos.
Pero la comunidad científica aún no ha alcanzado un consenso.
En Estados Unidos se lanzó un estudio en mayo con 2.000 familias para descubrir el impacto real de la covid-19 en los niños.
«Deberíamos tener respuestas, con un buen análisis, para fines de diciembre de 2020», dijo recientemente Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas.
Lo que ignoramos: ¿los niños se contagian menos?
Esta es la pregunta más apremiante a medida que se acerca el inicio del año escolar en buena parte del mundo.
Si los niños, incluso con pocos o ningún síntoma, son tan contagiosos como los adultos, entonces pueden ser grandes vectores y contagiar a maestras, conductores de autobuses, familias…
Pero evaluar la contagiosidad de una persona no es fácil.
Un primer método es observar la carga viral o la concentración de virus. Un estudio con 145 niños en Chicago mostró que los menores de cinco años tenían de 10 a 100 veces más partículas de virus en la nariz, en comparación con los niños mayores y los adultos.
Potencialmente, eso significaría que expulsan más virus con cada respiración e infectan a más personas a su alrededor, pero aunque eso está determinado para otros virus, no está claro para el SARS-CoV-2.
El otro método es epidemiológico.
Por un lado, enormes focos han aparecido en un campamento de verano en Georgia, Estados Unidos, o en una escuela en Jerusalén y en otras de Israel, lo que demuestra que el virus puede circular activamente entre los jóvenes.
Pero a la inversa, un gran estudio en Corea del Sur y otros han demostrado que los niños, especialmente los más pequeños, rara vez infectan a sus seres queridos.
Uno de los primeros brotes en Francia, que comenzó en un chalet en la Alta Saboya, pasó por un niño de 9 años que, a pesar de tener contacto con 172 personas, no infectó a nadie.
Muchos expertos también piden distinguir a los niños muy pequeños de los adolescentes, en quienes el virus parece comportarse más como en los adultos.
Finalmente, los inmunólogos están investigando una hipótesis: ¿qué pasa si los cuatro coronavirus humanos comunes que causan resfriados proporcionan inmunidad contra el nuevo coronavirus? Los niños suelen estar resfriados, lo que explicaría por qué están relativamente a salvo de la pandemia. Pero, una vez más, esto aún está por probarse.
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