Salud

Sociedad de Infectología: la ozonoterapia es un fraude para la salud

Los infectólogos comparan esta pseudociencia con lo que fueron, en su momento, los adaptógenos y los biopolímeros. El consenso médico en su contra es mundial. Aparte de carecer de evidencias científicas confiables, han registrado casos de daños a pacientes

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ozonoterapia
Imagen de portada: Yiseld Yemiñany

La ozonoterapia, tan ampliamente promovida por el gobierno de Nicolás Maduro, es «un fraude para la salud. Una pseudociencia. Una práctica con riesgo y peligros». Quienes la califican así son las voces más calificadas del país en lo que a tratamientos contra virus se refiere: la Sociedad Venezolana de Infectología.

La denuncia contra la ozonoterapia como supuesto tratamiento contra la covid-19 la hacen «al igual como en el pasado denunciamos, desde un principio, a los adaptógenos como fraudulentos y a los biopolímeros como peligrosos, y fueron ambos prohibidos tiempo después ante la inmensa evidencia en contra».

«La ozonoterapia, o uso médico del ozono, carece de evidencias científicas. No es recomendado por ningún organismo», advierten. Pero no solo eso. Como terapia médica no está aprobada ni por  la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ni por la Americana (FDA).

Su uso directo puede ser altamente irritativo en humanos y animales. Puede producir daños severos a nivel del epitelio en piel, pulmones o mucosa rectal, con su uso local.

Para estos especialistas (especialistas de verdad, que se formaron tras largos años de estudio en universidades prestigiosas e hicieron pasantías en diversas zonas del país), algunos tratamientos y productos se comercializan como beneficiosos para la salud sin contar con respaldo científico. «Estos productos son catalogados, por muchos, como pseudociencia o ciencia falsa. Incluso como fraudes de salud que solo benefician económicamente a sus promotores, bajo engaño a los demás», expresaron.

Desde que comenzó la pandemia, la Sociedad Venezolana de Infectología elabora unas recomendaciones terapéuticas para la covid-19, en las que advierten sobre los riesgos de recurrir a tratamientos o productos que carecen de evidencia científicas, y que su uso puede ser inútil o peligroso.

«Más del 80 % de los casos de covid-19 son leves y moderados y son autolimitados. Esto quiere decir que mejoran solos, sin necesidad de tratamiento. Es decir, igual mejoran con cualquier tratamiento que pueda ser considerado inútil».

Los peligros del ozono

Al hablar del ozono como producto para ser usado médicamente, lo primero que escriben los infectólogos en sus guías es: No se recomienda su uso.

Explican que el ozono es una molécula inestable compuesta por tres átomos de oxígeno. Cuando se descompone rápidamente en agua, genera radicales libres de peróxido de hidrógeno e hidroxilo. Estos producen un fuerte efecto de oxidación que mata a microbios por la destrucción de sus paredes celulares y daño en sus componentes nucleares. Se usa en potabilización de agua, desinfección de aguas servidas y en ambiente.

«Para que actúe contra microorganismos, especialmente contra virus, debe haber un ambiente con más de 90% de humedad y se requieren niveles muy elevados de ozono, que resultan directamente tóxicos por inhalación y contacto para humanos y animales. El ozono tiene un efecto tóxico en las células de mucosas y piel, ante la generación de radicales libres», añaden.

«Los promotores de la ozonoterapia dicen que supuestamente oxigena los tejidos y puede aumentar las citoquinas, que son células de respuesta inmunológica. Pero los estudios de ozonoterapia carecen de evidencia, ya que se han realizado con pocos individuos, muestras sesgadas, sin controles adecuados», alertan.

Consenso internacional

El consenso médico sobre la inconveniencia de usar ozono como tratamiento médico es mundial y desde hace varios años. La ozonoterapia se vende como eficaz para enfermedades tan disímiles como el cáncer, la diabetes, el asma, la esclerosis, el VIH. Según declaró al diario español El Mundo Jerónimo Fernández Torrente, coordinador del Observatorio contra las pseudociencias de la Organización Médica Colegial de España, «es un engaño mayúsculo que debemos denunciar».

Alega lo mismo que los infectólogos venezolanos: no hay evidencia científica confiable que avale su uso como terapia médica.

«No hay ninguna evidencia científica creíble que avale el uso del ozono como un tipo de terapia médica, ni mucho menos para enfermedades serias como el cáncer». De hecho, agrega este experto, «se han publicado informes y artículos médicos sobre muertes de pacientes con este método».

Los infectólogos venezolanos aseguran que recientemente han conocido casos de personas con problemas pulmonares graves por contacto con ventiladores o respiradores no invasivos desinfectados con ozono.

Lo contraindicado

En sus guías, la Sociedad de Infectología nombra varios tratamientos que son, por lo menos, inútiles para la salud. Y que también pueden ser peligrosos o contraproducentes.

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La ozonoterapia es uno de ellos, por las razones explicadas más arriba. También apuntan el dióxido de cloro y la homeopatía.

El peligro del dióxido de cloro es que tiene dosis de sustancias tóxicas que pueden causar daño al organismo. Además, dicen los infectólogos, «promete bajo engaño falsos beneficios contra diversas enfermedades distintas unas de otras». Está prohibido en varios países. En Argentina, donde se popularizó ilegalmente, causó la muerte de al menos dos pacientes.

La primera de las víctimas fue un niño de cinco años, en Neuquén, al que sus padres le dieron el producto para protegerlo contra el coronavirus. El segundo es un caso reciente, el de un hombre de 93 años que se encontraba en terapia intensiva. Con una acción judicial, la familia obligó a los médicos a suministrarle el dióxido de cloro.

Foto: Oliver King / Pexels

Las críticas a la homeopatía se deben a que «el prevengho-VIR, o el uso de la molécula DR-10, carecen de estudios en animales y en humanos que verifiquen sus supuestos beneficios y evalúen su seguridad. Por ello, tampoco se recomienda».

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