La actriz chilena Mariana Di Girolamo protagoniza "Ema", de Pablo Larraín. Con 28 años, su actuación "arriesgada" la hizo destacar en el Festival de Venecia. Y también sus opiniones: para ella "Chile es un país mojigato"
Para la actriz Mariana Di Girolamo, protagonista del filme «Ema» de Pablo Larraín en concurso en Venecia, su personaje rompe muchos tabúes de Chile, «un país mojigato y conservador, al que le falta mucho camino por recorrer», reconoció en una entrevista con la AFP.
«Necesitamos en lo concreto leyes que nos avalen. Adopción homoparental, matrimonio igualitario. Nos falta un montón, pero estamos caminando», dijo la actriz, de 28 años, conocida por sus participaciones en teleseries y cuya actuación «arriesgada» y «sensual» la catapultó entre las revelaciones del festival veneciano.
«Quizás este filme pueda ayudar», agregó la joven al defender los valores de la nueva generación que representa en el filme.
«Es maravilloso que podamos transmitir al espectador que estamos rompiendo tabúes», reconoce la actriz que interpreta a una bailarina de reggaetón, con los cabellos teñidos de rubio encendido, sudadera ancha de lycra, rebelde y misteriosa.
«Somos muy conservadores y hay que dar cuenta de lo que está sucediendo», explica a propósito de la necesidad de libertad, inclusive sexual, de una generación indomable, que se opone a una cultura machista e indolente y reivindica el reggaetón como himno liberatorio.
«Es una película de nuestros tiempos, tiene valor de por sí. Narra algo que está sucediendo. Es el valor de la película de Pablo (Larraín). Una propuesta valiente», agrega.
«Las familias hoy en día son diversas. Están constituidas por cuatro personas, dos hombres, dos mujeres, un perro, 20 personas…», dice.
«Un hijo adoptivo y uno biológico. Nuestro rol era dar cuenta de ello con la mayor verdad y naturalidad posible. Tratar de encarnar a personas entrañables», resume.
El filme, que sorprende por el ritmo de la música, con coreografías convulsas, está de la parte de Ema.
– «Noción de familia nueva» –
Muestra en cambio a un Gael García Bernal en crisis en el papel de marido que acaba de devolver a su hijo adoptivo después de que el niño, de siete años, intentara quemar a su tía.
«Descontrola esa noción de familia nueva. Es un nuevo paradigma que de alguna manera se está manifestando, que estamos viviendo, que no tenemos el lenguaje aún para poder describirlo», explica el actor mexicano.
«La familia es más allá de eso, puede ser conceptos. Se está permeando en una forma muy interesante», asegura.
«El concepto de familia lo vivimos cada vez que hacemos una película. Vamos por ese camino (…) Crear algo, armar rituales y dar mucha importancia a lo que estamos haciendo. Eso es lo que conforma una familia. Y que hace que una familia sea un núcleo que puede contra todo. Algo muy fuerte», dice el actor.
Interrogados sobre la sexualidad tan libre en el filme, al amor con cuerpo y alma de Ema por las amigas, Di Girolamo responde sin titubeos.
«La sexualidad debe ser desde el amor, no desde de una obligación, debe ser el goce amoroso», sostiene la actriz.
«Creo que muchos de nuestros problemas en América Latina se resolverían si ‘cogiéramos’ más con amor», responde por su parte Gael.
«¡Y con menos culpa!! Es que el catolicismo ha hecho su labor catastrófica. ‘Cojamos’ con menos miedo pero seamos mas responsables», proclama la actriz transformada en un ícono de los ‘millennials’.
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