Viciosidades

Encuesta UB: ¿También hay escasez de hombres en Venezuela?

Nuestra controversial cronista social Camila Fortique nos envió una señal de auxilio. Asegura que no ha podido conseguir novio o "arrejunte" desde que llegó del viejo continente ¡En Venezuela ya no quedan hombres buenos! Pidió que expusiéramos la grave “fuga de machos” que ha habido en el país y nos lanzamos a la calle en busca de respuestas. Pilla aquí lo que dice Camila y lo que dice la gente, sobre este producto nacional del que parece también estamos sufriendo desabastecimiento

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Luego de un año perfeccionando mi inglés en las calles de Londres, no aguanté a los flemáticos británicos y regresé decidida a encontrar el amor caribeño. Un apasionado y rítmico galán que tuviera como principal dote…su caballerosidad.

Esperaba que fuera fácil en mi querido país, pues recordaba que así los criaban sus madres. Para mi mala fortuna, al parecer los recuerdos solo se quedaron en memorias fantasiosas. Como los productos de los anaqueles, que han ido desapareciendo, se han secado las opciones viriles en los encuentros y tertulias capitalinas.

No es que quiera al príncipe azul, pero después de cierta edad, busco acompañantes que cumplan una pequeña lista de requisitos, todo lo que debe tener cualquier caballero: visión de familia, compromiso, ambición, al menos un pequeño patrimonio que esté dispuesto a compartir y aumentar con la ayuda de su pareja, y un don para la conversación.

Sin embargo, en mis aventuras diurnas y nocturnas no he conseguido nada de esto. He notado que en el gran padrón de opciones se encuentran un montón de “bolsas” que no saben ni para dónde van o qué quieren, muchos que solo persiguen el dinero y la marca pero han dejado de lado su crecimiento personal y cultural, muchos hombres comprometidos y casados, algunos varones perdidos en el escaparate de Narnia, y por supuesto, los eternos y encantadores amigos gay.

Por ejemplo, el otro día salí con el mejor amigo del novio de mi amiga. Me lo vendieron como “the one”. Supuestamente se habían acabado mis días de búsqueda y soltería. Pero a la segunda salida, luego de treparme en su Merú pimpeada, oler su exquisita colonia Hugo Boss, escuchar sus grandes viajes a Los Roques, me di cuenta que no era más que eso, pura pinta. Que creía que Piccadilly Circus era una copia gringa de Los hermanos Valentino. ¡Qué barato!

Y no es cosa de sifrina. Él, como otros payasos con los que me he topado, son muchachos que han tenido la oportunidad de hacer riquezas en estas tierras y prefieren saber de avionetas, lanchas y carros que de nuestras calles, paisajes e historias. Prefieren saber de Maluma que de Cruz-Diez, de Fast and Furious que de Sofía Imber o el arte venezolano. No se han pulido. Son patanes con buen olor, pero patanes al fin.

Muchos de ellos también se aburrieron de mí. Les es muy difícil acostumbrarse a una mujer que exija respuestas ingeniosas, que demande tiempo y compromiso pero que también tenga independencia. Ellos quieren ratos de risas sencillas a cambio de dádivas brillantes, coloridas o en presentación etílica. Entre esta cartera de hombres se encuentran muchos que rondan la crisis de los 40, porque les aseguro que abrí mis posibilidades.

Por eso les pido que por favor alerten sobre esta situación tan grave, últimamente me ha dado por pensar que con la fuga de cerebros también hubo una fuga de «buenos partidos» ¿o será que soy yo la que me vuelvo loca?

Caracas te quise. Caracas te odio. Caracas te amo.

Nos vemos en la próxima.

Ángeles en tus sueños.

Respuesta de UB:

Como siempre en busca de la verdad, el equipo reporteril de UB busca respuestas en las calles de Caracas, para ver si el fenómeno del cual nos alerta nuestra querida colaboradora Camila Fortique es algo por lo que también deben preocuparse las venezolanas de buena familia.  ¡Qué desastre!

Inmediatamente realizamos una encuesta por nuestro Twitter, pero encontramos una respuesta satisfactoria. El 63% de nuestros seguidores opinaron que “Sí hay”, Claro que hay, #SíHay. Luego nos acordamos que esta frase era el slogan de la Polar hace unos años y nos dio remordimiento.

Esto es lo que responden algunas «mujeres aleatorias» a nuestra bellísima corresponsal en la calle, Daniela Mejía:

Bueno señores, no nos ofusquemos. Demos la vuelta a esta torta y comámosla por el otro costado. ¡Hay más mujeres para nosotros, solo hay que agarrar consejo!

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