En este momento estoy haciendo un balance de mis aptitudes masculinas. Sí, eso de mirarse al espejo tipo Robert De Niro y desafiarse uno mismo en la mañana notando que se está barbudo y sin bañarse, después de una noche de sueño.
A más de uno un extraño impulso nos invita a sacudirnos a ese patotero de la mañana para hacer un largo viaje que comienza con una producción metrosexual. En muchos tal acicalamiento termina en una conducta de gay de búnker (dígase la exageración del término gay de clóset).
Claro que esta columna incluye mucho de reflexiones de su servidor, que quiere mejorar él mismo. Lo más importante es que para ser un gay exitoso hay que conectarse con tu lado femenino. Se lee como una frase redundante, pero aquí te va la otra: para ser un hombre heterosexual exitoso también debes conectarte con tu lado femenino.
A continuación algunas anécdotas, personajes y otros tiempos para recordar. Vamos a sacar algo de esto a ver si le damos el mejor de los provechos.
Cosas de maricos y de hombres
Para el año 1995 entré en la Escuela de Ballet del Teatro Teresa Carreño. Algunas de las cosas que descubrí: envidia, intriga, sexo descontrolado, sensación de ser un perdedor, nada de trabajo en equipo y también éxito. Al conectarnos con nuestro lado femenino podemos solventar esto de la siguiente manera:
¿Las mujeres trabajan en equipo? Sí.
¿Las mujeres utilizan como nadie un poder que va de la hipocresía a la diplomacia? Sí, como nadie. El problema es que a los hombres nos da por caernos a coñazos o convertirnos en sicarios de nuestros enemigos.
Mis panas siempre hablan de los equipos de fútbol o de otras disciplinas que ellos admiran y hasta practican, pero son muy pocos los que conocen el trabajo en equipo. Yo pensaba que eso era cosa de féminas, ¡pero no! Me sorprendí mucho al ver que los hombres ostentan un comportamiento de putas arrabaleras, ¡pero dentro de los mismos grupos de hombres!
Mi pana, te digo que esto me causa mucha extrañeza y termino preguntándome ¿ellos nacieron así? Entonces me respondo: no, esto lo aprendieron en sus andanzas en los puti clubs.
Por otro lado, existe una gran leyenda urbana sobre los transgéneros, entiéndase, esta es una nomenclatura muy nueva para referirse respetuosamente a los “transfor”.
Al conectarnos con nuestro lado femenino apreciamos la capacidad de una transformación extrema para alcanzar nuestro ideal perfecto, algo que el nacimiento con un miembro o la falta del mismo da pie a un decatlón de desafíos para ser otro. Como hemos visto que en Venezuela la mayoría de los “transfor” todavía se intervienen el cuerpo para prostituirse, es muy cómico pero la verdad es que nuestro lado masculino también es así y ahí nos vemos prostituyéndonos por todos lados cuando en realidad esa no era la meta de nuestros sueños.
Risible es que el sexo con un “transfor” es realmente inolvidable: a los hombres les gusta y a los gays también. ¡Ok! a mí también. Así que los hombres somos harina del mismo costal.
Sin embargo, hay otro cuento.
Para 1998 un joven de La Guaira cuyo nombre era Roberto Gallegos llegó a la Escuela de Ballet y rápidamente alcanzó una fama impresionante. Decisión suya o no, en Alemania se transformó en lo más cercano a la mujer que él quería ser. Ahora es una estrella y se llama Aérea Negrot. Es uno de los exponentes de la movida electrónica berlinesa y es un@ venezolan@.
Si me preguntas con cuál lado he de identificarme yo te respondería: amigo mío, me identifico con los dos. El masculino me lleva a sentirme frustrado y arrecho por el éxito de Aérea Negrot, porque mi mente me dice que yo soy más arrech@ y pude llegar más lejos que ella. Pero al conectarme con mi lado femenino me siento con muchas ganas de seguir trabajando en mi desarrollo personal y profesional para llegar a ser como Aérea Negrot, y llevar sanación e impulso, con mucha venezolaneidad a los paisanos nuestros dispersados por todo el globo terráqueo, así como lo hace Aérea en este momento cuando en muchos lugares los venezolanos no son muy bien vistos.