Tendencias

Colette, LA TIENDA…

La  concept store más famosa del mundo cumple dos décadas como una de las referencias ineludibles de la moda por venir. Descubran a esta “parisina” que no se cansa de ser cool.

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COMPOSICIONES FOTOGRÁFICAS: aINHOA SALAS DE URARTE

Tras veinte años en la misma dirección, el número 213 de la lujosa rue Saint-Honoré de París, este templo de la moda se ha convertido en una parada obligada para todos los amantes del estilo y las nuevas tendencias, sus tres pisos y su bar de aguas minerales (provenientes de los lugares más insólitos del mundo) son lugar de peregrinación para los ansiosos buscadores de lo nuevo y lo más moderno. No existe marca que cuelgue de sus estantes que no esté de moda o vaya estarlo en el futuro cercano, en sus concurridos espacios es muy fácil coincidir con Karl Lagerfeld, Katy Perry o editoras como Carine Roitfeld y Anna Wintour, no es casualidad que todos elijan el mismo destino: esta tienda no tiene solamente artículos que están a la moda, Colette crea la moda.

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 Este fenómeno comercial tiene nombre de mujer y se lo debe a su dueña y fundadora, Colette Rousseaux, una empresaria que vive tan alejada de los medios casi tanto como popular es su negocio. Esta creativa dama ya trabajaba en la moda cuando decidió apostar por un nuevo concepto comercial multimarca y arriesgado, esa particular mirada para adelantarse al gusto colectivo y su poder de selección de productos y firmas de lujo, fueron determinantes en el éxito de Colette. Hoy, junto a su hija Sarah Andelman, dirigen una empresa que no para de crecer y diversificarse. Sarah se ha convertido en soporte clave del negocio y en la nueva directora creativa de la tienda, una visión renovada y bien entrenada para conquistar los nuevos retos de este tan especial laboratorio de moda.

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La habilidad del equipo de esta empresa para adivinar las tendencias, la increíble variedad de productos disponibles y su decoración simple y luminosa son las claves de un ascenso que parece no detenerse. Con una ubicación a pie de calle y dos amplios ventanales –como únicas vitrinas- con los montajes más pensados de la industria, Colette invita descaradamente a descubrirla.

Traspasando el umbral se encuentra una zona que mezcla, libros, revistas, gadgets tecnológicos, chucherías, lentes de sol, zapatos de goma, franelas, gorras, libretas… en esta área igual se puede encontrar una bolsita de gomitas Haribo, unos audífonos de edición limitada o un reloj de precio impensable, estamos hablando de un menú de más de 10.000 objetos diferentes. En el primer piso, la cosa se pone más seria y todavía más cara, allí espera la ropa femenina y masculina, con piezas y accesorios  de marcas como Gucci, Loewe, Louis Vuitton, Celine, Vetements, Moncler o los diseñadores japoneses más extravagantes, eso sí, todo impecablemente expuesto y con el estilismo más provocador posible. El espacio guía el recorrido, puedes escudriñar y tocar las piezas, probarte, verte en los espejos, la experiencia de compra o el simple hecho de mirar se siente sereno y es evidente que absolutamente todo está muy bien seleccionado, no hay excesos, solo exhiben una talla por pieza, sin repeticiones ni desorden, además, los siempre modernos vendedores, se encargan de recordarte, que lo que ves solamente está disponible en Colette.

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En esta tienda los productos comerciales conviven con piezas de arte y en ocasiones con exposiciones completas de consagrados y nuevas promesas. Aunque es una tienda lujosa, aquí no da  miedo entrar, el trato es relajado y aunque muchos de sus visitantes no puedan pagar la mayoría de sus productos, seguramente saldrán con una bolsita con un lápiz o con un forro para celular. Son varios los que han tratado de imitar la fórmula pero hasta ahora pocas iniciativas han logrado el impacto de este espacio en París.

El negocio de lo más cool 

Según los especialistas, los concept stores, rara vez se equivocan sobre las selecciones que realizan porque son ellas mismas las que se encargan de convertir esas piezas en objeto de deseo. Claro que no todo lo que ofrecen en sus vitrinas  arrasan en ventas, pero la verdad poco importa, sus directores creativos y comerciales saben  que existen opciones que difícilmente tendrán salida comercial pero son piezas que deben tener en sus espacios, pura imagen.

Otros de los grandes atractivos de estos locales tiene que ver con las tan promocionadas ediciones limitadas o colecciones especiales, la reconocida reputación de estas tiendas les permite solicitar a las grandes firmas de lujo series exclusivas de productos, piezas únicas o colaboraciones que tienen el éxito garantizado. Por ejemplo, Chanel para Colette o Coach para Colette, por supuesto, este tipo de iniciativas vienen apoyadas por una feroz promoción y un mercadeo digital sin precedentes, un extraordinario anzuelo para los fanáticos, coleccionistas y curiosos del gremio.  

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El vertiginoso ritmo de Colette es reconocido y estudiado en las escuelas de diseño, mucho antes que las grandes cadenas de moda democrática alrededor del mundo decidieran renovar vitrinas y mercancía cada semana, Rousseaux y Andelman elegían cada domingo dónde se colocarían los productos nuevos de la tienda y también el concepto correspondiente de las vitrinas. Y justamente fue ese vértigo y el  ritmo de renovación constante lo que no dejó atrás a Colette. La industria circula cada vez más rápido gracias a la red y a los nuevos inflluenciadores, eso produce un cansancio casi inmediato en los consumidores y Colette lo entendió antes y mejor que muchos, en la industria  no hay espacio para el descuido.

No hay guía de la ciudad luz que no tenga como recomendación visitar este templo de las tendencias, Colette ha conseguido que turistas, parisinos y los profesionales de la moda no puedan resistirse a volver cada tanto a ver qué está pasando en sus espacios. Sus inconfundibles bolsas blancas con los dos lunares azules son casi un referente de París y un recuerdo valioso para muchos. Feliz Cumpleaños Colette.

OTRAS TIENDAS CONCEPTO EN EL RADAR

Dover Street Market. Londres y  Nueva York.

Centre Commercial. París.

The Feathered. Ciudad de México.

Kabuki. París.

Montaigne Market. París.

Le eclaireur. París y L.A.

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