Sexo para leer

Fernando Batoni: el último rockstar

A propósito de la salida a la venta del último disco de Zapato 3, recordamos al bajista, músculo y líder espiritual de esta agrupación emblema de Caracas que hoy resucita con "La Última Cruzada". Un tour que no solo los reencontró como músicos y amigos, sino que los llevó a romper records de asistencia - como nunca antes lo habían logrado- en Miami, México y las principales ciudades de Venezuela. Lo curioso de esta entrevista es que se hizo a pocas semanas de que se consolidará la reunión de los "zapateros". El archivo es historia

Alejandro Cremades
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A sus 44 años y con una posible reunión de Zapato 3 en puertas, el ex bajista de la legendaria banda se ha mantenido al pie de los escenarios por más de veinticinco años y representa sin duda una de las pocas leyendas vivientes de nuestro golpeado rock nacional. Aquí se libera de ángeles y demonios para darnos su versión sobre la difícil labor de ser un rockstar en Venezuela
“Sobre Zapato 3, hay un culto tardío. Pienso que en los momentos en que la banda pasó por verdaderas crisis, los fans no estaban ahí. Es algo muy venezolano, eso de rendirle tributo a lo que ya no está”.
Fernando Batoni aún lleva en la espalda el peso del bajo en cada uno de los conciertos que ofrece junto a su grupo Metrozubdivisión, del cual dice ser la agrupación “más despreciada de la escena actual”, pero también lleva el peso de encarnar una de las pocas leyendas vivientes del accidentado rock endémico. Figura mitológica para él público, en ciertas latitudes del interior del país, guerrero de acero de las cuatro cuerdas e inspirador de sueños y romances dentro de los corazones de chicas malas y chicas buenas, por más de 2 generaciones.
Hacia 1991 tener el privilegio de verlo tocar sobre un escenario era observar la fantasía posible de una gigantesca escena alternativa, que él mismo, junto a otros pequeños próceres del movimiento, forjaron durante la “culebrera” década de los ochenta, donde básicamente las diferencias de gustos musicales se dividían en pandillas y en interminables peleas colectivas.
Desde entonces, Batoni defiende hasta el último momento su punto de vista. Su manera de hacer las cosas, su posición frente al hecho artístico y la obstinada individualidad combativa de indudable procedencia punketa, con la que hoy con palabras, y ayer con los puños, defiende sus ideas.
“Aquí lo que había era Resistencia, Alta Frecuencia y Paul Gillman, nosotros quebramos todo eso, acabamos con todo lo establecido con una nueva energía, otra identidad y otro look”. Y es que no se puede hablar de rock hecho en casa sin mencionar a Sentimiento Muerto, Desorden Público y Zapato 3, más allá del alcance gubernamental que tenga el heavy metal actualmente y de los logros contables de bandas más nuevas como Los Amigos Invisibles y Caramelos de Cianuro.
Al hablar con Fernando, se siente la experiencia de una larga travesía en los áridos terrenos del sexo, las drogas y el rock and roll y en lo particular, la historia de Zapato 3 es quizás lo más parecido a las clásicas tragedias sinfónicas del star-system del rock de fama mundial. Separaciones, desengaños, muertes, epifanías espirituales y varios matrimonios y divorcios de sus integrantes, conforman lo que ha sido material inspirador de documentales como “Detrás de la puerta” dirigido por Max Manzano y algunos libros que relatan la historia reciente de la música joven. Solo basta con asomarse a Youtube, o escuchar al mismo Fernando cuando dice que hace poco, estando en Perú, un hombre muy serio se le acercó y le dijo que había aprendido a tocar bajo inspirado en su música.
No obstante, su temperamento calmado y la reflexiva serenidad que lo invade por estos días, describe mejor el tono en que se dio esta entrevista. Después de media copa de vino, hacemos una nueva toma:
-¿Qué tenía Sentimiento Muerto que no tenía Zapato 3?
-Bueno Sentimiento empezó antes y tenía una solidez gerencial que nunca tuvo Zapato, ni al principio, ni al final de su carrera. En parte porque Alberto Cabello (Fundador, compositor y manager de S.M.) tenía esa capacidad, y en parte también, porque eran dueños de la miniteca Split. Donde tocaba Sentimiento, había buen sonido, esa era una llave maestra.
-Pero había algo que los diferenciaba. Desorden Público era una cosa, Sentimiento otra y Zapato otra más…
-Para mi Zapato 3 es la mejor banda de ese trío. A pesar de que vinimos después y a pesar de que son como las tres columnas del rock acá, no había banda que metiera 20mil personas en una Plaza de Toros como lo hicimos nosotros. En un momento dado, llegamos a ser la banda de rock emblema de Venezuela, cuando Carlos (Segura, cantante de la banda) sacaba una bandera, no había quien pudiera con nosotros. Parte de nuestra carrera fue aprender de Sentimiento Muerto pero nosotros liberamos una conexión muy emotiva con el público venezolano y logramos aglomerar a todas las voces de la juventud: los pavos, los rockeros, los surfers, todos escuchaban Zapato, cosa que no pasaba con los otros. Te puedo decir con convicción que superamos a Los Enanitos Verdes y Los Pericos en varias oportunidades y que estuvimos dándonos de tu a tú con Soda Stereo en El Poliedro.
-¿Cómo era la escena del rock local antes de la globalización?
-Era más pura. Se trataba de un trabajo artesanal, tu montabas tus pancartas, te resteabas con la policía para poder pegar afiches sin pedir permiso, sin un bolo. Te dedicabas a la autogestión y creías demasiado en tu producto. Era carne y sangre, era calle y era también una guerra con los demás grupos, porque habíamos muy pocos.
-¿Te sientes ícono del rock en Venezuela?
-Siento que viví mucho y eso se hizo tangible en el tiempo, en visitar países, en conquistar nuevos escenarios, en hacer giras y en vender millones de discos. Siento que mi sueño era más pequeño de lo que al final he logrado.
-¿Cuando se acabó el sueño con Zapato 3?
-La misma vida puso las normas, ahora yo soy padre y entiendo a Alvaro (Segura, guitarrista de zapato 3) cuando cancelamos la gira junto a la La Ley- estando en México, con su tercer disco “Cápsula para volar”- porque él quiso venirse para estar con su hija. Yo era más gitano y no tenía otra cosa que hacer que dedicarme al grupo. Son parte de las cosas que pasaron, estamos hablando de 1995. Después sacamos un último disco “Ecos Punzantes del Ayer” que me negué al principio a grabar porque trataba sobre mi divorcio, que fue particularmente candela. Es un disco poco conocido pero muy interesante, va del bolero hasta el dark.
-Sabemos que fuiste Krishnna y parte de la banda también, ¿en qué momento se revela la espiritualidad en tu vida?
-Uno tiene que aprender de los errores. Los músicos de acá hacia mediados de los ochenta se vincularon mucho con los templos Krishnna, pero para el ser humano es muy difícil separar la carne del espíritu. Sin embargo, fui devoto y vegetariano durante nueve años.
-¿Y quién era tu maestro espiritual?
-Bueno no quiero mencionar eso en este momento, porque así como le paso a Los Beatles, hubo su cuota de desilusión. Todo el mundo se corrompe y yo entregué cosas de mi vida muy valiosas, al final Zapato 3 terminó muy lastimado por todo ese rollo. Estuvimos envueltos en un peo muy sexual, de energías desencadenadas y el tema espiritual nos terminó frenando. Yo experimenté cosas muy profundas, cosas que crees que solo son posibles con las drogas, visiones, revelaciones todo ese peo, pero todo terminó siendo muy fraudulento.
-¿Cómo ves la escena actual, los grupos que están saliendo?
-Hay algunas bandas buenas y otras que suenan muy bien, como esa de los chamos que se pintan de colores (La Vida Boheme), pero hay que rodar mucho. La vida es muy castigadora y es muy fácil convencer con dos discos porque tienes el tiempo y las hormonas. He visto mucho como la energía se esfuma.
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-¿Qué estas escuchando?
-Lo mismo. Te podría decir que mis influencias no son muchas después del año 85. Hay que revisar lo viejo y conocer para saber de dónde viene lo nuevo. Siempre he dicho que la música tiene 7 notas y que no hay nada más. Por ahí mis compañeros de banda siempre me traen algo nuevo pero a veces hasta prefiero escuchar de nuevo Zapato 3 o la Hermandad o Depeche Mode. Soy un ermitaño.
-Antes vivías de la música ahora del diseño
-Me siento un tipo romántico, con la música y con el diseño también. Estudié en la Noimann y fui profesor de la Caracas. Para mí los grandes diseñadores gráficos de Venezuela valen más que cualquier software o efecto nuevo.
-En estos años de Ley Resorte, ¿crees que se ha logrado algo en el apoyo y la difusión de la música hecha en casa?
-Yo tengo mucho tiempo fuera de los circuitos y siempre me he mantenido al margen. Después de Zapato, he tratado de meter temas en la radio con la Hermandad, con Metrozubdivision, pero siempre hay como unos jurados medievales que deciden que va y que no. Nunca he tenido la lucha de llegar a la radio en este país, nunca fui amiguito de cofradías del rock, ni fundaciones, ni emisoras “chéveres”. Zapato 3 esta indeleble en la historia de este país más allá de esas vainas.
-Hay quien dice que en realidad eres un vampiro que habita la tierra desde hace 300 años..
(risas). Eso es parte de la mitología, a mi me gusta la noche pero también he sido muy cauto de ella. Sino no estaría aquí. Yo siempre dije que el fin último no eran las drogas ni la locura, sino la música. Ya pasé por eso, ahora soy padre pero entiendo que para lograr lo que quieres tienes que sacrificar muchas cosas en la vida: amigos, mujeres, oportunidades, es como la ley de la alquimia, para obtener algo tienes que perder otro elemento. Todo se recupera, menos el tiempo. Es muy triste llegar a cierta edad y darte cuenta que no hiciste lo que querías. No me arrepiento de nada.
-¿Quien tiene los derechos de las canciones de Zapato 3 que siguen sonando día a día en las radios del país?
-Zapato era un desastre gerencial, es la banda que más dinero ha perdido en la historia de Venezuela. Siguen saliendo compilados, covers y nadie tiene control de eso. Cuando tocábamos era como si asaltaramos un banco, ´toma tu, agarro yo´, nunca hubo una compañía ni nada. Yo gano por mis derechos de autor pero siempre fuimos músicos muy desprendidos.
-Entonces, después de 15 años, ¿es posible que presenciemos el esperado reencuentro de Zapato 3?
-Nos lo han ofrecido muchas veces y tenemos una oferta en puerta. He estado hablando con Alvaro y Carlos quienes viven fuera del país y por primera vez se ha planteado una posible reunión del grupo. Yo por mi parte, quiero cobrar lo que hice y si lo hacemos no voy a matar un tigre. En pocas palabras, tenemos la idea de hacer una gira por Venezuela y Estados Unidos con dos meses de fechas. Vamos a ver qué pasa.
Zapatero a su zapato. Cuanto tiempo pasara para que yo vuelva a verte.]]>

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