Es común que a inicio de año, muchas personas buscan cambiar un hábito. Uno de los más comunes tiene que ver con el consumo de alcohol. Pues bien, una investigación reciente podría ayudarte a tomar la decisión de reducir o eliminar la bebida
Dejar de beber alcohol o reducir la cantidad que se consume podría reducir el riesgo de contraer cáncer oral o de esófago, según un informe especial publicado en The New England Journal of Medicine el pasado 28 de diciembre y que replica el New York Times.
Cientíificos de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), analizaron múltiples estudios para determinar la relación entre el consumo de alcohol y la aparición de cáncer. «Basándose en la evidencia revisada de estudios relevantes publicados hasta la fecha, el grupo de trabajo concluyó que hay evidencia suficiente de que, en comparación con el consumo continuo, la reducción o el cese del consumo de bebidas alcohólicas reduce el riesgo de cáncer oral y de esófago«, dijo Beatrice Lauby-Secretan, PhD, responsable de los Manuales de Prevención del Cáncer de la IARC en Francia, en declaraciones a Fox News Digital.
Se necesita más investigación para determinar si frenar el consumo de alcohol también podría reducir el riesgo de otros tipos de cáncer. «La evidencia de que la reducción o el cese del consumo de bebidas alcohólicas reduce el riesgo de cáncer fue limitada para los cánceres de laringe, mama y colorrectal«, señaló Lauby-Secretan.
Los investigadores encontraron que dejar de consumir alcohol durante un período de cinco a nueve años reduce el riesgo de cáncer oral en un 34%. Eliminar completamente el alcohol durante 10 a 19 años redujo el riesgo en un 55%. Para el cáncer de esófago, cinco a 15 años sin alcohol redujeron el riesgo en un 15%, y 15 años o más de abstinencia de alcohol redujeron el riesgo en un 65%.
Cuando alguien bebe alcohol, el cuerpo lo metaboliza en acetaldehído, que es un carcinógeno conocido. Los investigadores encontraron que limitar el alcohol evita que esto ocurra.
También se ha demostrado que el alcohol tiene genotoxicidad, lo que significa que daña el ADN, lo que puede provocar cáncer. Por último, el consumo de alcohol puede afectar los sistemas inmunológico e inflamatorio, anotó Lauby-Secretan.
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