Entrevista UB

El power venezolano en la música latina: Francisco Granados lo tiene claro

El venezolano Francisco Granados es hoy vicepresidente senior de A&R de Warner Music Latina: su olfato ha estado detrás de algunos de los grandes éxitos de la música latina en los últimos años. ¿Y ahora qué viene? Él lo sabe

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Cuando en la radio venezolana había más música que comedia, Francisco “El Oso” Granados logró ser una referencia en La Mega recogiendo el testigo de gente como Iván Loscher. Y aunque un día decidió ponerle fin a su carrera como locutor, se fijó como objetivo enfocar su conexión musical desde otra perspectiva. Y acertó: a principios de octubre, Granados se convirtió en el vicepresidente senior de A&R de Warner Music Latina, un nuevo cargo que –bien mirado- recompensa el recorrido de alguien que está detrás de mucho de lo que ha estado sonando durante los últimos años.

Fue en 2014 cuando Granados asumió que debía –como muchos otros paisanos- “reinventarse”. El elemento diferenciador en su historia es que tenía un objetivo claro:

“Leí algunos libros de music business, que era un negocio desconocido para mí, pero que también era un área de oportunidades que identifiqué al dedicarme a la radio musical durante tantos años. Y justamente en uno de esos libros, Apunta a las estrellas, escrito por Leila Cobos, encontré una radiografía bastante simple de la industria de la música e identifiqué que había una posición llamada A&R, artístico y repertorio. A&R es, básicamente, el scout de la disquera que se encarga no solamente de buscar e identificar nuevos talentos, sino también de desarrollar los talentos que ya están firmados por el sello”.

Ahí supo que quería trabajar en A&R. Ahora faltaba responder a otra interrogante: ¿dónde?

La opción Miami era obvia, pero no estuvo muy convencido. ¿Panamá? ¿Colombia? Su amigo Álvaro Paiva Bimbo –de la Movida Acústica Urbana- le dijo “tú vas a conectar con México, vas a ser muy feliz acá, te invito a mi casa, quédate aquí un par de semanas, vives un poquito la ciudad y tomas tu decisión”.

-Llegué a México e inmediatamente conecté, eso sí fue amor a primera vista. Me bajé del avión y dije: de aquí soy, aquí me quedo.

Con lugar y norte ya a la vista, pasó a la acción: “Renuncié a la radio, que fue una decisión muy dura de tomar. Hubo un duelo, pero no me dolió dejar la vida pública porque ya estaba muy claro sobre cuál era mi norte. Estudié un diplomado de music business, me preparé durante un año, entendí cómo funciona la industria de la música latina. Aprendí de derecho autoral en México y comencé a trabajar como pasante en Sony Music Publishing, que es la editora número uno en la música y básicamente se encarga de firmar compositores”.

Apenas entrando al salón de clases, lo soltó: “El primer día nos preguntaron por qué estábamos ahí y les dije ‘porque quiero ser A&R’. Y la gente se empezó a reír… Son sólo tres disqueras y no hay tantas posiciones de estas, así que era un poco ambicioso siendo extranjero, sin contactos, decir que quería una de esas sillas. Pero cuando uno tiene claro el norte… a mi nadie me desvía. Quizás por eso no me dolió tanto dejar la radio o hacer tanto sacrificio, que son los que hacen todos los venezolanos: dejar a la familia y desprenderte de un montón de cosas materiales, no materiales, lo que sea…”.

Cuatro años estuvo en Sony Music Publishing y ahí se anotó sus primeros logros importantes en este negocio. Dos casos son especialmente interesantes.

De sus días de radio en Caracas nació una relación de amistad con un artista que por entonces empezaba a hacerse conocido: “Siempre me escribía mensajes invitándome a escuchar su música y un día lo hice y vi que tenía potencial y lo invité a la radio para hablar del camino del artista independiente, que sabemos que es bien sacrificado”. Y cuando le indicaron en el diplomado que tenía que hacer un proyecto de tesis no lo pensó dos veces: aquel artista era un diamante por pulir.

-Y así hice mi tesis sobre Danny Ocean…

“Me rehúso” salió en 2016 y fue el tema que cambió la carrera de Danny y en buena medida, la de su amigo Francisco.

-Revienta la canción y te podrás imaginar que todo el mundo se empieza a preguntar quién era ese Danny Ocean… Y resultó que había un pasante en Sony Music Publishing allá en México que sabía quién era Danny Ocean: “Él es mi proyecto en el diplomado de music business”. Y lo firmamos.

Otra buena historia nació de un viaje a Medellín: estaba pasando algo interesante con la música urbana en esa ciudad y hasta allá mandaron a Granados. Fue –explica- a investigar, a entender. Y encontró oro.

-Muchas personas me empiezan a hablar de un chico caleño que había llegado a Medellín y que al parecer era buenísimo. Logro ubicar a su manager, Juan Camilo Vargas. Logro escuchar la música de este chico y -para hacer el cuento corto- ese chico era Keytin, quien hoy es uno de los compositores latinos más grandes de la industria: escribió “Tusa”, de Karol G; “Hawaii”, de Maluma; escribió “Te felicito”, de Shakira; trabajó con Shakira la sesión de Bizarrap… Él y Edgar Barrera son los dos compositores latinos más importantes en la industria de la música hoy por hoy.

Warner México fichó a Francisco y en esta nueva casa pasó un par de años en los que trabajó, entre otros, con Mike Bahía en el disco que incluye el tema “Detente” –“una canción con más de 200 millones de reproducciones en Spotify”-; con Piso 21 en lo que dio como resultado “Una vida para recordar” junto a Myke Towers y en un bombazo: “la primera canción fusión ranchera-urbana con Christian Nodal que es ‘Pa olvidarme de ella’, que es una canción con más de 500 millones de reproducciones… Y justamente, todo este cuento es para decirte que también era el A&R de Danny Ocean en Warner porque Danny está firmado como autor en Sony Music Publishing y como artista en Warner Music”.

-Danny Ocean ha sido como tu estampita de la suerte en esta carrera…

-Tal cual, él siempre va conmigo… Otro caso a mencionar en esos dos años en Warner México es Lagos, que es un grupo que me da muchísimas alegrías y lo comenzamos desde cero porque conozco a Luis Jímenez de Venezuela y un día Lasso me presentó a Agustín (Zubillaga), los firmé en Sony Music Publishing y los pongo a componer juntos, veo que hay una química cabrona entre ellos y comenzamos con la idea de “por qué no hacemos un grupo”. Y el grupo fue firmado por Warner Music.

Entonces, cuando hago la transición de Sony Music Publishing a Warner, manejaba básicamente, el mismo proyecto. Luego de dos años, me ofrecen la posición de VP de A&R en Sony Music Publishing, así que en 2021 regreso, pero en Miami.

Y cuando se produjo un cambio de gerencia en Warner Music y asume la presidencia de la compañía Alejandro Duque –el presidente más joven de toda la región- y toma la posición de managing director Roberto Andrade, que venía de ser manager de Sebastián Yatra, me llaman: ¿por qué no regresas al equipo de Warner Music Latina ahora como VP?

Mi carrera básicamente ha sido de Sony Music Publishing a Warner Music y viceversa… y esos casos que te conté son algunas de las estampitas que me han acompañado y que me han ayudado en el camino.

-Hay que tener unos éxitos para chapear, ¿no? Esto se mueve a fuerza de méritos…

-Así es. Haciendo méritos. Y el refrán popular de “el que sabe, sabe” se aplica mucho en este negocio. Tú puedes participar de mil maneras en casos exitosos, pero –como dicen los reguetoneros- yo no fronteo con eso, porque al final del día, la industria, el que está en el estudio, el productor, el ejecutivo, el autor, el mixer, el artista, saben quiénes son los que están detrás y los que están trabajando. Y eso es lo que importa.

Mucha gente pregunta cómo comienzas a escalar posiciones en la industria de la música. Obviamente, los años de experiencia pesan un montón, pero tú lo dijiste, hay que tener éxitos, hay que tener firmas notables, hay que identificar talentos y hay que hacer canciones que impacten en la audiencia.

-Lo más llamativo de esta historia es que en algún momento de tu vida hayas tenido tan claro: esto es lo que quiero hacer. Y era algo en lo que no tenías experiencia. ¿Qué te hizo sentir que tenías talento para eso en medio, además, de tu reinvención?

-Para ser honesto –y mi esposa se va a molestar- yo tenía una novia que estudió music business y ella me decía “tú eres bueno haciendo este tipo de cosas”…

-Ajá, como siempre hay una fuerza femenina detrás de todo, un amor…

-Siempre va a haber una gran mujer acompañando, eso es cierto… Después de que ella me dijo eso, comencé a leer, a buscar libros, sobre A&R. Y si te pones a ver, era algo como lo que hacía en la radio: pasaba horas en el estudio escuchando las canciones que mandaban las disqueras y organizando cuáles tenían potencial y estaban dentro de la línea musical de la estación. Tantas horas de vuelo te hacen desarrollar como un instinto para esa música que pueda impactar en la audiencia.

Y siendo locutor, llegaban los amigos de las bandas y de pronto me decían “tengo estas dos canciones, pero no sé cuál podría ser el single”. Les daba mi opinión y de repente les decía “¿no has pensado en colaborar con fulanito, que el otro día estuvo en el programa de radio?”, o recomendaba a alguien para la producción… Y esa es la labor del A&R.

-Además, estabas en un momento en el que la radio tenía programas musicales, que ya no existen… Hoy la programación de la radio es cualquier cosa menos música…

-Esa fue otra decisión trascendental en mi vida. Justamente en ese momento la mayoría de las personas de mi generación, los locutores que crecieron conmigo, decidieron tomar el camino del humor porque genuinamente conectaban con el humor. Yo hice un curso de comedia y dije “está bueno, me gusta para tener herramientas como orador, pero esto no es lo mío”. Yo tengo otras pasiones, mis referentes son otros. Crecí escuchando a Iván Loscher, la Polo Music… Preferí dedicarme a la música y me parece maravilloso que mis amigos se hayan dedicado al humor.

-¿Cuál es tu reto, tu meta inmediata en este nuevo cargo?

-Esta es una posición ejecutiva, de muchísima responsabilidad, así que la primera misión es a nivel personal y profesional: entender que el rol es otro, es ser más el director técnico que ser el que está en la cancha haciendo el pase o anotando el gol. Es entender que uno es más Phil Jackson y menos Dennis Rodman o Scottie Pippen. Y eso me emociona porque es otra etapa de mi carrera. Es una evolución del trabajo que vengo haciendo y me permite desarrollar otros skills como líder, como ejecutivo, como manager.

Y en cuanto a roles corporativos, te diría que el más amplio es seguir identificando oportunamente el nuevo talento de la región. Es importante identificar temprano y acompañar en el proceso de desarrollo.

El objetivo más específico es inmediato es demostrar que damos un gran servicio a los artistas que tenemos firmados en la compañía, que realmente somos esa opción que los acompaña y que ofrece servicios creativos. Que realmente estamos ahí para decirte vamos a hacer esta canción con este productor, presentarte ideas innovadoras, nuevas fórmulas, presentarte nuevos autores, nuevos compositores. Y, claro, lograr éxitos con los artistas que tenemos en la compañía, seguir replicando esos éxitos globales con artistas como María Becerra, el mismo Danny Ocean, Elena Rose, Myke Towers, tenemos un roster bien interesante…

-Y ahora el trabajo es con corbata…

-¡No! Nunca vamos a usar corbata. Es maravilloso que en este trabajo te aplauden ir en jeans y en zapatos de goma. Es más, si usas corbata creo que no conectas. El encorbatado es sospechoso. No puedes entrar a un estudio con una corbata…

-Uno tiene la impresión de que ya los músicos no necesitan a las disqueras porque pueden hacer todo en su cuarto y promocionarse con las redes. ¿Qué le ofrecen los sellos discográficos a los artistas en este momento? ¿Por qué es mejor para ellos trabajar con un sello discográfico?

-En los últimos tres años particularmente la industria de la música latina ha cambiado radicalmente y esos antiguos modelos, el clásico contrato artístico del pasado de uno más cinco discos, ya no es la regla. Un punto interesante que tiene que ver con mi decisión de moverme a esta compañía es el hecho de que el presidente de Warner Latina, Alejandro Duque, es el más joven que hay en la industria. Y Roberto Andrade, que es el director de Warner Music US Latin, también es bastante joven y viene de ser manager. Su approach a los artistas es bien progresista, su manera de abordar el negocio marca una distancia con lo que usualmente conocemos. Y sí, como dices, es una realidad que los artistas cada vez necesitan menos a una disquera, pero al final del día, van a necesitarla. Y aquí hay una manera creativa de generar nuevos modelos de negocios, no son nada cuadrados al momento de crear un modelo para un artista. Y eso es algo que me emociona, me hace mucha ilusión.

Para responder la pregunta de por qué es necesario el sello disquero: es verdad que puedes hacer una canción solo desde tu habitación, pero están saliendo 100 mil canciones al día a las plataformas. Hay que generar algún estímulo, alguna acción que haga que esa audiencia que está recibiendo 100 mil canciones al día, te escuche, volteen a verte.

Las disqueras ofrecen varias cosas. Una, alcance. “Lala”, de Myke Towers, no sería un éxito global si al final del día dentro de su estructura independiente no hubiese un partnership con una disquera trasnacional con el potencial de hacer de esta canción un número uno global. Y si ves, la mayoría de las disqueras independientes están asociadas, de alguna manera, con una disquera transnacional. Hay cierto límite dentro de la independencia.

-Claro, si quieres pasar a otro nivel, necesitas ese apoyo contigo…

-Exactamente… Y a nivel de A&R, estos chicos que se hacen virales con una canción que hicieron en su habitación hay que entender que muchos de esos fenómenos son algo bien efímero y duran solamente una canción. Porque, ¿qué viene después? Ahí es cuando necesitas un equipo de A&R que te ayude a marcar el camino y que te ayude a sumar las herramientas que necesitas para que ese proyecto despegue: ¿quién te va a producir? ¿por qué no hacemos esta colaboración? Nos dimos cuenta de que tu canción tuvo gran aceptación en Chile, por ejemplo, vamos a buscar una colaboración allá que ayude a exponenciar ese fenómeno… Ahí es cuando necesitas un equipo de A&R.

-En este momento en el que tantas cosas parecen sonar igual –aunque eso es algo que siempre ha ocurrido-, ¿hacia dónde vislumbras que va la industria? ¿Vamos a seguir escuchando esto o ya hay un cambio asomando?

-El principal cambio que hemos notado en el último año es que despertó el sleeping giant, como le decimos acá a toda esa comunidad de mexicanos en Estados Unidos que creció escuchando en su casa, con su familia, música regional mexicana, música tradicional, de banda, o rancheras, pero que salían a la calle y escuchaban trap, escuchaban a Kendrick Lamar, escuchaban a Drake o a Kanye y lograron fusionar esa petulancia del hip hop y las letras de la calle con la instrumentación de su música.

Si te fijas, estamos en presencia de un momento muy relevante para la música mexicana en diferentes fusiones, porque ya no es solo el corrido, ahora es el sierreño, la cumbia, pero también ves estas fusiones como las que está haciendo Maluma con lo urbano, o lo que hicimos con Christian Nodal y Piso 21 en “Pa olvidarme de ella”. Y también comienzas a ver un auge de la música popular de nuestros países, como en Colombia. Estamos viviendo un gran momento para la música popular, para la cumbia…

¿Y qué viene? Viene el momento más emocionante, porque no hay una fórmula clara.

-¿Crees que ese próximo gran hit va por la onda del sonido mexicano?

-Eso ya está pasando. Los batacazos dentro del sonido mexicano y todas sus variantes ya son una realidad.

Para las audiencias de Estados Unidos me parece curioso explorar el mundo country-latino, ya que tenemos una escena mexicana tan fortalecida. Creo que ahí hay algo interesante. Pero a nivel mundial creo en las fusiones. De repente el oído del consumidor en general ya está un poco agotado, como dices, del mismo sonido y de la misma fórmula y nos toca ponernos creativos en cuanto a las fusiones musicales, ya sea con salsa, con mambo, con reggae, con música electrónica, que es algo que siempre ha estado ahí y continúa latente. Creo que viene una época de mucha creatividad y mucha fusión.

-Lo único claro entonces es que la fórmula va por las fusiones…

-Sí, definitivamente. Es como el consumo de la música en general: limitarnos a un solo género es bien complicado cuando ves que el playlist de los usuarios tiene una canción de cumbia y un corrido, pero también electrónica, pop, trap y una balada…

-Eso marca también una diferencia con respecto a décadas anteriores cuando uno como consumidor era más rígido: escucho sólo rock o sólo electrónica… Eso se acabó…

-Por eso te digo que estamos en el momento más interesante para la música latina y para la música a nivel global, porque tenemos la oportunidad de impactar o de llegar a ese número global que todos están buscando con una canción que no necesariamente sigue la tendencia de turno o sigue una fórmula.

-¿Qué aporta el talento de músicos y compositores venezolanos en esta gran ola global?

-Aporta muchísimo. Lo primero que tengo que decir, es que hay una generación de talentos venezolanos que tienen un potencial gigantesco para impactar en toda la región y eso es algo que a nosotros como compañía y a mi como A&R nos emociona muchísimo.

Hay ciertos talentos de ciertos países que impactan en un nicho y hasta son muy relevantes, pero dentro de su país, dentro de su ecosistema. Creo que el talento venezolano tiene el potencial para impactar desde Argentina hasta Estados Unidos, por no decir el mundo entero. Y ahí identifico un área de oportunidad muy grande.

Luego, hay una gran nueva generación, como te decía, en la que veo a chicos como Micro TDH, como los de Lagos, Jerry Di, Elena Rose, como Danny Ocean… También incluiría a Mau y Ricky… Son muchos y cada vez están ganando más espacios en la industria de la música y es algo que me emociona muchísimo. Lasso, es otro… La verdad es que la lista es larga. Y también comienzas a ver fenómenos: conocí a un artista maravilloso que está en Canarias y el tipo tiene una voz espectacular y un swing y una fusión de afrobeat con ritmos caribeños y le pregunto “de dónde eres” y es venezolano… Ya comienzas a ver esos casos de chicos cuyos padres migraron y ellos crecieron en otros países estimulados por otros géneros musicales aunque al final del día se identifican como venezolanos. Eso es algo que vamos a ver más también.

¿Qué tienen que ver los venezolanos con esto que está pasando? Venezuela ganó muchos espacios dentro del mundo de la producción y la composición. Sobre todo en la composición: son muy buenos letristas, son muy recursivos con las palabras. Creo que el haber crecido escuchando rock, pero también salsa, también merengue y pop y las fusiones de Guaco, todo eso hizo que el letrista, que el compositor venezolano tenga facilidad para adaptarse a cualquier género musical. Y ahí ves a chicos como los de Lagos, con su Grammy Latino por “Ojos marrones”, pero también ves a un Mario Cáceres que ha estado involucrado en hits globales, ves a Servando, que es un referente a quien todos citan por canciones de Maluma, pero que también estuvo –por ejemplo- detrás de “Telepatía”, de Kali Uchis… También Reggi el Auténtico, que está lanzando su carrera como artista pero está detrás del álbum de Marc Anthony… Los chicos de San Luis; Santander, un chico de 20 años de edad que ya tiene grabaciones con Diego Torres, con David Bisbal…

Esa es una muestra del gran talento del ADN venezolano que hay en las canciones que salen al mercado.

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