Opinión

Transformaciones de la memoria un 12 de octubre

Cada 12 de octubre, no podemos olvidar que ese día, hace casi once años, en la Ciudad de Caracas se presentó un acontecimiento de “lucha” o “reivindicación”. Hablamos del derrumbe de la figura escultórica de Cristóbal Colón obra de Rafael de la Cova de su pedestal ubicado en Plaza Venezuela. Un número de personas fue testigo de un hecho terrible que ocurría ante los ojos de los espectadores. Junto a ellos estaba otro grupo de personas quienes desarrollaban un performance, siendo estos los protagonistas del hecho, a quienes llamaremos los causantes. Así no más, se presentó ese día lo que podríamos llamar la “justificación de la memoria”, para algunos y “destrucción de la memoria” para otros.

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Justificamos todo hecho, acción, labor, ejercicio o acto cuando nosotros mismos como individuos tenemos una explicación razonada a una causa, y el motivo para ejecutarla está argumentada. Es oportuno preguntarnos si a más de una década de este suceso, el grupo de los causantes actuó en forma justificada, pero y ¿la memoria?, siendo la única facultad que me permite como ser humano retener y recordar hechos pasados. ¿Dónde queda la memoria e identidad del grupo de los espectadores?

Pertenecientes a un pasado, de arraigo fuerte a las costumbres, somos venezolanos que por siglos y siglos venimos, duélale a quien le duela, conformados por un estado que parte desde el año de 1777 por una Capitanía General de Venezuela, colonia del Imperio español que había sido fundada en 1527. Nuestra historia se remonta al poblamiento del territorio por las migraciones amerindias hace miles de años, donde Venezuela comienza con la llegada de los primeros españoles del siglo XIV, sin olvidar nuestras primeras poblaciones y período precolombino. De allí venimos y ni por más historias que nos cuenten, esa es nuestra realidad.

Cuando pensamos o escuchamos el nombre de Cristóbal Colón, lo primero que viene a nuestra mente es que fue quien descubrió América un 12 de octubre de 1492. Conocemos que en su tercer viaje, realizando una expedición transoceánica, se encontró con el Norte de Venezuela, convirtiéndose en el colonizador de la masa continental americana.

Recorrió la costa del Golfo de Paria y consiguió perlas. Probó los vinos que hacían los indígenas de la zona hechos de maíz y otras frutas, no de uvas, como él solía conocer. Pisó Macuro e hizo buenas relaciones con los indígenas. Además, le llamó la atención el agua dulce de la zona por las desembocaduras de los ríos caudalosos. ¿Qué más hizo Colón sino fue descubrirnos y relacionarse con nuestra cultura indígena, logrando la unión de dos mundos? Venimos de un mestizaje.

Ya teniendo claro de dónde venimos, no podemos dejar de reconocer el extraordinario trabajo plástico escultórico de la figura titulada monumento a Colón en el golfo Triste realizado por Rafael de la Cova. El escultor venezolano llegó a recibir orientaciones de Martín Tovar y Tovar, clases de Eloy Palacios y hasta formar parte del grupo de artistas becados por Antonio Guzmán Blanco durante el Septenio (1870-1877), para estudiar en Europa. En Italia, estudió escultura y fundición en la Academia de San Lucas. Al regresar a Venezuela, Enrique Bernardo Núñez le adjudicó la estatua pedestre de Guzmán Blanco erigida en la Plaza Mayor de Valencia, hoy también desaparecida. De la Cova es considerado, junto a Eloy Palacios, uno de los iniciadores de la escultura monumental en Venezuela. A pesar de su larga trayectoria, su obra más conocida sigue siendo el monumento a Colón en el golfo Triste. El artista fue contratado en 1893, fundiendo la pieza en Nueva York, pero no recibió destino público sino hasta el 26 de octubre de 1898 cuando se colocó en la Plaza de La Alameda (posteriormente llamada Bulevar Macuro o Plaza López), aunque será nueve años después del contrato, el 28 de octubre de 1904, que se inauguró definitivamente. Fue trasladada a Plaza Venezuela en 1934. De la Cova fallece en el año de 1896 y no intervino en la elevación del desproporcionado pedestal. Sobre esta pieza ha escrito Juan Calzadilla : «De la Cova se inclina a cierto gusto neobarroco, adquirido en Europa, si bien la grácil figura del navegante, despojada de gravidez, adquiere, dentro de su majestad, cierto aire de veracidad clásica» (1977). Si negáramos nuestras raíces, negamos el camino recorrido, solo por formar parte de ese grupo de causantes que sin justificación alguna rompió los esquemas tradicionales culturales de nuestro Patrimonio Cultural Nacional. Las últimas referencias periodísticas y tesis de grado de estudiantes de arte de la UCV señalan que la obra de Colón permanece en un depósito en la Casa del Obrero en la parroquia Sucre de Propatria. Para el 30 de junio de 2006, la periodista Mabel Sarmiento Garmendia, escribió un reportaje sobre el tema para el diario Últimas Noticias: Desde el 12 de octubre de 2004, cuando fue tumbada la estatua de Cristóbal Colón su paradero había sido toda una incógnita. Y más porque hubo peticiones a nivel gubernamental y de las comunidades de cambiar todos los bustos del explorador del siglo XV, por un héroe criollo. Hoy, cuando por fin se conoce su ubicación, se encontró una obra en completo abandono. Está tirada en el piso, tapada con lonas y aún tiene las pintas hechas en el 2004. De la forma como se encontró pareciera que quienes pasan por ese depósito no conocen su historia. Más bien le arriman cuanto cachivache cabe en ese depósito del salón de usos múltiples de la Casa del Obrero, hoy convertido, paradójicamente, en un centro cultural de la comunidad”. En otro reportaje del año pasado señaló: En 2010 Pdvsa La Estancia informó que la rehabilitaría y que posiblemente la llevarían al museo de Bellas Artes. Se supo que continúa en un depósito de la Casa del Obrero en Catia. En su lugar se erigió un monumento de la Resistencia Indígena”. ¿Cómo podemos hoy en día valorar nuestras raíces si obras tan emblemáticas como la escultura de Colón en el golfo Triste se encuentran fracturadas? Este 12 de octubre en el día de la resistencia indígena, ¿celebraremos la resistencia de no aceptar la memoria?

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