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La lucha de personas con discapacidad que reclaman sus derechos en una Venezuela hostil

Más bien son personas con capacidades diferentes, porque no se conforman con el designio de ser discapacitados. Junto con sus allegados, son activistas de la vida y de la lucha diaria por mejores condiciones para insertarse en la sociedad, ser útiles y productivos, y además desafiar las condiciones físicas de ciudades donde es muy complicado desplazarse.

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Personas discapacitadas

Este 24 de Enero se cumplió un año de la promulgación dela Ley Especial para las Trabajadores y Trabajadoras con Discapacidad, que según señala los expertos y los representantes de esta comunidad, contiene una serie de normativas justas, pero es necesario buscar los mecanismos para que se cumpla la inserción laboral, con salarios justos e igualdad de oportunidades.

Esa ley tiene como objetivo principal proteger, defender y asegurar a este sector el disfrute y ejercicio efectivo de sus derechos laborales, en igualdad de oportunidades y condiciones con las demás personas, garantizando su desarrollo e integración al proceso social de trabajo, de acuerdo a sus capacidades y habilidades, fomentando su autonomía e inclusión.

Problemas de movilidad en ciudades hostiles

Ángel Gutiérrez tiene 34 años y hace 10 años fue víctima de unos delincuentes que para robare una moto, le propinaron varios disparos. Una de las balas hizo blanco en su columna vertebral, ocasionando daños irreparables, que le causaron una discapacidad motora.

Señala que en su caso y en el de muchos de sus compañeros que tienen que salir a trabajar a la calle, el gran problema es la dificultad para movilizarse en la ciudad, especialmente para los que deben utilizar una silla de ruedas porque tienen discapacidad motora.

Discapacitados necesitan protección real, y apoyo, más allá de una ley
En el Metro de Caracas son frecuentes estas escenas, cuando personas en silla de ruedas no encuentran escaleras ni rampas por dónde transitar.

“En mi caso, tengo que utilizar continuamente el sistema Metro para movilizarme en Caracas, pero muchas escaleras mecánicas no funcionan y me toca esperar que algunas personas me ayuden a bajar por las escaleras fijas. En Venezuela no existen transporte público superficial para nuestro traslado, pero además las calles son un desastre para poder andar, pues hay muchos obstáculos, las autoridades tienen que ofrecer una mejor atención”, señaló.

Metro, dificultades `para la movilidad urbana para discapacitados
El Metro de Caracas, con la mayoría de sus escaleras mecánicas rotas y abandonadas es un ejemplo de las dificultades para personas con algún tipo de discapacidad. Foto: El Estímulo

Necesidad de más apoyo

Juan Ángel De Gouveia es el presidente de la Confederación de Sordos de Venezuela (Consorven) que entre sus principios tiene la protección y ayuda para las personas que presentan discapacidad auditiva, pero que ha extendido su apoyo a todas las personas con distintas discapacidades.

La falta de un censo en donde se pueda conocer la ubicación y condición de estos ciudadanos es uno de los inconvenientes que enfrentan para mejorar su atención.

“La Convención Internacional de los Derechos de la Persona con Discapacidad, establece queesta población tiene que ser censada, pero en Venezuela no contamos con este registro estadístico, que nos refiera la cantidad y condiciones de estos ciudadanos. Es necesario señalar que es el Estado el encargado de realizar este conteo, pero no ha cumplido con tarea”, dice De Gouveia.

En cuanto a la legislación que protege a los ciudadanos con distintas condiciones, señala que se cuenta con la Ley Orgánica para Personas con Discapacidad y la Ley Especial para las Trabajadores y Trabajadoras con Discapacidad que tienen un contenido «bastante bueno e interesante».

“Sin embargo, el año pasamos presentamos una serie de recomendaciones y modificaciones que se requería aplicar a la normativa tomando en cuenta los mandatos de la convención. La ley ha sido aprobada en primera discusión, previo a su discusión pública, pero lamentablemente estas consultas no fueron del todo inclusivas”, señaló.

Así mismo, reflexiona sobre el contenido y aprobación de la ley: “ya conocida la normativa, ¿cuálesson los entes públicos que cumplen con este mandato, por ejemplo en el área laboral, respetando el porcentaje de trabajadores con discapacidad que deben tener en las nóminas? ¿Cuentan las personas con discapacidad con un sistema de políticas públicas que, realmente pueda asegurar su inclusión en la sociedad venezolana?»

Igualmente lesurgen interrogantes en la asistencia de servicios como la salud,tanto en la atención médica,entrega de medicinas “y una actividad muy importante, el funcionamiento de lassalas de rehabilitación y terapia, muchas de las cuales han cerrado sus puertas, especialmente en el tiempo de la pandemia del Covid-19”, señaló.

Así mismo, llama la atención en el área delos derechos a la educación y su inclusión en los diferentes niveles, desde el preescolar hasta la etapa universitaria.

“Estas mismas interrogantes las podemos hacer en otras áreas, en dondeno tenemos ningún tipo de información, lo que dificulta se pueda realizar un seguimiento y supervisión de estos procesos. Tenemos la llamada Misión José Gregorio Hernández, creada hace unos 15 años, que en sus comienzos tenía una gran calidad en la atención, pero actualmente ha desmejorado tanto en área de salud, como en apoyo económico. Solo hace un aporte mensual de cinco dólares a las personas con discapacidad, dinero que no les alanza para cubrir sus necesidades básicas”, señala el presidente de Consorven.

Indica que de los 335 municipios que existen en Venezuela, solo han logrado establecer las mesas de trabajo con 18 de ellos, para la creación o adecuación de la Ordenanza de Protección para Personas con Discapacidad. Esto se traduce en un gran retraso para que respeten los derechos, especialmente en el temade accesibilidad, en los lugares públicos, que deberían de contar con rampas y otros sistema de acceso.

“Desde Consoven realizamos un llamado a las propias personas con discapacidad ysus familiares, para que exijan a las autoridades municipales, regionales y nacionales legislary hacer respetar las leyes que los protegen. En resumen, aún tenemos muchos problemas, pero consideramos que con un trabajo mancomunado se pueden solucionar estos problemas y garantizar una buena calidad de vida, a las personas con discapacidad, especialmente a los niños y adultos mayores que son entre los vulnerables”, señala Juan Ángel De Gouveia

La doble condena de ser ciego en Caracas

Cuando tenía 23 años de edad, Xavier Cedeño tuvo un accidente de tránsito. Estaba manejando una motoy el conductor de un carro lo chocó de frente, salió disparado y su rostro se estrelló contra el parabrisas del vehículo, los vidrios le destruyeron sus ojos. Fue trasladado a un hospital, atendido con la emergencia del caso, operado varias veces, pero las lesiones eran muy graves yquedaría ciego, para siempre.

Ya han pasado 13 años de ese suceso. A Xavier lo encontramos acompañado de su madre en las instalaciones de la estación del Metro de Pérez Bonalde, en Catia,con sus lentes oscuros y guiándose con un bastón de arrastre.

“Recuerdo que después de recibir la noticia, quería morir, no concebía mi vida sin poder ver, me trataron varios psicólogos, comencé a realizar la rehabilitación, tuve que aprender muchas cosas, para continuar mi vida”.

Xavier Cedeño

Al ser consultado sobre la situación que atraviesan las personas con discapacidad, señala que ha tenido información sobre los planes sociales de ayuda, pero a pesar de que tiene una jubilación especial de su trabajo, decidió trabajar en la economía informal para lograr más recursos económicos.

“Yo vivo en Caracas y ser persona con discapacidad visual en esta ciudad es caótico, por los huecos, por los conductores irresponsables que no respetan las señales de tránsito, por la gran cantidad de obstáculos que hay en la calles, que hacen muy difícil nuestra movilidad”.

Xavier Cedeño

Más atención a los niños

Hace 25 años, cuando le confirmaron a Ruth Velazco que estaba embarazada, vivió el día más feliz de su vida. Contaba con 29 años y la ilusión de ser madre por primera vez, pero por mala praxis médica le ocasionaron daños cerebrales al bebé.

Aquel niño hoy cuenta con 25 años de edad, presenta varias condiciones entre ellas retardo mental y discapacidad motora múltiple, no habla y no puede comer solo.

Señala que con la meta de buscar ayuda gubernamental, un grupo de madres de niños con discapacidad se organizarony dieron a conocer a través de los medios de comunicación su situación.

“Obtuvimos respuesta directamente por el presidente Hugo Chávez, quien entre otras cosas nos entregó casas en los Valles del Tuy, en el estado Miranda. Pero en mi caso, por situaciones de inseguridad, decidí regresar al barrio de Casalta, en Caracas donde vivía”, explicó.

Dice conocer los programas de atención para las personas con discapacidad, especialmente la Misión José Gregorio Hernández, pero explica que los bonos que ofrecen no alcanzan ni siquiera para comprar los pañales que su hijo necesita. Por esa razón decidió a sumarse a trabajar en la economía informal,en la que labora una gran cantidad de madres en su misma condición.

Celebra que en la Asamblea Nacional, sean creadas leyes para la protección de personas con discapacidad, pero recalca que necesariamente se tienen que hacer cumplir, difundir, y sancionar a quien no respete este mandato,pues de lo contrario no se observarán los beneficios.

“Tengo un puesto en la zona de Catia, ofrezco caramelos, productos de aseo personal y limpieza, trabajo de lunes a lunes, todo para seguir manteniendo a mi hijo, solo espero que mejoren las políticas de atención para las personas con discapacidad, pues yo tengo salud para seguir trabajando y mantener a mi hijo, pero hay muchas madres que no tienen condiciones para hacerlo”, dijo Ruth Velazco.

Como muchas otras madres de personas con discapacidades, Ruth Velazco trabaja en la informalidad para mejorar sus ingresos. Foto. Olga Maribel Navas.

Psicólogo callejero

Alexander José Rada es habitante de la parroquia San Juan en Caracas, tiene 62 años y lo encontramos en una calle cercana al mercado de Quinta Crespo, centro de Caracas. En su silla de ruedas, mantiene su puesto de venta de caramelos.

“Me amputaron ambas piernas por complicaciones con la diabetes que padezco, la primera fue la pierna derecha hace nueve años. Cuando me dieron esa noticia no estaba seguro de acceder a la cirugía, pero los médicos me hablaron y me dijeron que lo más importante era mi vida, disfrutar con la familia y acepté que realizarán la intervención”, dijo Rada.

Después de la operación siguió trabajando como panadero tres años más “pero para movilizarme era todo un problema, pues los conductores no les gustaba montarme en sus camionetas, aunque les pagara su pasaje completo”, dice.

Alexander José Rada, en su puesto de vendedor en Catia. Foto: Olga Maribel Navas

Cuenta que el año pasado, fue necesario amputar la otra pierna, por la misma razón: la diabetes. “Estaba más preparado, accedí sin problemas a la operación, pues la vida es lo más importante. Tengo las ayudas económicas que me ofrece el gobierno, también mi pensión por el Seguro Social, pero ese dinero no alcanza para mantener mis gastos y por eso monté mi puesto de venta en la calle”, cuenta Rada.

Señala que desde su puesto de ventas, se ha convertido en una especie de psicólogo callejero, que ofrece consejos a las personas que por una u otra razón adquieren algún tipo de discapacidad.

“Siempre les digo a las personas y sus familiares que no podemos quedarnos en la casa postrados, dando lástima, que si las condiciones lo permiten hay que salir a enfrentar la vida, así sea trabajando, estudiando,haciendo algún deporte,o aprendiendo algún oficio”.

Alexander José Rada

Al ser consultado sobre la situación de las personas con discapacidad en Venezuela, señala que además de la salud, hay necesidad de mejorar los programas sociales para la adquisición de vivienda.

Promover la inclusión

Fabiola Zérega, es una bailarina con discapacidad motora, se desempeña como productora de la compañía de danza Ubutu, que hace vida en las instalacionesdel teatro Teresa Carreño, y atiende a bailarines con distintas habilidades y limitaciones físicas, pero que juntos, en los escenarios engranan una fusión perfecta con la música.

El grupo Danza Ubutu, durante una presentación en la plaza Sucre, de Petare. Foto: Olga Maribel Navas

Este grupo de danza se presentó en el Casco Histórico de Petare, este de Caracas, para conmemorar el 3 de diciembre, elDía Internacional de Personas con Discapacidad y el 75 Aniversario de la Declaración universal de los Derechos Humanos.

Los presentes en el acto quedaron maravillados de ver como las personas con discapacidad motora, en sus sillas de ruedas, con bastones, andaderas, con parálisis cerebral, síndrome de down, entre otras condiciones, al ritmo de la música acoplaban sus cuerpos de forma perfecta.

“Desde nuestros espacios, desde el arte, la danza, la música defendemos los derechos de las personas con discapacidad, esperamos que las autoridades hagan cumplir las leyes y promuevan la inclusión, nosotros tenemos sueños por cumplir, nos gustan las fiestas, el teatro, salir con la familia y amigos, pero en la calle encontramos tantos obstáculos, que muchas veces preferimos quedarnos encerrados en casa”.

Fabiola Zérega, bailarina y activista por los derechos de personas discapacitadas

Buscamos mejoras

Luis Rojas, tiene una discapacidad motora adquirida por culpa de la violencia criminal. Fue víctima de un atraco. Dice que al principio fue muy duro aceptar su condición, pero que luego por su familia decidió seguir adelante. Además se convirtióen Defensor de los Derechos Humanos para la personas con discapacidad y forma parte del Sistema Metropolitano, para la ayuda de personas con distintas condiciones.

“Actualmente estamos conformando el estado Mayor de Personas con Discapacidad, con alcance nacional, con delegaciones en los 24 estados, con la meta de coordinar las políticas públicas de atención nacional, estadal, municipal, parroquial y comunitaria, en donde buscamos mejorar la atención no solo a las personas con alguna condición, sino también a los cuidadores”.

Luis Rojas, activista por los derechos de los discapacitados

Señala que a través de este sistema esperan poder actualizar el censo, conocer las condiciones y buscar mejoras en todos los programas, entre ellos solicitar aumento de las pensiones y bonos que reciben, para su manutención.

También se dedican a difundir el contenido de las leyes y ordenanzas que los protegen.

“En el estado Mayor estamos estableciendo varias mesas de trabajo para atender los temas de salud, vivienda, educación, deporte, transporte, turismo, comunas y políticas públicas. Esperamos ser juramentados y poder tener como interlocutores a todos los ministro del gabinete presidencial, quienes son los responsables de ofrecer respuesta para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, pues aunque tenemos muchos avances, aún tenemos muchos problemas”, señala Luis Rojas.

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