Entrevista UB

Luis Freites: "Barrio Bonito es una semi-novela sobre la realidad social caraqueña"

Una "periquera" sifrina, un decorador de barrios de mentira que vive en uno de verdad, un joven obsesionado con una "Tahoe", un niño de clase alta y sus experiencias con el hijo de la sirvienta, muertos que hablan y un gurú de autoyuda ideológica revolucionaria. Situaciones de cuidado en Barrio Bonito. Un libro de relatos de sólo 125 páginas, pero de suma densidad temática. Luis Freites, su autor, habla de todo lo que tenía que poner sobre lo crudo, humano y cotidiano de su ciudad natal en este volumen de relatos

Foto: Rodney Gardié / Andrea Tosta
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No es usual que en este magazine nos dediquemos al terreno literario. Pero siempre está pendiente la materia. Sobre todo cuando el tema atañe firmemente al imaginario convulso y urbano, con ritmos acelerados, tales como se tocan en este libro.

Elaborar siete ejemplos, o tomar siete muestras entre lo ideal y lo vivencial, de la ciudad de Caracas en una narrativa directa, punzante y mostrar la crudeza dentro de territorios sutiles del lenguaje. Es parte de las distintas paradojas coexistentes, o relatos, en este caso, que el escritor, profesor y periodista Luis Freites Pastori ofrece en su tomo de cuentos titulado Barrio Bonito. Una buena conversa desmantela esos recovecos imaginativos que explora la pluma de este caraqueño residenciado en Barcelona, España.

El libro fue editado por Dahbar Narrativa y presentado en Caracas a principios de 2016. Sin embargo, vemos que faltaba un acercamiento propio del mismo autor.Algo que quizá con el tiempo y con una reposada lectura del texto podríamos exponer a través de una entrevista.

Dicen por ahí que nunca es tarde. Sobre todo en una buena mesa en pleno Barrio de Gràcia, Barcelona, lejos de toda taxonomía caótica de nuestra capital.

«Es un libro de cuentos semi-conectados entre ellos. Puede ser una semi-novela si se quiere. Su principal protagonista es la ciudad. Es algo que se inscribe dentro la tradición específica del tomo de cuentos con una conexión única. Uno de los libros más significativos de esta estructura es Dublineses de James Joyce. Yo me doy el vulgar tupé de imitar a Joyce, pero en vez de ser Dublín de principios del XX, este libro es de la Caracas de principios del XXI. Es un ejercicio sobre la realidad social caraqueña. En ningún momento es un libro sobre Venezuela. El marco específico es Caracas. Esto lo digo para contentar a los criticones.» Describe Freites ante cualquier eventualidad o duda suspicaz.

– ¿Por qué el libro alude a unas situaciones tan “cabronas”? Por ponernos en jerga castiza. ¿Verlo todo desde lejos te proporcionó clarividencia para las historias?

– En el momento en que pensé el libro se me ocurrió todo lo que allí transcurre. Yo no estaba aquí en Barcelona. Si escribiese el libro nuevamente y estuviese aquí, quizá, sería un libro bonito, fantasioso, maravilloso. Como Harry Potter. Yo qué sé.

¿Pero no tienes una reminiscencia de lo que puede ser una ciudad o un país “bonito”?

– Yo me enfoqué en la sátira negra. En burlarme de situaciones muy fuertes porque llevo un sentido un tanto “nihilista” en eso de considerar un arreglo de las cosas en el país. Humo negro y carbón. ¿Qué más queda?

freites

– En el libro se ve que la situación social está abordada desde muchas perspectivas. Dentro de los parámetros de narración ¿Cómo revestiste todas las capas sociales que cobran lugar en las historias?

– Escucho y memorizo experiencias de mucha gente que he conocido que, obviamente, no están en una única clase social, clase media, media-alta, sino mucha que a lo largo de mi vida me han contado historias que pertenecen a otros contextos.Y además con la intención de hacerlos chocar, porque hay que estar claros que así es Caracas. Aquí lo fundamental es que se habla de Caracas de una manera vertical. Hay un sistema de otredades y de múltiples voces. Nunca llegué a pensar que una voz era más profunda o más real que otra o más significativa sobre el tema de “ser venezolano” que otra. Todas corresponden. Obviamente para mi sería más fácil escribir sobre la vida en una quinta en Prados del Este o en Cumbres de Curumo que en el Nazareno de Petare – que lo conozco-. Parte de ver todos los contextos y tratar de narrarlos. Aún me faltan porque hay demasiados.

– ¿La noción para plasmar las realidades es meramente investigativa o también vivencial?

– Hay cosas que me sucedieron. Situaciones reales por ejemplo son el cuento de la periquera o el del hijo de la sirvienta. Por otro lado, en el cuento que tiene lugar en la morgue sí hubo investigación. Trata sobre la situación de las morgues desde el punto de vista fantasioso del muerto, o los muertos que trasladan a Bello Monte. Ahí hay una investigación periodística importante. Me documenté bastante sobre ciencias forenses, temas como la descomposición de los cuerpos y las carencias que hay en Venezuela al respecto. También está el conglomerado social que gira en torno a la Morgue de Bello Monte. Temas de malandros de por medio. En fin.

– ¿Contamos los lectores con una carga autobiográfica en los relatos?

– La sensación de Caracas es probablemente el lado más autobiográfico y general que hay en el libro. Independientemente de que sean historias cercanas a mí o sobre mí mismo, la sensación de vivir Caracas es lo que prepondera. La tensión. La paranoia. La indefensión y el miedo. Es algo común y autobiográfico quizá para todos los venezolanos. En uno de los cuentos hay un retrato del materialismo que impera en el país, en este caso con los vehículos y las camionetotas. Yo conozco el materialismo, de todos modos. Y entiendo lo que es ser venezolano y querer una camioneta nueva así no me gusten, pero sí entiendo que anhelootras cosas materiales. En el cuento en que pueda haber un protagonista que esté más alejado de mi realidad siempre hay algo de mi.

– ¿Qué es un “Barrio Bonito” para ti?

– Si lo ves desde el contexto de Venezuela es la negación de que hay una realidad más allá de la burbuja en que viven muchas personas.

– ¿Incluidas las del “barrio”?

– Sí. Dos realidades que viven al mismo tiempo, en el mismo lugar pero que no se tocan. Eso me obsesiona. Si piensas por ejemplo en Barcelona, independientemente de que haya barrios ricos, medios o pobres, todo el mundo se junta en algún punto. En Venezuela hay un abismo entre clases. La idea del cuento que da nombre al libro, Barrio Bonito, pervive en una premisa: ¿Por qué llevamos tanto tiempo estetificando la violencia y no hablamos de la violencia de verdad? Un personaje que vive un barrio y sabe lo que es la situación, pero trabaja haciendo decorados de barrios para escenas violentas en telenovelas. Esa es la contradicción. Me parece que Venezuela vive inmerso en ella.

“El barrio es una especie de archivadora de pobres que, cuando las clases más altas o las clases políticas los necesitan, van y los buscan. Un buen ejemplo: “la cachifa”, la que baja y sube en función de esto.”

– Los críticos del asunto de escribir se enfrascan mucho en este sentido de propiedad real o en cómo se posee la autoridad para reflejar algo tan específico como puede ser el tema del barrio.

Una respuesta sencilla: ¿Tenía que visitar Julio Verne la luna para escribir sobre la luna? ¿Tenía Flaubert que ser mujer para escribir Madame Bovary, una de las mejores novelas que existe sobre la feminidad? De todos modos, yo he estado en el barrio, conozco gente del barrio. A pesar de formar parte de trabajos comunitarios con el Banco de Libro, algo que puede parecer elitista y distanciado. Conozco el contexto. Es un poco ridículo pensar que hay que tener la experiencia específica para poder narrarla. Lo que hay hacer es alejarse de los complejos y tratar de hacerlo bien. Si lo haces mal y si la voz es muy personal, no lo publiques.

– De todas maneras, ¿por qué mostrarse tan crudo?

– La crudeza es parte del registro. Conscientemente quería escribir un libro satírico. Las grandes sátiras tienen ese lenguaje crudo que colinda con la verdad. Desde los Latinos, Juvenal, pasando por Jonathan Swift, contemporáneamente Thomas Pynchon o Louis Ferdinand Cèline. El lenguaje crudo es necesario para criticar a la sociedad. Dirán que es un lenguaje de enfant terrible o de gente que quiere provocar. Pero no es eso. Es sencillamente un registro lingüístico.

– Entonces no hay garantía de provocación…

– Para nada. Es testimonio. Y no es todo el tiempo un lenguaje rudo. A veces hay un componente poético. A lo mejor si me pongo a escribir ciencia ficción voy a necesitar otro registro.

– Una de las ironías más sostenidas es la del cuento de la «ayuda para militantes». ¿Será que el chavismo tiene que llevarse ese premio?

– La burla del cuento es contra la ‘metafísica marxista’ que promete la utopía. Igual que cuando un predicador promete la salvación y el reino de los cielos. De hecho, hace poco dijo alguno de ellos que «no crean que porque lleve 17 años la Revolución se ha hecho todavía».

“Hay escritores que deciden aprehender la realidad y lanzarse a escribirla, señalarla, mientras que otros prefieren dar una descripción alegórica o filosófica que no toca el tema de lo social. Son vertientes distintas que tienen que ver con la obsesión de cada escritor”

– ¿Crítico o descriptor?

Crítico. No puedo evitar que aparezca la “voz del autor”. No es que sea moralista, sino que demuestra una contradicción entre un mundo y otro pues invita a pensar porqué pasan las cosas. Es cuestión de ironía: la oposición entre las expectativas que uno tiene de la realidad y lo que la realidad efectivamente es. Cómo se ve a sí mismo el venezolano y cómo es realmente.

– ¿Cómo es realmenteun venezolano dentro del alcance de esta perspectiva o parámetros establecidos?

Esa pregunta es muy complicada de responder. Sí diría que el venezolano es bastante acomplejado y paradójico dentro de una cultura del facilísmo. Barrio Bonito es un libro de personajes desesperados buscando un sentido a través de la adicción, de la violencia entre lo reprimido y lo explícito o a través de la sexualidad.

– El sentido de la violencia como siempre pululando, de todos modos…

– El caso de violencia en el libro siempre es una sugerencia contenida. Como en el cuento The Killer de Ernest Hemingway, que es un diálogo anodino entre dos matones antes de hacer el trabajo violento. Como también pasa en Pulp Fiction. Pero en Barrio Bonito – y no es por spoiler -no todo el mundo muere. Hay personajes que viven, a pesar de que vivan para la muerte. Sí, hay una pulsión de muerte en todos lo cuentos. Como el día a día en Caracas.

– Por ahí en varios cuentos del libro aparece una especie de «mujer-cerveza» en vallasque seguro a muchos interesaría, tratándose de UB.

– Es verdad. Debería ir publicando las historias de Mujercerveza por entregas en UB.El personaje más enigmático del libro. Es más, creo que ustedes tienen el mejor trabajo en la vida. (Risas)

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