Karla es una niña de 5 años que le gusta jugar con el celular, hablar con sus compañeras y pasear, solo que todo esto lo hace desde una silla de ruedas en el JM de los Ríos. En su habitación, la niña espera por una operación que evitaría que pase a la larga lista de pacientes que necesitan un trasplante
Una pequeña niña juega en el piso 4 de la unidad de nefrología del hospital JM de los Ríos. Con apenas 5 años, Karla Barrios tiene una curiosidad que no se deja vencer por la enfermedad. Su silla de ruedas no es un impedimento para distraerse o compartir con los demás.Sin embargo el peso de sus patologías es grande, aunque es compartido con su madre que se sienta con calma a contar su historia.
Karla tiene una lista larga de padecimientos: espina bífida, fue operada de mielomeningocele en la parte lumbar, tiene vejiga neurogénica (un problema en el que una persona carece de control vesical debido a una afección cerebral, de la médula espinal o de los nervios), tiene displasia de cadera, pie equino (defecto de nacimiento en el que el pie está torcido o fuera de su posición) y ahora presenta enfermedad renal crónica estado cinco.
La pequeña tiene una sonda que la acompaña a todos lados. Debe ser operada de su vejiga para mejorar su condición, además esa operación sería la antesala de un trasplante de riñón.
La mamá de Karla está consciente del largo y arduo camino que le espera en la búsqueda de la recuperación de su hija. No solo es una operación, sino que Johanna debe conseguir dinero para comida y constantes exámenes médicos. No puede trabajar, debe estar con la pequeña en todo momento. Los ingresos que le mandan sus pocos familiares no son suficientes, con eso solo se logra conseguir lo básico para las comidas de ambas, pero lo más difícil es lograr tener el dinero para exámenes como perfil 20, electrolitos, gases venosos, niveles de digoxina, urocultivo, hemocultivo, examen de orina simple, placas de Rayos X. Todos estos exámenes se hacen en instituciones privadas.
Johanna no tiene el dinero para estos exámenes, y para operar a Karla estos estudios son imprescindibles, por eso pide ayuda. Su solicitud se une a la de las demás madres del JM de Los Ríos que tienen a sus hijos internados.
Mientras tanto, Karla pasea el pasillo con su silla de ruedas, juega con el celular y habla mucho con su compañera Stephany que es otra niña de la unidad de hemodiálisis. Su habitación tiene colgado su nombre y, por ahora, está allí estable, es esa misma habitación donde estaba el niño Diego Peralta quien falleció en el mes de mayo y estuvo durante un año internado en el hospital. La suerte de Karla Barrios no debe ser la misma, su sonrisa es una esperanza para los niños de esa unidad.
Para ayudar directamente a la pequeña Karla Barrios puedes hacerlo a esta cuenta bancaria: Johanna Cordoba, Banco de Venezuela, C.I: 28.149.489, teléfono: 0424 2005205.
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