“De pequeña no fue nada fácil lidiar con mi nombre, llamarse Venus y con un apellido italiano no era precisamente muy popular en el colegio ni con las amiguitas. Sin embargo, hoy e pequeña no fue nada fácil lidiar con mi nombre, llamarse Venus y con un apellido italiano no era precisamente muy popular en el colegio ni con las amiguitas. Sin embargo, hoy las cosas son muy distintas, adoro mi nombre, no podría llamarme de otra manera”.
Así se presenta esta mujer que ha sabido reinventarse a través de una de sus pasiones, la moda. Para Venus la imagen, la ropa, los accesorios y el estilismo son una forma auténtica de expresión, una manera de comunicarse con el mundo y reivindicar, definitivamente, el nuevo poder femenino.
¿Te preguntan mucho, y ese nombre ?
“ Te voy a contar… mi papá es italiano, mi mamá dominicana -con herencia española- yo nací en Venezuela y me crié en Venezuela. Soy como tantos venezolanos, mixtos, pero con raíces complicadas. Me llamo como mi mamá y aunque ahora estoy enamorada de mi nombre no siempre fue así”.
Su forma de vestir, sus combinaciones, su característico peinado y esa manera de personificar la nueva sofisticación latina, la han posicionado como una de las influenciadoras más importante del continente. Es su lenguaje personal y único lo que la consolidó en un mundo que adora lo instantáneo, una plataforma sumamente competida y sobre todo, exigente.
¿Esto de la moda es nuevo para ti o forma parte de tu ADN?
“De adolescente tuve la oportunidad de viajar mucho a Italia, durante las vacaciones siempre pasaba temporadas allá, y lo que más recuerdo es que me encantaba observar, mirar vitrinas, pasear por las tiendas, descubrir lugares, sobre todo, las cosas particulares, lo que no era tan evidente. Los lentes, por ejemplo, ejercían en mí una fascinación casi mágica, la ropa, esa manera de vestir de los italianos, tan especial. Y recuerdo que siempre me gustó registrar mi combinaciones, lo que me ponía, hacerme fotos con mis looks, los guardaba como recuerdo, era algo orgánico. Yo creo que mi relación con la moda es algo muy personal, muy de mi manera de ser, a mi nunca me gustó la ropa pegada, por ejemplo, siempre preferí las cosas holgadas, grandes. Pero mi compromiso en serio y mis looks más interesantes son de hace dos años”.
A sus más de 75.000 seguidores nos consta que el valor agregado de Venus está en su manejo de los detalles.
“La elección de un jeans o un par de zapatos puede ser banal para mucha gente, pero no para mí. La moda no tiene nada de frívola, es un reflejo de la sociedad, de la historia, de la cultura humana. Quizás más adelante sepan mucho de nosotros, de nuestro tiempo, por las imágenes del Instagram, por los editoriales de moda, por la publicidad. Creo en el poder de influencia de una imagen, en lo sanadora que puede ser, en el efecto que puede causar en tu estado de ánimo y en la percepción que tienen los demás de ti”.
¿Tu formación tiene algo que ver con la industria de la moda?
“Soy administradora de profesión, graduada en la universidad Metropolitana de Caracas, trabajé en la banca pero siempre me acompañó esa inquietud por la moda. Después me casé y por las circunstancias de la vida me convertí en una ciudadana del mundo, tuve la oportunidad de vivir en Estados Unidos, regresar a Venezuela, vivir una temporada en México, luego Perú, Chile y Colombia, hasta regresar de nuevo a México. Todo eso, ese espíritu nómada contemporáneo me hizo lo que soy, tuve que aprender de la cultura latinoamericana, de los diferentes tipos de mujer y de las costumbres de muchos países y eso me marcó definitivamente”.
Eres referencia para muchas mujeres, ¿reto o compromiso?
“Reto, compromiso, pasión, trabajo, dedicación, responsabilidad…Hablar con otras mujeres e inspirarlas no es sencillo y menos para otra mujer. Yo aprendí a respetar la diversidad de las latinas, y pienso, sin dudas, que la mujer venezolana es la más atrevida, la más libre y la poderosamente diferente. Sin embargo, creo que las mujeres debemos ser más solidarias entre nosotras, si vemos que una se ve bien, tenemos que decírselo, apoyarla, animarla.
Las mujeres que me gustan, las que me inspiran tiene mucho de ese espíritu solidario, incondicional, las francesas Jane Birkin y Caroline de Maigret, por ejemplo, son la personificación de lo cool , de esa mujer independiente, trabajadora y talentosa. Quizás mi estilo de pelo, mi pollina, se inspira un poco en ellas”.
¿Todo depende de la ropa, de las marcas, de la apariencia?
“Para nada. Absolutamente no. Cada mujer tiene su encanto, la clave esta en potenciarlo, en distinguirse, en lograr un carácter que te identifique y sea expresión honesta de lo que eres y de lo que quieres en la vida. Y eso no solamente tiene que ver con lo que te pongas, con la ropa y los accesorios, tiene que ver con la forma de comportarse, la voz, el tono, los modales, el sentido de la oportunidad, es un conjunto que se construye con muchos elementos. Todo eso forma parte de tu esencia como mujer, de tu imagen”.
¿La vida real o la vida Instagram?
“Soy lo que ves. Si uno de mis seguidores se cruza conmigo en la calle sabe que soy yo, no soy de esas que son cool sólo en las redes sociales. Voy al supermercado, al gimnasio, a la farmacia vestida como me gusta, me reconoces, soy la misma. No pienso que hay que mostrar solamente lo mejor de la vida en Instagram, tampoco lo íntimo. Se trata de sentido común, de honestidad”.
¿El celular siempre contigo?
“Este es un trabajo, una pasión que para hacerla bien le tienes que dedicar tiempo, ser consecuente, pasas muchas horas enfocada en buscar la foto bonita, especial, intrigante. El lugar, la combinación de ropa, la luz, el encuadre, de eso depende el resultado. Aunque algunas veces hay que soltarlo, no es fácil, puedes obsesionarte.
Ahora toda la normativa del Instagram afecta a las cuentas chiquitas, no tienen mucha visibilidad, y eso te demuestra que no lo puedes controlar todo. Yo trato siempre de recordar que esto comenzó por puro placer, por gusto, no lo vi con interés comercial ni autopromoción, una especia de recordatorio para no perder la perspectiva”.
¿Es una pasión costosa, el equipo, la ropa, los viajes?
“Mi equipo soy yo y mi esposo, que la verdad tiene una paciencia a prueba de balas. Debo reconocer, de corazón, que soy afortunada, él me hace algunos retratos, igual que mis amigas, o la persona que tenga al lado. No tengo ni fotógrafos, ni relacionista público ni nada de eso.
Invierto mucho en ropa, pero también, como soy cuidadosa, vendo algunas de mis cosas para reinvertir en otras piezas. Sin embargo, con el tiempo compras menos pero compras mejor. En ocasiones no es agradable desprenderse de algunas piezas pero si no me las he puesto en seis meses, es que no son tan importantes”.
¿Cómo defines el estilo VF?
“Mi estilo es oversize, piezas de tallas más grandes combinadas, poca onda sexy pegado. Más bien jeans rotos, franelas con cierto guiño, con tumbao, zapatos y bolsos con carácter, pocos mocasines. No me encanta el total look de una marca. Prefiero mezclar ropa y complementos, de aquí y de allá, Levis vintage, Zara para las tendencias rápidas, piezas intervenidas”.
¿El futuro de la moda lo ves claro?
“Todo es muy rápido ahora, instantáneo diría yo. Las compras on line, el furor de la novedad, el míralo y cómpralo ya, en fin son nuevos tiempos y nuevas maneras. Prefiero disfrutar mi momento, si tus seguidores te entienden vas bien, si te comentan hay conexión real. Cada vez lo disfruto más, por ahora esto no representa ningún esfuerzo extraordinario para mí, me gusta mucho lo que está pasando y estoy agradecida”.
La lista de Venus
-Un par de mules en vichy blanco y negro de Altuzarra
-Un prendedor dorado con el logo clásico de Yves Saint Laurent
–Botas altas de Vetements X Manolo Blahnik
–Falda metalizada de Saint Laurent
–Pantalones negros de Marques Almeida.
El D.F. de V.F.
Para mantenerme en forma, equilibrar energías y lograr bienestar: los Estudios de Siclo y Beat Box.
Para comer o cenar: Máximo Bistrot, Havre 77, Lardo, Lalo, Rosetta y Casa Virginia, todos de estilo fusión y algunos con toques mexicanos.
Museos imperdibles en la ciudad: El Museo de Antropología, el Museo Tamayo, el Museo Jumex, y el Museo Soumaya.
No puedes venir a México y no visitar: el Zócalo en el Centro Histórico y sus alrededores.
Barrios con sabor e identidad: la colonia Roma, la Condesa y la Juárez.
Para comer mexicano de verdad verdad: el restaurant Contramar y Pujol.
Consejos V.F.
“Creo en el poder de la vestimenta, es una manera definitiva de expresar tu carácter, tus gustos, tu manera de ver la vida”.
“Para los que tengan la inquietud de meterse en esto la clave está en la honestidad, nunca deben pretender algo que no son”.